China tiene deflación: por qué la caída de precios en el gigante asiático puede 'ayudar' en la lucha global contra la inflación

George Glover
| Traducido por: 
Supermercado en China.

Costfoto/NurPhoto via Getty Images

  • China entró en deflación este miércoles, con sus precios cayendo un 0,3% y Pekín anotándose otro problema en su listado de desafíos económicos.
  • Sin embargo, esta caída de los precios podría ser una buena noticia... para el resto del mundo.
  • El abaratamiento de productos chinos podría dar un respiro a los bancos centrales de otros países, según algunos analistas.

China entró en deflación este miércoles, una señal más de que Pekín está luchando por reanimar su titubeante economía después de que el país levantara los duros controles contra el COVID-19 a finales de 2022.

Sin embargo, estas caídas de precios no son necesariamente malas noticias para todo el mundo.

Es cierto que la segunda economía global está sufriendo una importante desaceleración que puede lastrar el crecimiento mundial y mermar los resultados de grandes multinacionales como Apple o Nike.

Pero bastantes analistas inciden en un punto de vista con el que sacan el lado bueno de la situación: la deflación china podría extenderse a otras regiones, ayudando así a los países occidentales en su áspera batalla contra la inflación.

La lucha contra la inflación todavía no ha terminado

La inflación fue la preocupación número uno para muchos economistas en 2022, y es todavía una importante fuente de inquietud después de que las materias primas de alimentos o combustible siguieran subiendo en julio.

El petróleo volvió a subir tras varios meses consecutivos de caída después de que Arabia Saudí anunciase por sorpresa un recorte en la producción, provocando una caída en la oferta global de crudo. El trigo también subió el mes pasado después de que Rusia se retirase del acuerdo del Mar Negro y lanzara una ofensiva sobre puertos ucranianos.

Ya es oficial: la economía de China se resquebraja

El IPC estadounidense empezó a enfriar su crecimiento estos meses, aunque la Fed ya ha advertido que sigue atenta ante posibles repuntes y asume que no podrá bajar tipos hasta mediados del año que viene. El dato del IPC adelantado en España para julio es del 2,3%, lo que sigue sembrando buenas noticias en la macroeconomía nacional.

Sin embargo, los precios en otras áreas del mundo siguen subiendo. Las economías británica y europeas, por ejemplo, reflejaron una inflación del 7,9% y del 5,5% respectivamente el pasado mes de junio.

En China, los precios bajan en vez de subir

Los datos de la Oficina Nacional de Estadística china publicados este miércoles reflejan que el Índice de Precios del Productor (IPP) cayó un 4,4% interanual en julio, siendo este el décimo mes consecutivo de caídas.

El IPC chino también cayó un 0,3%, reflejando así la primera caída desde febrero de 2021, según la misma agencia gubernamental china.

La deflación es la última alarma que recibe Pekín sobre la economía china. La potencia asiática también está lidiando con una constricción de su crecimiento económico, una crisis inmobiliaria y unas cifras de desempleo galopantes, lo que da indicios de que la reapertura económica china tras la crisis provocada por el coronavirus no está yendo bien.

Cuando los precios caen en lugar de subir, la tendencia es que los consumidores reduzcan su consumo, con la esperanza de que lo que pudieran comprar hoy sea más barato mañana. Esas esperas pueden acabar frenando el crecimiento económico.

Pero la deflación china puede impulsar el resto de la economía global, dado que otros países ahora pueden comprar bienes más baratos al mayor exportador del mundo. Esto puede traducirse en una rebaja en la cesta de la compra.

"Si la caída de los precios en China repercute en los costes de exportaciones, podría darse que el bien más valioso que el gigante asiático acabe exportando sea esa deflación", explicaba este miércoles Steve Lansdown, jefe de fondos de renta variable de Hargreaves Lansdow.

La deflación son buenas noticias para los bancos centrales de Occidente

Así, la deflación china podría echar una mano a bancos centrales como la Fed estadounidense, el Banco de Inglaterra y otros reguladores económicos del planeta. Una mano muy necesitada en su lucha contra la inflación.

La caída de los precios en la segunda economía del planeta podría "dar a los bancos centrales en EEUU, Reino Unido y Europa la pausa necesaria para sopesar bien sus próximos pasos", según el responsable de Inversiones de AJ Bell, Russ Mould.

Si los bienes más baratos de China lastra la inflación global a niveles más fáciles de gestionar, los bancos centrales tendrán menos necesidad de seguir subiendo los tipos de interés, poniendo fin antes de lo previsto a una era de restricciones económicas que estaba afectando al crecimiento global.

La deflación en China pueden ser malas noticias para Pekín, pero una extraña bendición para el resto del mundo.

También puede ser problemático para Europa

Sin embargo, la deflación en China también tiene lecturas negativas en el ámbito de las exportaciones hacia el Viejo Continente. En el caso de la Unión Europea, Alemania ve con inquietud los datos del gigante asiático: igual que China exporta, también importa.

Las exportaciones a China de Alemania representan el 8% del comercio exterior germano. Las exportaciones alemanas a China han estado cayendo durante meses. Esa es, además, una de las razones por las que la economía alemana no logra salir de la recesión. Además, China es un mercado muy importante para empresas alemanas, que también invierten en sus factorías allí.

Con información de Romanus Otte, de Business Insider Alemania.

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