La industria automovilística y la de semiconductores están en el centro de la crisis global de la cadena de suministro: esto es lo que les espera, según los expertos

Chip maker.
Chip maker.GettyImages/ mikroman6
  • Las empresas están comenzando a adaptarse a la escasez global de chips provocada por la crisis global de las cadenas de suministro.
  • Las medidas de corto plazo no servirán para detener la sangría, según los expertos.
  • A largo plazo, las compañías tendrán que adaptarse a esta nueva realidad, y algunas lo están haciendo de forma prometedora.
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La escasez global de semiconductores se está convirtiendo en el mayor problema que los mercados mundiales afrontan en estos momentos, una dificultad que afecta a un buen número de sectores, desde la industria de los videojuegos hasta incluso los negocios de lavado de mascotas.

Para varios de los sectores afectados, esto no es nada nuevo. Hace meses, la rápida extensión del trabajo desde casa provocó una demanda enorme de chips que coincidió con varios problemas en el suministro, lo que hizo subir los precios.

Lo diferente ahora es que las compañías están comenzando a afrontar esta nueva realidad. Ya ha quedado claro que la escasez de chips va a seguir durante años, así que ya no hay trucos para evitarla.

Muchas empresas están comenzando a cambiar sus procesos de producción para mitigar los efectos de esta crisis. Algunas están impulsando productos menos dependientes de chips frente a los que dependen más de ellos, o tratando de rediseñar sus tecnologías para reducir su dependencia.

"No obstante, ninguno de estos cambios son suficientes para evitar completamente el impacto de una crisis que está afectando a todos y que continuará haciéndolo", asegura Richard Barnett, director de marketing de la compañía de análisis de la industria electrónica Supplyframe.

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Según explicó Barnett a Business Insider, las marcas más afectadas son aquellas que tienen menos alternativas para navegar esta escasez. Las maniobras de corto plazo simplemente les permiten ganar algo de tiempo, mientras que las inversiones de largo plazo pueden requerir meses y años para tener efecto.

La crisis podría durar hasta bien entrado 2023, según Supplyframe. Pero a diferencia de otras situaciones de escasez tradicionales, esta se producirá en oleadas, según Barnett.

Esto será así por 3 factores: la demanda, los ciclos de producción y la priorización. El aumento de la demanda de productos dependientes de chips está afectando rápidamente a toda la industria, pero a su vez crea incertidumbre sobre la demanda real. Además, a esta dinámica se unen los altibajos de la industria tecnológica, como los que se producen cuando Apple lanza un nuevo modelo de iPhone, por ejemplo.

Además, los fabricantes de semiconductores, como la empresa taiwanesa TSMC o la estadounidense Intel, se están viendo obligadas a priorizar a qué empresas abastecen de chips en primer lugar. Naturalmente, su objetivo será servir primero a los clientes más lucrativos, como Apple o Samsung. Pero dejar a otras compañías sin chips podrían dejarles sin esos clientes en el futuro, advierte Barnett.

Aun así, hay un elemento positivo: la necesidad siempre es un incentivo para la creatividad, especialmente en sectores tan afectados como el automovilístico. Empresas como Ford están comenzando a desarrollar un modelo de negocio de producción bajo demanda que podría permitirle ser más resistente a este tipo de crisis externas.

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La japonesa Toyota, por su parte, está reevaluando las ventajas de su negocio just in time que trata de maximizar la eficiencia, recibiendo los componentes solo cuando son necesarios y no antes.

"Toyota es la compañía más conocida por su método just in time. Y este método es más factible cuando las empresas tienen proveedores locales", apunta Soo-Haeng Cho, profesor de estrategia y operaciones en la Carnegie Mellon University.

Un empleado en una planta de Toyota en Onnaing, Francia
Un empleado en una planta de Toyota en Onnaing, Francia

REUTERS/Pascal Rossignol

La compañía nipona tradicionalmente dependía mucho de sus proveedores japoneses, pero conforme la cadena de suministro fue orientándose hacia las empresas chinas, empezó a estar "más expuesta a este tipo de disrupciones", añadió el académico.

Al mismo tiempo, gobiernos como el estadounidense están aumentando su precaución hacia crisis de suministro como esta, al darse cuenta de que su papel debe ser hacer que la economía se comporte mejor ante estas situaciones. En junio, la administración dirigida por Joe Biden lanzó un informe en el que ponía el foco sobre cuatro industrias clave para la economía estadounidense, entre las cuales estaba la industria de semiconductores.

"El sector privado tiene un incentivo para reducir costes, pero no lo tiene para invertir más y prepararse para estas disrupciones. Por lo tanto, el Gobierno quiere incentivar a las empresas para invertir más, dando subsidios tecnológicos para revitalizar las cadenas de suministros", explica Soo-Haeng Cho.

Para los fabricantes de chips, será habitual encontrarse con incrementos de la demanda después de etapas de escasez, según Barnett.

"La proyección a largo plazo de la demanda de artículos electrónicos sigue siendo muy elevada. La pandemia solo ha intensificado esta situación y ha introducido en seis meses una dinámica que se habría producido en seis años", asegura el experto.

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