La economía circular podría resolver el problema de los residuos de smartphones y frenar la huella de carbono de la industria manufacturera

Freya Graham
| Traducido por: 
Economía circular

Getty Images; Alyssa Powell/Business Insider

  • Fabricar un smartphone requiere más de 12.000 litros del agua —el equivalente a unas 160 bañeras llenas de agua— y durante el proceso se emiten 60 kilos de dióxido de carbono.
  • Los smartphones, como mucho de los productos que usamos a diario, se han fabricado con materiales recién extraídos, ¿puede la economía circular convertirse en una solución real para reducir los residuos y las emisiones de gases de efecto invernadero?

¿Dónde está ahora? Quizá se lo diste a un amigo, lo cambiaste por uno más moderno o lo vendiste. Tal vez siga escondido en algún lugar de tu casa, abandonado en un cajón.

Se necesitan muchos recursos para fabricar un smartphone. Se calcula que la producción de un smartphone consume unos 12.760 litros de agua, lo que equivale a unas 160 bañeras llenas de agua. El proceso de fabricación también consume mucha energía: la producción de un smartphone medio emite 60 kilogramos de dióxido de carbono, según Green Alliance, un think tank independiente centrado en política medioambiental. 

No sólo la fabricación de smartphones tiene un gran impacto ambiental. Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, la industria manufacturera es la tercera fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en EEUU, después del transporte y la energía eléctrica. Además, este sector representa el 25% del consumo nacional de energía.

La mayoría de las veces, los productos que consumimos se han fabricado con materiales recién extraídos. La cantidad de recursos que extraemos se ha más que triplicado desde 1970, y el consumo mundial de materiales asciende a más de 100.000 millones de toneladas cada año. Pero mientras las tasas de consumo se han disparado, las de reciclaje se han mantenido bajas. Sólo se recicla el 8,6% de los materiales que consumimos cada año.

¿Puede la economía circular marcar la diferencia?

Algunos líderes del sector creen que existe una solución para reducir los residuos y las emisiones de gases de efecto invernadero al mismo tiempo: la economía circular. 

Intenta visualizarlo. Ahora mismo, tenemos un sistema lineal. Extraemos materiales, los convertimos en productos, los utilizamos y luego nos deshacemos de ellos. La Fundación Ellen MacArthur, una organización benéfica comprometida con la creación de una economía circular, llama a esto un sistema de "tomar-hacer-desperdiciar". Recuerda tu primer móvil: probablemente, ahora mismo esté en la fase de "desecho".

La idea de la economía circular es convertir ese sistema "en línea recta" en un circuito cerrado. La idea básica es mantener los materiales en el bucle el mayor tiempo posible. Imagina que los componentes de tu primer móvil se extrajeran y se utilizaran en el actual, o que fuera fácil actualizar y reparar tu primer móvil para poder seguir utilizándolo hoy.

Según una investigación de la Circularity Gap Reporting Initiative, solo el 7,2% de la economía mundial es circular en la actualidad.

Existen varias formas de crear una economía circular. Se empieza por diseñar productos que duren el mayor tiempo posible y sean fáciles de reparar. Cuando un producto ya no se puede reparar, se puede remanufacturar, es decir, se desmonta y se fabrica una nueva versión con piezas usadas. El reciclaje, que consiste en reutilizar los materiales para crear un nuevo producto y volver a montarlos, es el último paso. Cuando se recicla, se utilizan los residuos como recursos.

Alice Bodreau, responsable de asociaciones de la Fundación Ellen MacArthur, señaló que una estrategia de economía circular se basa en tres pilares: desarrollar productos que no generen residuos ni contaminación, poner en circulación los materiales comercializados y regenerar la naturaleza.

Anne Velenturf, investigadora de la Universidad de Leeds, asegura a Business Insider que adoptar una economía circular no significa que los consumidores salgan perdiendo. "La investigación ha demostrado que todos podemos seguir viviendo una vida de buena calidad cuando los recursos se reparten mejor entre toda la sociedad", afirma.

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Los residuos son un recurso

El reciclaje no sólo resuelve el problema de los residuos, sino que ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto se debe a que los materiales reciclados omiten gran parte del proceso de extracción y fabricación, que consume mucha energía. La producción de acero reciclado, por ejemplo, requiere entre un 10% y un 15% de la energía necesaria para producir acero nuevo.

El problema, sin embargo, es que no todo es fácil de reciclar. Piensa en el teléfono o el ordenador en el que estás leyendo este artículo. Está hecho de muchos materiales y minerales diferentes.

Peter Afiuny pensaba en este problema cuando cofundó la empresa de fabricación de imanes Noveon. 

"A finales de los 80 y principios de los 90, todas las cosas que consumíamos como sociedad empezaron a ser más complejas en su producción, en cuanto a los componentes que se utilizan", explica Afiuny a Business Insider. "La industria de los residuos no supo ponerse al día sobre cómo extraer los componentes más críticos".

Afiuny, que previamente trabajó en la industria del reciclaje, quería encontrar una forma eficaz de "extraer quirúrgicamente" componentes que de otro modo se desecharían.

Así nació Noveon, una empresa que fabrica imanes de tierras raras a partir de materiales reciclados. Según Afiuny, las tasas de reciclado postconsumo de materiales magnéticos de tierras raras son inferiores al 3%. El proceso tradicional "de la mina al imán" consta de muchos pasos que consumen mucha energía y residuos, y utiliza productos químicos potencialmente peligrosos. "Hemos inventado un proceso que evita todos estos métodos previos", explica Afiuny.

Muchas cosas necesitan imanes para funcionar, por ejemplo productos esenciales para la transición ecológica, como los vehículos eléctricos y los aerogeneradores.

"La mayoría de nuestros materiales magnéticos proceden de canales al final de su vida útil, lo que incluye motores, sistemas de energía, dispositivos médicos y dispositivos de almacenamiento de datos como discos duros", explica Afiuny.

Afiuny explica a Business Insider que considera que el enfoque de fabricación de Noveon forma parte de un cambio más generalizado en la industria. "Creo que, en general, existe una tendencia hacia el desarrollo de cadenas de suministro regionales, sobre todo porque las empresas se están convirtiendo en entidades globales y buscan formas de reducir su huella de carbono".

El diseño importa

Para Bodreau, la economía circular es mucho más que reciclar.

"Reciclar es como si tuvieras una fuga de agua en casa y fueras directamente a fregarlo todo antes de hacer nada más", resume. "En cambio, la economía circular consiste en cerrar el grifo y ocuparse realmente de la fuga en sí, y no limitarse a fregar el suelo y seguir fregándolo por los siglos de los siglos".

Una forma de "cerrar el grifo" es a través del diseño. Bodreau afirma que se trata de "rediseñar el modo en que se trabaja y el modo en que se diseña el producto para que nunca acabe convirtiéndose en una fuga para el mundo".

Ese es el principio que está poniendo en práctica la empresa de electrónica Fairphone. Con sede en Ámsterdam, la empresa fabrica sólo dos tipos de productos: teléfonos inteligentes y auriculares. Sus smartphones no están pegados y son fáciles de desmontar, lo que facilita mucho su reparación.

"El 75% de las emisiones relacionadas con un smartphone se producen durante la producción", explica a Business Insider Anna Jopp, responsable de prensa de Fairphone. "Para nosotros, esto significa que la forma más eficaz de reducir las emisiones causadas por los teléfonos inteligentes es producir menos teléfonos. Y la forma de conseguirlo es utilizar los teléfonos que ya tenemos el mayor tiempo posible".

Según Jopp, si conservas tu teléfono cinco años en lugar de tres podrías reducir su huella de carbono anual en un 31%.

Dado que la longevidad del teléfono es clave, Jopp afirma que Fairfone intenta animar a la gente a conservar sus teléfonos el mayor tiempo posible fabricando productos modulares por diseño y fácilmente reparables.  "Cuanto más tiempo se utilice un producto, menos productos nuevos tendremos que fabricar y menos recursos utilizaremos", explica.

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El reto renovable

La Fundación Ellen MacArthur calcula que en 2050 habrá 43 millones de toneladas de residuos de palas de aerogeneradores. Por su parte, la Agencia de Energías Renovables calcula que en 2050 habrá hasta 78 millones de toneladas de residuos de paneles solares. El sector de las energías renovables representa un nuevo reto para la economía circular, y la empresa británica ReBlade está intentando adelantarse a los acontecimientos. 

Fiona Lindsay, cofundadora de ReBlade, explica a Business Insider que el equipo quiere evitar que el material de los aerogeneradores vaya a parar a los vertederos. Mientras que muchas partes de los aerogeneradores pueden reciclarse, las palas de los mismos están hechas de fibra de vidrio, un compuesto manufacturado no biodegradable que es extremadamente difícil de reciclar. 

La empresa trabaja en soluciones para reutilizar las palas de los aerogeneradores cuando ya no puedan usarse para generar energía. Su proyecto estrella utiliza las palas desmanteladas para crear marquesinas que sirvan de refugio en los puntos de recarga de vehículos eléctricos.

Lindsay afirma que la "novedad" del sector es un gran obstáculo. "Hasta ahora, las palas sólo han tenido que retirarse en pequeñas cantidades, quizá por los daños sufridos", explica.

"En los próximos años, las palas se retirarán por millares a medida que los parques eólicos sean reequipados con turbinas más grandes", explica. "Lo que esto significa es que los propietarios-operadores de los parques no tienen, por ahora, métodos estandarizados para la adquisición o las operaciones de retirada de las palas".

"Para empezar, se necesita una enorme cantidad de energía y recursos para producir las palas, por lo que creemos que reutilizarlas es una opción mejor", afirma Lindsay.

Una solución beneficiosa para todos

Velenturf afirma que las empresas que adoptan los principios de la economía circular obtienen muchos beneficios, como acceder a nuevos mercados y clientes y aumentar la seguridad del suministro de materiales, lo que reduce riesgos y costes.

Los responsables políticos también están empezando a interesarse por las soluciones circulares. En junio, representantes de 180 países se reunieron en París y debatieron un tratado mundial para regular los plásticos. Bodreau describe la reunión como un "gran, gran avance". Mientras tanto, la reciente Ley de Reparación Digital Justa del estado de Nueva York pretende facilitar a los consumidores el acceso a las piezas y la información necesarias para reparar sus aparatos electrónicos.

Para Lindsay, el enfoque circular es lógico. "Tenemos una cantidad finita de recursos, así que tenemos que encontrar nuevas formas innovadoras de reutilizar los recursos a través de usos de segunda o incluso tercera vida después de que se hayan utilizado en sus aplicaciones iniciales: todos salimos ganando".

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