Por favor, ¡tened hijos, generación Z! El futuro puede parecer desesperanzador, pero es más brillante que nunca

Algunos miembros de la generación Z han decidido que el futuro es tan desolador que nunca tendrán hijos.

Por favor, ¡mantened la mente abierta, generación Z!

Si no quieres tener hijos porque no quieres tenerlos, por supuesto que no pasa nada. A pesar de la convicción de muchos padres, tener hijos obviamente no es la única manera de vivir una vida plena, significativa y valiosa.

Pero, por favor, no descartes tener hijos por el "cambio climático", la "economía" o cualquier otra preocupación temporal.

Nuestro futuro (y nuestro presente) incluyen, por supuesto, muchos retos y temores, algunos de los cuales pueden parecer insuperables. Pero todas las generaciones se enfrentan a esos retos. Y, lo creamos o no, todos los habitantes de la Tierra nacieron en un mundo que, en muchos aspectos, era más aterrador, peligroso e incierto que el actual.

Si tienes hijos, les harás un regalo espectacular y astronómicamente improbable, la vida, sea cual sea el estado del mundo.

Pero lo más importante es que, a pesar del cambio climático, el mundo no está peor que nunca. De hecho, en la mayoría de las medidas que afectan a la calidad de la vida humana (si no animal o vegetal) —esperanza de vida, ingresos, salud, muerte por violencia, medicina, conciencia social y justicia, por nombrar algunas— cada vez está mejor.

Si quieres una revisión exhaustiva, el profesor de la Universidad de Harvard Steven Pinker expone muchas de estas tendencias en un libro de 2018 titulado Los ángeles que llevamos dentro. Pero para elegir solo dos, ten en cuenta los gráficos y hechos a continuación provenientes de la preciada web Our World In Data.

1. En los últimos 200 años, el porcentaje de seres humanos que viven en la pobreza extrema ha descendido del 76% al 10%.

2. Las cifras de mortalidad infantil han caído en picado y se encuentran en mínimos históricos. (No hay nada más aterrador para un futuro padre que la posibilidad de que su hijo enferme, se haga daño o muera. Y, afortunadamente, gracias a muchas innovaciones y avances, las posibilidades de que esto ocurra son menores que nunca).

Hay docenas de otras tendencias alentadoras como ésta.

Sí, el 10% de los seres humanos que viven en la pobreza extrema siguen siendo demasiados. Como lo es que cualquier niño muera antes de los 5 años (o en cualquier momento).

Y sí, nuestro mundo se está calentando. Y muchos de nosotros seguimos sufriendo indebidamente y matándonos unos a otros y muriendo demasiado pronto de forma trágica. Todavía hay demasiadas enfermedades y afecciones que nos paralizan e incapacitan. Nuestros sistemas educativo y judicial necesitan mejoras. Nuestras sociedades siguen plagadas de injusticias y desigualdades. Los océanos están llenos de plástico. Las selvas tropicales y los animales están siendo diezmados. Sigue habiendo guerras. Y así sucesivamente.

En resumen, todavía tenemos muchos problemas acuciantes que resolver.

Pero siempre los hemos tenido. Y siempre los tendremos.

En los años sesenta, cuando mis padres decidieron valientemente traerme al mundo (¡gracias, mamá y papá!), el temor que dominaba la conversación era la aniquilación nuclear, que podría decirse que es peor que el cambio climático. Sigue siendo un riesgo, por supuesto. Afortunadamente, hemos conseguido evitarlo durante el último medio siglo. Esperemos que podamos seguir haciéndolo.

Y, por supuesto, en aquellos días, los cigarrillos y el alcohol y los coches y los aviones y las medicinas y otros productos nos mataban rutinariamente y destruían nuestras vidas y destrozaban el medio ambiente, y nuestros procesos de fabricación eran mucho menos seguros que otros similares hoy en día. (Cuando yo era niño, se consideraba una paternidad totalmente responsable meter a tus hijos en el coche sin cinturones de seguridad ni sillitas).

Y, sí, durante los 57 años que he tenido la suerte de vivir, muchos de mis compañeros han muerto demasiado jóvenes, incluidos algunos que —sin tener la culpa— encontraban la vida demasiado difícil o angustiosa para continuar. Y, como la mayoría de las familias, la mía ha vivido momentos difíciles y tragedias.

Pero estoy agradecido a mis padres por haber superado sus miedos y haberme traído al mundo.

Y no conozco a nadie que piense de otro modo.

Así que, generación Z, por favor, pensad en tener hijos. Es aterrador, pero quizá, como vuestros padres, podáis seguir el consejo de la maestra de la superación personal Susan Jeffers y "sentir el miedo y hacerlo de todos modos".

La vida es un regalo. Con el tiempo, si viven lo suficiente, tus hijos te estarán agradecidos por habérsela dado.