Entrevista con Carla Simón, ganadora del Goya por 'Verano 1993'

María Porcel

Hace un año, nadie sabía quién era Carla Simón. Su nombre apenas sonaba entre los cinéfilos, los críticos o incluso los periodistas cinematográficos, y en la calle menos, muchísimo menos. 365 días después, las tornas han cambiado radicalmente. Carla Simón acaba de alzarse con su primer premio Goya, coronando una temporada trepidante. Un triple salto mortal, al tratarse de una debutante en este mundo… y de una mujer.

La directora de Verano 1993 culmina un año espectacular para ella y su película. Tras cuatro Feroz (Mejor película de drama, Mejor dirección, Mejor guión, Mejor actor de reparto), tres Gaudí (Mejor película, Mejor dirección, Mejor guión), el Gran Premio del Jurado Internacional de la sección Generation Kplus en el Festival de Berlín, la Biznaga de Oro en Málaga y la preselección por parte de España para los Oscar (aunque luego no fue seleccionada), ahora llega la lluvia de los Goya, con ocho nominaciones de las que ha logrado tres. Carla Simón ha ganado, para empezar, el Goya a la Mejor dirección novel, siendo la quinta mujer en lograrlo.

Un mérito que destaca aún más si se tiene en cuenta que, como explicaba Leticia Dolera, en los Feroz,"las películas dirigidas por mujeres han sido este año el 7%". Si los Feroz fueron reivindicativos, los Goya no se quedan atrás: muchas (y muchos) han paseado abanicos rojos por la alfombra para pedir la tan ansiada paridad. Según la organización, se han repartido más de 1.800.

Business Insider entrevistó a Carla Simón pocas semanas antes de recoger su premio en un encuentro con guionistas. Es la séptima mujer que podría haberse llevado un Goya a Mejor guión original, la primera en 13 años, desde Isabel Coixet en 2005 por La vida secreta de las palabras, aunque Handia logró arrebatárselo. Lo habría logrado gracias a una historia que apela a su niñez: la de una niña, Frida, que, como ella, pierde a sus padres a causa del sida. Una historia que merecía ser contada porque, entre otras cosas, "hay más historias sobre hombres que sobre mujeres, y creo que hacen falta muchas más historias sobre mujeres", como asegura Simón.

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Carla Simón está dispuesta a hablar de mujeres, de feminismo, de historias escritas y creadas por mujeres pero no solo para mujeres, cuenta en esta cita que tiene lugar en la Academia de Cine durante un encuentro con los guionistas nominados al Goya en 2018. Encuentro al que asisten dos mujeres (aunque hay tres nominadas) frente a cinco hombres (de los nada menos que 11 nominados). Ya lo dice Simón: el del cine ha sido "históricamente un mundo muy masculino", algo que hay que "ir rompiendo poco a poco, y eso hará que haya más mujeres que escriban, produzcan y dirijan".

La situación vivida en el encuentro representa muy bien la general de estos premios: aunque los Goya de 2018 han querido promocionarse como "el año de las mujeres", solo un 27% de los nominados en 2018 son mujeres, en una gala que presentan (y escriben) hombres. Y no es por falta de interés ni de formación. "Tú vas a una escuela de cine y a veces hay más mujeres que hombres", asegura la guionista y directora.

Lo que sí hay este año es, si no una paridad, sí al menos un giro de pensamiento y actitud. En Hollywood se vio especialmente en los Globos de Oro con movimientos como #MeToo (Yo, también) y Time's Up y con la cantidad de fondos destinados por mujeres a ayudar a otras mujeres. En los Goya, ya reivindicación ha llegado a través de abanicos rojos. "Creo que lo bueno de este año es que hay una conciencia —con todo lo del #MeToo— muy grande sobre la mujer en esta industria, y que cada vez se ve peor si tienes una historia de mujeres o sobre mujeres con un equipo solo masculino"

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Su experiencia, quizá gracias al cambio generacional, quizá al cultural, es positiva en esta, su ópera prima. "No puedo decir que por ser mujer haya tenido algún problema para hacer la peli, porque no sería verdad. Lo que sí que veo es que por ser mujer hay una sensibilidad… por lo que nuestro equipo era muy femenino", relata, aunque sí cree que queda mucho camino y mucho trabajo para "llegar a una paridad, porque estamos muy lejos".

La historia que narra Simón en Verano 1993 (Estiu 1993 por su nombre original en catalán) gira alrededor de una niña y de su familia, y está contada desde un prisma eminentemente femenino al ser ella su creadora y ejecutora, pero eso no quiere decir que sea una obra sólo para féminas. "Yo no creo en el cine de mujeres para mujeres. Creo que las películas pueden ser para hombres y para mujeres", afirma.

En lo que sí cree es en la sororidad, en que unas mujeres se ayuden a otras, en proyectos compartidos e ideas puestas en común. Más aún en el masculinizado mundo del cine: "Hay algo de mujeres jóvenes que nos vamos pegando esa energía y que realmente terminamos haciendo los proyectos... Poco a poco".

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