Diseño salas eróticas para una serie de Netflix: hay gente que se gasta casi 200.000 euros, pero no todo es 'Cincuenta sombras de Grey'

Melanie Rose no planeó convertirse en diseñadora de habitaciones eróticas. Simplemente pasó. Cuando Rose se embarcó en su carrera de diseño de interiores hace 10 años, pensaba crear cocinas, baños y otros espacios.

Un día, un cliente le preguntó si había diseñado alguna vez una habitación erótica. Su respuesta fue negativa, pero se propuso averiguar más sobre ellas.

Se interesó tanto por su nuevo trabajo que acabó escribiendo ficción erótica y propuso una serie de televisión basada en sus textos a Adam Sher, presidente de ITV America.

Pero Sher pensó que la carrera de Rose como diseñadora de salas eróticas mejor para un programa. "Nunca creí que llegaría a tener mi propio programa en Netflix", sonríe Rose.

Ahora es la presentadora de la serie How to Build a Sex Room (Cómo construir una habitación erótica), que se emitió por primera vez a principios de julio. Durante el programa, Rose renueva las habitaciones de las parejas para convertirlas en espacios sensuales que se adapten a sus deseos, permitiéndoles explorar y desarrollar su relación.

Rose quiere desmitificar la idea de que las salas eróticas son sucias. Cuando la gente busca en Google, es probable que se encuentre con extremos como mazmorras sexuales. Pero ella insiste en que las habitaciones pueden ser elegantes, solo depende de lo que la gente encuentre erótico.

"Se podría suponer que hay un tipo de persona que quiere una sala erótica. Pero no hay ningún tipo. Podría ser tu vecino de al lado", aclara.

Por ejemplo, en el segundo episodio de su programa, Rose conoció a una pareja que quería dar un nuevo impulso a su relación.

Les hizo una "suite de luna de miel" centrada en la sensualidad. Tenía una cama, una zona de estar y un espacio de relajación. La sutil decoración, que incluía velas, mantas mullidas y pétalos de flores, daba un aire romántico pero discreto.

Rose nació y creció en Londres. Antes de dedicarse al diseño de interiores, fue actriz de teatro y televisión. En su web habla de las habitaciones que diseña como "espacios sagrados". Al margen de este llamativo trabajo, también realiza reformas.

Las habitaciones eróticas no son baratas

Convertir habitaciones en salas de sexo puede ser un proyecto caro dependiendo del tamaño y la complejidad del espacio. Si hay que derribar paredes o instalar muebles lujosos, el presupuesto aumenta.

Crear una habitación sexual pequeña puede costar entre 35.000 y 40.000 dólares, pero las más grandes pueden tener un precio elevado, a veces superior a los 190.000 dólares, explica Rose.

Durante el programa, Rose instala duchas, levanta paredes y coloca adornos y obras de arte de temática sexual por las habitaciones de los clientes.

"Puede ser tan grande como quieras y tan cara como quieras", afirma.

Las reacciones de los clientes ante su habitación erótica terminada pueden llegar a ser muy alegres y emotivas.

Una pareja del programa, Shenika y Matthew, pidió a Rose que reviviera la sensualidad de su relación, que había desaparecido desde que tuvieron hijos. Rose creó la "Suite Vegas", que aparece en la foto, con cuarto de baño privado, un elemento que, según dice, le encanta instalar para sus clientes.

Uno de los recuerdos favoritos de Rose fue cuando Shenika vio el resultado final, se le saltaron las lágrimas y le dijo: "Has salvado nuestro matrimonio".

Sillas Tally-ho y columpios sexuales

El artículo más caro que Rose ha incorporado a uno de sus proyectos es una silla tally-ho. Esta silla de respaldo curvo, equipada con correas y estribos, puede costar unos cuantos miles de dólares.

La silla verde tally-ho que aparece en la película Cincuenta sombras de Grey costó 14.600 dólares, según Bloomberg. Gwyneth Paltrow ha incluido una versión de 28.500 dólares de la silla llamada Tufted Boudoir Chaise en su lista de regalos navideños de este año.

Mientras tanto, el artículo de moda en el mercado de juguetes sexuales es el columpio sexual, un aparato que cuelga del techo con estribos.

"Todo el mundo quiere un columpio sexual", explica, añadiendo que el atractivo es la novedad de estar suspendido en el aire. Indica que algunos modelos no son caros e incluso se venden en Amazon.

¿La respuesta de sus clientes sobre su nuevo equipo? Curiosidad: "Es experimentar, explorar, hacer un viaje con tu pareja que lo hace aún más divertido", defiende.

Trucos baratos para una habitación erótica

Para aquellos que buscan montar una habitación erótica con un precio más reducido, Rose recomienda las tiendas de segunda mano. Encontrar una vitrina de segunda mano o reutilizar un atril pegando papel pintado en la parte trasera de la estantería y exponiendo allí los juguetes sexuales, es uno de los ejemplos que propone. "Atrévete y usa tu imaginación", anima.

Sin embargo, Rose no aconseja comprar juguetes sexuales baratos: "Yo siempre digo que hay que comprar calidad".

La experta reconoce que pocos lugares venden el mobiliario necesario para este tipo de habitaciones. Por eso opta por tiendas tipo boutique y negocios familiares.

Al fin y al cabo, Rose insiste en que las salas eróticas no tienen por qué girar siempre en torno al sexo, también pueden ser un espacio para darse un baño o tomar un cóctel, todo se trata de pasar un rato íntimo con el otro.