Puede que, al final, a Musk se le haya acabado la impunidad tras definir una publicación antisemita como "la auténtica verdad"

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Elon Musk tuit antisemita

Kirsty Wigglesworth - WPA Pool/Getty Images

  • A Elon Musk se le está exigiendo que asuma responsabilidades por la controvertida respuesta que dio a una publicación antisemita en X, antes Twitter.
  • "Has dicho la auténtica verdad", replicó el magnate a un usuario que criticaba a la "población judía occidental".
  • Puede que se acabe arrepintiendo: los ricos le están señalando y sus negocios están perdiendo fuelle.
Análisis Faldón

X, antes conocida como Twitter, ha perdido mucho de su espíritu de comunidad, pero todavía quedan algunas normas no escritas sobre la que los usuarios están de acuerdo.

No te conviertas en el protagonista.

Y si lo haces: borra tu publicación viral o pide perdón tan pronto como puedas.

Elon Musk, que se hizo con la propiedad de la plataforma el año pasado, incumple habitualmente ambas normas con impunidad.

Pero esta vez puede que haya ido muy lejos.

El pasado miércoles, Elon Musk respondió a una publicación antisemita publicada por un usuario verificado de X, @breakingbath. El multimillonario aseguró que ese usuario había dicho "la auténtica verdad".

Elon Musk no está ayudando a Linda Yaccarino, la CEO de X, a defender que la plataforma es segura para anunciantes

El intercambio fue como sigue:

Primero, un usuario de X llamado Charles Weber, que se define a sí mismo en su perfil como "conservador judío", publicó un anuncio que se emite en los partidos de la NFL esta temporada, y que forma parte de una campaña bautizada como Stand Up to Jewish Hate, "enfréntate al odio contra los judíos".

Los anuncios muestran a un padre regañando a su hijo por haber escrito en internet la frase "Hitler tenía razón", que evidentemente es un eslogan antisemita que habitualmente pronuncian personas de extrema derecha.

Padre e hijo están sentados en un coche junto a una concurrida sinagoga, y el padre le dice a su hijo, avergonzado, que salga del vehículo y lo diga "a la cara".

Se trata de una campaña publicitaria financiada por la Foundation to Combat Antisemitism.

Otro usuario de X, @breakingbaht, respondió a esa publicación. "Vale. Las comunidades judías han estado impulsando exactamente ese tipo de odio dialéctico contra los blancos que, según afirman, quieren que la gente deje de utilizar contra ellos. No estoy nada interesado en que me importe una mierda que la población judía occidental de repente se dé cuenta de que esas hordas de minorías que apoyan inundar su país de repente no les aprecian demasiado. Queríais la verdad a la cara, aquí la tenéis".

Musk respondió a ese publicación: "Has dicho la auténtica verdad".

Después continuó con una crítica a la Anti-Defamation League, un grupo de defensa contra el antisemitismo. Musk ya había amenazado previamente con demandar a la ADL.

"La ADL ataca injustamente a la mayoría occidental, a pesar de que la mayoría occidental apoya a la gente judía y a Israel", se explayó el multimillonario.

La conversación va cargada de ideas antisemitas, según un investigador

Como ocurre con gran parte del discurso de odio que se puede leer en línea, parte del mismo está oculto bajo capas de "códigos y eufemismos", explica Ben Gidley, investigador de Birkbeck, en la Universidad de Londres, y experto en antisemitismo.

Gidley se detiene en una expresión de @breakingbaht, "odio dialéctico".

"Es una idea de que un racismo antiblanco es por una suerte de conspiración de los judíos", continúa.

Esa idea tiene sus raíces en las teorías de la conspiración de la extrema derecha estadounidense sobre la teoría crítica de la raza, su supuesta divulgación en las universidades y la convicción de que los judíos la apoyan. "Es básicamente la idea de que los judíos se ofenden por sufrir racismo al mismo tiempo que ignoran un racismo contra los blancos".

La conversación llega a hacerse eco de otras teorías de la conspiración, como la teoría del "gran reemplazo", otra convicción ampliamente adoptada por nacionalistas blancos que temen que las personas no blancas reemplazarán a las personas blancas, continúa explicando Gidley. Algunas de las versiones existentes sobre esa infundada teoría del reemplazo acusan a los judíos de orquestarlo. "No siempre es una idea antisemita, pero en muchos casos el objetivo es culpar a los judíos".

"Creo que Musk debe ser consciente de que todas estas ideas son, como mínimo, cercanas al antisemitismo", continúa.

Preguntado sobre la conversación y el intercambio de respuestas de Musk, Jonathan Greenblatt, CEO de ADL, compartió en X que es "indiscutiblemente peligroso" que personas influyentes "validen y promuevan teorías antisemitas".

Las críticas contra Musk crecen como una bola de nieve

La capacidad de Musk de percibir la realidad de una forma distorsionada es fuerte, pero hay síntomas que revelan que el multimillonario podría estar entrando en la creciente lista de gente asumiendo consecuencias en el mundo real por su antisemitismo —real o percibido—.

El primer síntoma: otras personas ricas le están criticando.

Dustin Moskovitz, un cofundador de Facebook, ha dicho que Musk debería dimitir de toda empresa en la que esté involucrado. Moskovitz ya ha criticado en el pasado a Musk.

Ross Gerber, un viejo inversor de Tesla, ya ha dicho que planea cambiarse de coche eléctrico tras haber leído el tuit de Musk y ha criticado su comportamiento por "indignante".

Kristin Hull, fundadora de un fondo de inversión que también tiene acciones en Tesla, también ha dicho que el discurso de Musk es antisemita.

"Un discurso errático, racista y antisemita del CEO afecta directamente a la marca y a los resultados de Tesla de múltiples maneras", escribió Hull en un correo electrónico, según ha publicado Bloomberg. "Este comportamiento va a perjudicar a la marca a largo plazo".

Y segundo síntoma. Musk ya estaba perdiendo negocio.

Los anunciantes, ya asustados de X desde que Elon Musk se hizo con la plataforma, no parece que vayan a querer volver tras esta polémica. El jueves pasado, IBM fue la última marca en retirar su publicidad del servicio después de ver cómo sus anuncios aparecían junto a publicaciones con contenido nazi.

Y tercer síntoma: desde que se produjese el ataque terrorista de Hamas en Israel y comenzara la dura respuesta militar israelí, hay un minucioso escrutinio público sobre lo que tengan que decir las personalidades sobre Israel, sobre los judíos, sobre Gaza o sobre los palestinos. La situación ha hecho que mucha gente haya perdido su trabajo.

Hay una tercera regla de oro sobre lo que en su día fue Twitter. Y es: no tuitees nunca.

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