Hacienda te vigila, influencer: esto es lo que debes saber para cumplir con el fisco

Dulceida y su pareja Alba Paul, dos de las influencers más famosas de España posando en la alfombra roja de los MTV Europe Music Awards 2019
  • Los influencers no están exentos de pagar impuestos en el IRPF ni de incluir IVA en sus facturas.
  • Sus ingresos se consideran ingresos por actividad económica, como los de otros autónomos.
  • Los regalos que reciben y los préstamos de las marcas también son ingresos para Hacienda. 
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Primero fueron los futbolistas, después los actores, presentadores de televisión y también los motoristas quienes estuvieron bajo el foco de Hacienda. Ahora les ha llegado el turno a los influencers y demás protagonistas en redes sociales.

Dentro de su trabajo de inspección y control contra el fraude fiscal, la Agencia Tributaria va saltando de grupo en grupo de profesionales buscando formas de actuar concretas que quiere corregir.

Además, lo hace normalmente con casos ejemplarizantes. Con los futbolistas y actores fue la forma de tributar por los derechos de imagen y las offshore con casos como los de Luka Modric, Marcelo, Mascherano, Messi y Cristiano Ronaldo como aviso para navegantes (no les sirvió con Xabi Alonso).

¿Y qué busca Hacienda en el caso de los influencers? Algo mucho más sencillo: hacerles llegar el mensaje de que también deben pagar impuestos. Y es que, a día de hoy, todavía hay quienes no tienen claro si deben o no tributar por esta actividad en la renta. 

En este sentido, Álvaro de la Cueva, socio del Departamento Tributario de Garrigues, explica que “un influencer, como cualquier persona física residente fiscal en España, deberá tributar por cualquier tipo de contraprestación, dineraria o en especie, en su IRPF”. En otras palabras, los ‘rockstars’ del siglo XXI no están exentos de pagar impuestos por sus ingresos.

De hecho, “no hay regla especial alguna para los influencers, por lo que la totalidad de sus rentas -en efectivo o en especie- tributarán como rendimientos de actividades económicas en el IRPF”, sentencia José Montolio, abogado del área tributaria de Ceca Magán. La excepción la marcan quienes hayan creado una sociedad para gestionar su actividad, que tributarían ya parte dentro del Impuesto sobre Sociedades en lugar de en el IRPF.

¿Desde cuándo hay que tributar? ¿Cuándo considera Hacienda que realizas una actividad económica?

Como en casi todas las cuestiones fiscales, la ley es más restrictiva que su posterior interpretación. Como recuerda Montolio, “los influencers realizarán una actividad desde el momento en que, mediante la publicidad de cualquier producto y en la forma elegida por cada influencer, pretendan colaborar en la promoción de estos a cambio de una contraprestación que podrá ser dineraria (metálico) o en especie (productos)”.

En otras palabras, cobrar por un subir una imagen a Instagram o por hacer un tuit ya implica una actividad económica, igual que cuando te regalan unas vacaciones o un fin de semana por hospedarte en un determinado hotel.

Del mismo modo, también habrá que pagar impuestos por la publicidad que se obtiene en otros canales como YouTube, algo que la Dirección General de Tributos (DGT) ha aclarado en varias consultas vinculantes como las V2608-19, de 24 de septiembre, V0117-19, de 18 de enero o la V0992-16, de 14 de marzo.

La norma general para Hacienda es clara, si ganas dinero por tu presencia en redes sociales, tendrás que pagar impuestos como actividad económica en la renta. La excepción en este punto la marcan los blogs. Así se desprende de la consulta vinculante V 3065-17, en la que una persona que realizaba reseñas sobre productos en una web y a cambio recibía una compensación, preguntaba cómo debía tributar por ello. En este caso, “la DGT concluye que, si su colaboración responde a un hecho circunstancial y no ordena medios personales y materiales, la gratificación o compensación se calificará, a efectos de IRPF, como una ganancia patrimonial”, resalta Ana Carrete, asociada sénior del departamento Tributario de Garrigues.

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¿Cómo poner esos ingresos en la declaración de la renta?

El dinero que ingreses deberá después tributar en el IRPF como rendimientos de actividad económica como lo haría cualquier otro autónomo. Y es que, para Hacienda, un influencer no se diferencia de un redactor freelance o un electricista, por poner dos ejemplos.

Esto implica que en la renta deberán indicar sus ingresos totales por un lado y restar los costes de la actividad por otro. Estos gastos deducibles incluyen el material necesario para desarrollar la actividad e incluso parte de los gastos del despacho si trabajas desde casa.

Sin embargo, es en los ingresos declarados donde Hacienda está encontrando un filón para realizar declaraciones paralelas. A diferencia de otras actividades, uno de los problemas de estos ingresos es que no suelen ser recurrentes y tampoco dinerarios.

Todo el mundo tiene claro que, si recibe un dinero por un trabajo, debe incluirlo en la renta. No ocurre lo mismo cuando en lugar de dinero se recibe un regalo e incluso un bien prestado. Por desgracia, Hacienda sí que lo tiene. Esta es su visión en ambos casos.

Cómo tributan los regalos que reciben los influencers

Estancias en hoteles como invitados, cenas en los mejores restaurantes y viajes, muchos viajes… Todo a coste cero. Eso es lo que cada día puede verse en los perfiles de muchos influencers. El problema es que estos regalos sí tienen un coste, por lo menos para la AEAT. “No son regalos. Son contraprestaciones en especie por la prestación de sus servicios de publicidad y quedan a sujetas al IRPF del influencer y a IVA”, sentencia Montolio.

Hacienda sí tiene en cuenta esos regalos y los valora atendiendo a su precio de mercado. Es decir, “el precio que hubiese tenido que pagar cualquier cliente por disfrutar de los mismos en idénticas condiciones”. Esto se aplica tanto a los grandes regalos como a las pequeñas contraprestaciones.

Así, la estancia en el Hotel Constance Moofushi de Maldivas con desayuno incluido, sumará los 1.850 euros que figuran en Trip Advisor a efectos fiscales. Para Hacienda, es como si el influencer hubiese ganado esa cantidad. Se trata de un rendimiento de la actividad económica en especie y no se diferencia de una factura al uso. De hecho, es fácil que el hotel sí impute ese dinero como un gasto más por publicidad, por ejemplo.

Lo mismo ocurre con regalos de menor importe. Una bolsa de 100 euros que te regala Zara, la cena en el restaurante e incluso los lotes de fuet que Casa Tarradellas envía gratis durante meses sólo porque quiere salir en el timeline. Todos estos regalos son en realidad ingresos para el influencer. La única diferencia es que, como ocurre con los regalos de boda y las donaciones, Hacienda no siempre llega a todos rincones y las propias marcas muchas veces tampoco registran estos regalos.

La excepción a la norma serían los productos que la marca envía como muestra o que son esenciales para la realización de la promoción, que no se considerarían pago en especie. Es decir, si vas a promocionar un bolso y has firmado un contrato donde te pagan por hacerlo, el propio bolso no se considerará un regalo.

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Cómo tributan los préstamos de bienes a los influencer

Con los préstamos ocurre exactamente lo mismo. Hacienda los considera un ingreso. Así, “la utilización de un vehículo supondrá la obtención de un rendimiento de la actividad económica en especie cuando, como será lo habitual, se realicen en el ámbito de una relación profesional o con motivo del perfil profesional de los influencers”, indica De la Cueva.

“Asociar la imagen del influencers a una determinada marca, con el uso del vehículo, es una forma más de publicitar dicha marca y modelo, por lo que, la utilización del vehículo tributaría como un rendimiento de la actividad económica en el IRPF del influencer”, continúa.

Lo que sí cambia en este caso es la valoración que hay que hacer de ese coche. En el caso de los vehículos, se imputará un 20% del valor del bien por cada año que lo tenga en su poder. Si el coche es un Mercedes Clase A Compacto valorado en 30.000 euros y la marca te lo presta por un año, será como si hubieses ganado 6.000 euros.

Al final, todos estos regalos y préstamos se suman a lo que gana el influencer y, tras restar los gastos deducibles, tributan a los tipos generales de IRPF, que pueden alcanzar el 45% para las bases imponibles superiores a 60.000 euros, exactamente igual que cualquier otro autónomo y que cualquier ciudadano.

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