Los más ricos no quieren perderse la moda de la IA: así están invirtiendo en mitad de una explosión que despierta más de una sospecha

Hayley Cuccinello
| Traducido por: 
IA y dinero

LightFieldStudios/ Getty Images

  • Multimillonarios como Eric Schmidt, de Google, han apostado fuerte por la IA a través de sus family offices.
  • Pero estas empresas de inversión privada dan prioridad a la preservación del patrimonio antes que a la apuesta por los negocios rápidos, por lo que Business Insider ha hablado con algunas para saber cómo distinguen el grano de la paja.

Los más ricos de EEUU andan ansiosos por unirse a la fiebre del oro de la inteligencia artificial. Multimillonarios como el titán de los fondos Stanley Druckenmiller están comprando acciones del fabricante de chips Nvidia

Por su parte, Eric Schmidt, cofundador de Google, ha invertido en Mistral AI, una empresa francesa fundada hace menos de dos meses.

Las family offices, brazos de inversión privada cuya misión es sacar rendimiento al dinero de algunas de las familias más acaudaladas, se interesaron por la IA antes incluso del lanzamiento de ChatGPT en noviembre de 2022, con un 48% de estas empresas privadas invirtiendo ya en el sector en la primavera de ese mismo año, según una encuesta.

Este reciente fervor ha renovado el interés por la tecnología, pero también ha hecho que estas empresas de inversión privada se muestren cautelosas.

Según Karl Rogers, director de inversiones de la family office irlandesa Elkstone, son tantas las startups que afirman utilizar la IA que las family offices desconfían de la IA a la hora de plantearse operaciones de riesgo.

"Gran parte de la cuestión se reduce a lo que ofrecen", explica Rogers a Business Insider. "Ahora mismo hay mucha tecnología de código abierto. Pero cabe preguntarse si lo que se usa por parte de las startups forma parte de verdad su salsa secreta o si es algo que cualquiera puede utilizar que ellos solo usan para poder presumir ante nosotros de usar la IA".

Paul Hsu, fundador del fondo de capital riesgo Decasonic, cuenta a Business Insider que las family offices han mostrado más interés por esta tecnología por ejemplo que inversores institucionales como los fondos de pensiones. Con todo, siguen siendo cautelosos, ya que suelen dar prioridad a la conservación del patrimonio a largo plazo frente a un crecimiento agresivo

"Los ciclos basados en la publicidad que recibe cierta tecnología en un momento determinado tienden a implicar rendimientos inmediatos, lo que es contrario a lo que suelen intentar las family offices", afirma Hsu, cuyo fondo cuenta entre sus inversores a la familia Pritzker, fundadores de la cadena de hoteles Hyatt.

"Llevan el tiempo suficiente en esto como para saber que los ciclos de hype suelen ser precursores de lo que al final se convierte en una burbuja que impide que surjan casos de uso verdaderos y duraderos para una tecnología determinada."

Consuelo Vanderbilt es la séptima generación de herederos Vanderbilt.

Salir de la zona de confort

El bombo publicitario ha venido acompañado de picos de valoración tanto en el mercado bursátil como en los mercados privados a pesar del descenso general de las valoraciones, afirma Rogers.

Este repunte hace aún más crucial examinar cuidadosamente a los pretendientes. Rogers ve muchas oportunidades para que la IA automatice procesos como el análisis de documentos de préstamo o el diagnóstico a partir de radiografías, pero se muestra escéptico a la hora de aplicar la IA a servicios que dependen del análisis humano como la gestión de patrimonios.

Con todo, las family offices se sienten más o menos cómodas con la IA. Jon Dutton, de 34 años, director de la firma de inversión Cavalcade, ha obligado a algunos de sus empleados a utilizar ChatGPT para evaluar las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de posibles empresas en cartera en lo que se conoce como análisis DAFO, por sus siglas en inglés (Strengths, Weaknesses, Oportunities yThreats)

La desconcertante respuesta que da un robot de IA cuando le preguntan si se rebelaría contra su creador humano

Según explica a Business Insider, las aplicaciones obvias de la IA generativa, como la redacción de correos electrónicos y mensajes sociales, han facilitado la tarea de convencer a su familia de las virtudes de esta tecnología.

"En mi familia, no creo que hayamos tardado en subirnos al tren de la IA", afirma Dutton, cuyo tío fundó Cavalcade tras vender una empresa de inversión a una filial de Fidelity. "Cada día vemos más y más cosas que se pueden hacer con esta tecnología, especialmente gracias a los grandes modelos lingüísticos".

Sin embargo, según Rogers, muchas family offices invierten mucho en los sectores en los que sus fundadores se enriquecieron, ya que es su zona de confort. 

Para complicar aún más las cosas, la mayoría de los fundadores de family offices son, como mínimo, personas en edad ya madura, y tienen menos probabilidades de ser expertos en tecnología. Es responsabilidad de los directivos de las family offices animar a sus jefes a diversificar, afirma.

Anthony Manna, de 62 años, fundador de la family office M7 Holdings, reconoce que no es un experto en tecnología y que confía en su equipo de inversión para buscar operaciones en IA. 

Este abogado reconvertido en inversor ha apostado varias veces por startups que utilizan el aprendizaje automático como Bloomfield Robotics, que detecta la salud de los cultivos a partir de imágenes y predice los momentos óptimos para cosechar y plantar.

Para Manna, la decisión de invertir se reduce al producto final y al plan comercial más que al funcionamiento interno de la tecnología. Antes de dar el visto bueno, entrevista a todos los fundadores y al equipo directivo. En una ocasión, le pidió a un emprendedor que fuera al grano.

"Mira, no voy a entender todos los entresijos de tu tecnología. Los que he contratado sí", recuerda que le dijo. "Lo que quiero entender es cómo vas a atacar el mercado con esto".

Manna es optimista sobre las aplicaciones del aprendizaje automático, en particular en agrotecnología y fabricación, pero también está cansado de que la IA se utilice como una palabra de moda.

"Me importa un bledo la IA, la tecnología o lo que sea", resume. "Todo se reduce a las personas".

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