Esta empresa convierte cruceros viejos en hoteles flotantes: así es por dentro su mayor 'flotel'
- Bridgemans ServicesGroup explota una flota de antiguos cruceros convertidos en hoteles.
- Sus "floteles" están diseñados para alojar a trabajadores durante proyectos a largo plazo.
Algunos cruceros viejos e indeseados acaban en desguaces, donde son desmontados y vendidos como chatarra.
Otros tienen un destino más afortunado y encuentran una segunda oportunidad para hacer lo que mejor saben hacer: servir de hoteles flotantes.
Bridgemans Services Group, con sede en Canadá, compra y fleta antiguos cruceros para convertirlos en "floteles", equipados con las comodidades habituales de los cruceros, como servicio de limpieza diario, bufés y salones de relax.
Pero los barcos ya no están diseñados para transportar turistas de un destino a otro. En cambio, las empresas recurren a Bridgeman cuando necesitan alojar a trabajadores para un proyecto a largo plazo, ya sea la construcción de un parque eólico marino en Europa o el rodaje de una gran película en un destino remoto.
Los floteles pueden alojar a trabajadores en destinos remotos donde los hoteles no son una opción.
En zonas más metropolitanas, Bridgemans afirma que sus buques podrían reducir la presión que una avalancha de trabajadores podría ejercer sobre el mercado inmobiliario local.
Y una vez que dejan de ser necesarios, los buques parten "sin dejar rastro", según la propia empresa.
En la última década, Bridgemans ha utilizado sus buques en 15 proyectos en todos los continentes, según señala Brian Grange, presidente de la empresa, a Business Insider.
Grange afirma que sus proyectos —la mayoría de las veces para empresas de gas natural licuado— duran una media de dos años.
En el pasado, también ha proporcionado alojamiento a MSC Cruises en su isla privada Ocean Cay y a más de 1.000 trabajadores filipinos en un proyecto para el Aeropuerto Internacional de Manila durante la pandemia.
Los tres buques de la empresa tienen entre 150 y 652 camarotes.
El operador adquirió su buque más grande, el MV Isabelle X, de 171 metros de eslora, en 2023.
En el pasado, este buque de 35 años navegó por el Báltico como uno de los cruceros de Tallink Gruipp, con sede en Estonia.
Atrás quedaron sus días de crucero tranquilo. El buque, de 35.000 toneladas brutas, se encuentra ahora en su primer despliegue en Howe Sound, al norte de Vancouver, donde alberga a más de 600 trabajadores que construyen la planta de exportación de gas natural licuado (GNL) de Woodfibre LNG.
El Isabelle X se sometió a una modernización de seis meses antes de ser enviado a Howe Sound.
El proceso incluyó actualizar los camarotes del barco y añadir servicios como una sala de juegos y un gimnasio de 745 metros cuadrados.
Los dos últimos son especialmente importantes: "Tenemos que asegurarnos de delimitar la línea que separa el trabajo del hogar", explica Grange a Business Insider. "Tenemos que crear un entorno social a bordo de estos buques que lo haga atractivo para los trabajadores de todo el mundo".
Durante su tiempo libre, los trabajadores pueden jugar al billar, relajarse en el salón exterior o utilizar el wifi del barco para ponerse al día en las redes sociales.
La sala de deportes cuenta con grandes pantallas de televisión, mientras que la sala de juegos dispone de dardos y mesas de ping-pong.
Los "salones tranquilos" son el espacio al que acuden las personas que necesitan desconectar tras una larga jornada de trabajo.
También pueden recargar pilas y ponerse al día con las últimas series en sus camarotes, todos ellos con escritorio, espacio de almacenamiento y televisores de 32 pulgadas.
Al igual que en un crucero típico, los barcos de Bridgemans tienen bufés con estaciones de cocina en vivo, un bar de postres y alguna que otra noche temática.
Los chefs de los barcos adaptan sus menús a las restricciones demográficas y dietéticas de los trabajadores a bordo, según explica el presidente de la empresa a Business Insider.
Los residentes pueden esperar al menos cuatro opciones de proteínas, muchas verduras y pan y postres hechos a mano.
A diferencia de la mayoría de las compañías de cruceros, Bridgemans puede comprar por adelantado toda la comida que necesita antes de su utilización.
Grange afirma que esto permite a los buques mantener la calidad y consistencia de los alimentos en lugares remotos.
¿Recuerdas el despliegue en Filipinas durante el COVID-19? Según Grange, el buque había cargado casi 800 toneladas de alimentos antes del proyecto.
No ha querido revelar el coste de alquilar uno de los floteles de Bridgemans.
Pero sí señaló que el coste de un camarote en el proyecto Woodfibre LNG de Howe Sound es comparable al de una habitación de hotel en la cercana Vancouver, como ocurre con la mayoría de sus proyectos cerca de las grandes ciudades.
La adquisición más reciente de la empresa, el Diamond XI, con 150 camarotes, está siendo modernizado y estará listo para su despliegue este año.
Según el presidente de la empresa, se trata de una embarcación pequeña y de gama alta, que probablemente se utilizará para acontecimientos deportivos y rodajes cinematográficos.
También podría ser el comienzo de una mayor expansión: espera añadir dos o tres buques más a su flota en los próximos cinco años.
"El mundo se ha abierto a esto como una valiosa alternativa al alojamiento", explica Grange a Business Insider.
Quién sabe, la próxima vez que veas un crucero frente a la costa, es posible que aloje a trabajadores, no a viajeros.
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