Por qué flotan las nubes si el agua que contienen pesa toneladas

nubes, campo
  • Seguro que más de una vez has jugado a imaginas formas en las nubes que atraviesan el cielo, pero quizá no sepas porque estás formaciones flotan si en realidad el agua que contienen pesa más que el aire.
  • En ello entran en juego las corrientes de aire, también la velocidad límite de las gotas de vapor en su interior.

Parecen tan blandas por fuera, que se diría todo de algodón. La realidad es bien distinta, pues estas aparentemente ligeras acumulaciones de vapor en realidad son bastante pesadas. Un cúmulo o nube de tormenta puede pesar tanto como 100 elefantes.

¿Pero si el agua que acumulan pesa tales toneladas, cómo pueden flotar las nubes? 

Las nubes están compuestas principalmente de pequeñas gotitas de agua y cristales de hielo, si hace bastante frío. Y aunque al observarlas mientras surcan los cielos parezcan entes bastante compactos, como matizan desde la AEMET, "una nube es un ente cambiante, las gotas pueden crecer, disolverse, fragmentarse y unirse a otras o helarse, dependiendo de si ascienden, se mezcla con aire más o menos cálido o frío, húmedo o seco". 

Ejemplo de ello son sus bordes, mucho más difusos, porque allí la cantidad de vapor es menor y se visualiza mejor "su  constitución evolutiva". 

Cuando una nube cargada de agua crece demasiado, la precipitación cae en forma de lluvia, nieve o granizo en función de la temperatura. Pero incluso antes de la lluvia, estas gotas están cayendo, aunque a un ritmo pausado.

“Están cayendo muy, muy, muy lentamente”,  explica en Live Science Alex Lamers, meteorólogo del Servicio Meteorológico de EEUU.

Todo lo que cae a la Tierra alcanza lo que se conoce como velocidad límite, su mayor velocidad posible cuando cae libremente en el seno de un fluido. Esta velocidad ocurre cuando la fuerza de arrastre del aire contrarresta perfectamente la gravedad. 

Como evidencia Lamers, las gotas de agua son tan ligeras que su velocidad es extremadamente lenta: entre 18 a 36 metros por hora para una gota con un radio de 5 a 10 micrones.  Debido a la altura de las nubes, "este pequeño cambio hacia abajo no se nota a simple vista".

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A esto hay que sumarle otro factor. Las corrientes ascendentes del aire que se eleva también contribuyen a la apariencia flotante de las nubes. Ocurre  al compensar las pequeñas velocidades de caída de las gotitas.

El aire ascendente empuja y mantiene suspendidas las gotas, incluso mientras caen gradualmente. Lo hace porque este aire provoca un enfriamiento que hace que el vapor se condense, dando "forma" con ello a la nube.

Un resumen muy claro lo realizó Douglas Wesley, meteorólogo del Programa Cooperativo de Meteorología Operacional, Educación y Capacitación (COMET) en un artículo de 1999.

"Aunque las nubes típicas contienen mucha agua, este agua se extiende por kilómetros en forma de pequeñas gotas de agua o cristales, que son tan pequeños que el efecto de la gravedad sobre ellos es insignificante. Así, desde nuestra posición ventajosa en el suelo, las nubes parecen flotar en el cielo".

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