19 fotos muestran la realidad de la vida en autocaravana: es mucho menos glamurosa de lo que se ve en Instagram y TikTok
- Durante 13 días viví en una caravana. Mi parte optimista esperaba que fuera igual que lo que veía en internet.
- Aunque algunos aspectos del estilo de vida en autocaravana son increíbles, la realidad incluye muchos aspectos negativos.
- Dependía de duchas públicas sucias, dormía en aparcamientos y vivía en un espacio desordenado.
Nunca imaginé que dos semanas pudieran estar llenas de tantos altibajos.
Pero después de pasar 13 días en una autocaravana, aprendí exactamente eso.
En octubre, viví y viajé en una furgoneta RamPromaster de siete metros cuadrados, atravesando seis estados y recorriendo casi 5.000 kilómetros.
Era un viaje con el que soñaba desde hacía años. Pasé las semanas y los meses previos sumergiéndome en las vidas de otros nómadas, navegando por TikTok, enamorándome de las publicaciones de Instagram y mirando vídeos de YouTube.
Me imaginaba dos semanas llenas de naturaleza remota, vistas impresionantes y una caravana ordenada a la que llamaría hogar.
Aunque encontré cada una de esas cosas, hubo muchos momentos a lo largo de mi viaje en los que esa visión estaba lejos de la realidad.
Por ejemplo, mi furgoneta era a menudo un auténtico desastre. Y cuando el cansancio de horas de conducción se apoderó de mí, dejé de buscar un lugar bonito para aparcar y me conformé con los aparcamientos.
Aunque se cumplieron muchas de mis expectativas, la realidad es que la vida en autocaravana no es únicamente el glamour que se ve en las redes sociales.
Cogí una caravana de alquiler impecable y tenía la esperanza de mantener el espacio limpio durante las dos semanas siguientes.
Pero a los 30 minutos, esas esperanzas se desvanecieron cuando derramé agua por todo el suelo.
Incluso cuando el agua se secó, me di cuenta de que mantener ordenado un espacio tan pequeño era una tarea difícil con tanto viaje y una maleta demasiado llena.
Así que la mayoría de las veces, mi furgoneta era un caos.
E incluso si conseguía guardar mis pertenencias, a menudo había una pila de platos en el fregadero.
El lado positivo era que, al ser un espacio pequeño, el tiempo de limpieza era corto. Así que, aunque ordenaba a menudo, nunca tardaba más de 20 minutos.
No era solo el desorden lo que se apoderaba del espacio. Después de pasar días en el desierto, había polvo por todas partes, desde la ropa hasta la cama y las encimeras.
Sin embargo, el polvo mereció la pena para poder explorar campos de cactus Saguaro en Arizona y árboles de la especie Joshua en California.
Antes de salir de viaje, también imaginé que pasaría noches en lugares remotos.
Muchas noches de mi viaje incluyeron pintorescos campings y remotas paradas nocturnas.
Pero no todas. Otras fueron mucho menos pintorescas. Un largo viaje terminó acampando en el aparcamiento de un Walmart.
Otra noche, dormí en el aparcamiento de un Cracker Barrel (una cadena estadounidense de restaurantes y tiendas de regalos) para no tener que pagar en un camping cercano.
Otro obstáculo inesperado de la vida en furgoneta fue el baño. Mi caravana no tenía aseo ni ducha.
Durante dos semanas, dependí de los baños de las gasolineras y de las áreas de descanso.
A la hora de ducharme, los campings y gimnasios eran mi solución.
Pero las duchas no siempre estaban limpias y a menudo costaban un suplemento.
Hacia el final de mi viaje, me salté el pago de las duchas. Para ahorrar dinero, utilicé toallitas húmedas hasta llegar a casa.
Al final me di cuenta de que lo que veía en las redes sociales era en parte cierto: mi viaje estuvo lleno de naturaleza impresionante, lugares de acampada aislados, interiores acogedores y gente amable.
Pero no lo es todo. Hay muchos aspectos negativos, como las duchas públicas sucias y la ropa polvorienta. Pero me hacen apreciar aún más las ventajas de este estilo de vida.
Otros artículos interesantes:
Conoce cómo trabajamos en Business Insider.