Los grandes grupos energéticos piden un modelo de negocio como país para convertir a España en un 'hub' del hidrógeno estratégico para Europa

Los grupos energéticos españoles miran a los fondos europeos como la oportunidad para desarrollar tecnologías competitivas para el futuro y, entre ellas está el hidrógeno verde. España tiene la oportunidad de convertirse en un hub de este nuevo combustible limpio, por su posición estratégica como conexión entre Europa y el Norte de África y su capacidad de generación solar de forma barata que luego se puede vectorizar en hidrógeno para su transporte a largas distancias.

“En cuando al hidrógeno tenemos que tener una visión ambiciosa”, introduce Pedro Larrea, director general de Gestión de la Energía y Redes de Naturgy, en el 18º Encuentro del Sector Energético organizado por Iese y Deloitte. “Estamos en una posición privilegiada para ser suministradores de hidrógeno al resto de Europa”.

El directivo de la compañía gasista pone de relieve que gran parte de los costes del hidrógeno provienen de los costes de la energía. Por ese motivo, el hecho de que España sea capaz de producir energía solar de forma barata se articula como una oportunidad para el país. “También puede ser un vector energético de transporte de electricidad en largas distancias”, dice Larrea.

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Lo que le falta a España, en su opinión, es el modelo de negocio como país. El hidrógeno alberga un gran potencial como vector energético para el transporte de mercancías y de larga distancia, “ahí debería centrarse la apuesta tecnológica por la movilidad renovable”. La idea, dice José Casas, director general de Relaciones Institucionales y Regulación de Endesa, es transformar esas renovables en electricidad y donde no llegue la electricidad utilizar el hidrógeno como vector. 

Son múltiples los usos del hidrógeno. Casas enumera varios: en procesos industriales en los que hoy usan gas para producir calor. También se refiere a la cogeneración de electricidad pensando en la industria que consume gas para producir calor: “Es el plan Renove de la cogeneracion. Para que sea cogeneracion libre emisiones”. 

Otra posible aplicación pasa por las turbinas de hidrógeno para producir electricidad, como las que ya hay de gas: “Podemos quemar ese hidrógeno en los ciclos combinados de gas para poder convertir los excedentes de energía en hidrógeno que se pueda quemar en una turbina de hidrógeno. Los actuales ciclos combinados permiten ese uso”, dice Casas.

Aún que lo de que la movilidad termine utilizando el hidrógeno es un tema a debatir, pues Agustín Delgado, director de Innovación, Sostenibilidad y Calidad de Iberdrola opina que es más fácil electrificar el transporte pesado que optar por la ruta del hidrógeno, que es menos eficiente.

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“La industria de hidrógeno en España puede ser muy eficiente. Y no puede ser que nuestros vecinos europeos del norte se nos adelanten en la producción de hidrógeno y las conexiones con el Norte de África. Nos jugamos en términos de política que tiene que ver con una posición de España como vecino norte África y posición para equilibrar países vecinos”, apunta Ángel Bautista, director de Relaciones Institucionales y Coordinación Regulatoria de Repsol. “La cadena de valor es fundamental. La transición energética va a implicar cambios en los países vecinos. Por ejemplo, en Argelia su estabilidad depende de que nos venda gas natural”. 

Los expertos de la jornada instan a aprovechar las redes de distribución de gas natural y adaptarlas a la distribución de hidrógeno para convertir a España en un punto estratégico en la producción de hidrógeno y suministro al resto de Europa. También, apelan a aprovechar su posición como nexo entre la producción de este combustible verde entre el Norte de África y Europa. 

Se trata de buscar la eficiencia económica y no desaprovechar la infraestructura que existe en España de transporte de gas que es más moderna que la de Europa, incide el directivo de Naturgy. “Sería absurdo que pasemos de dependencia energética de países árabes, para el petróleo, o Rusia, para el gas natural, para pasar a depender de China desde punto de vista tecnológico en el suministro de equipos. Se trata de desarrollar toda cadena de valor y no conceder los fondos solo al promotor sino también a fabricantes y otros puntos de la cadena de valor”, complementa Larrea.