Esta empresa española rastrea 2.000 millones de clicks al día para proteger a las marcas del fraude del marketing, una amenaza que provoca pérdidas de hasta 40.000 millones al año

Eduardo Aznar, CEO de Opticks Security.
Eduardo Aznar, CEO de Opticks Security.
  • Esta tecnológica de Barcelona usa el aprendizaje automático para proteger a las marcas del fraude del marketing, un mal que provoca pérdidas de hasta 40.000 millones al año.
  • Su nombre es Opticks, y consiguieron detectar apps maliciosas en Google Play antes de que el gigante del buscador reaccionara.
  • Estas apps se apoderaban del teléfono del usuario para enviar clicks fraudulentos sobre anuncios. Unos clicks que a las marcas que se anunciaban, a la vez, no les eran verdaderamente útiles.
  • En qué consiste el fraude del marketing o ad fraud y por qué es una amenaza creciente para las marcas.
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A mediados del año 2019 Juniper Research, una firma de análisis de mercados, estimó que las compañías perderían en un año 42.000 millones de dólares por fraude en marketing, o ad fraud.

En el ámbito de la ciberseguridad, el ad fraud es un conjunto de técnicas que emplean ciberdelincuentes para tratar de monetizar inserciones publicitarias de terceros. Las famosas granjas de clicks, o móviles hackeados para que el terminal pinche mecánicamente en los anuncios que reciba, e incluso robots, son algunos de las acciones o actores que se enmarcan bajo este término.

Los motivos pueden ser múltiples: pinchar muchas veces en un anuncio, dejar reseñas falsas, ver muchas veces un vídeo en una red social... Así, los ciberdelincuentes pueden ganar dinero y, en ocasiones, agencias de marketing con malas prácticas también.

Las principales perjudicadas son las grandes marcas: a fin de cuentas son ellas las que contratan agencias para trabajar en el posicionamiento de sus productos en la red, y esperan convertir en clientes muchas de las impresiones que consigan.

El problema es que no es lo mismo recibir la impresión de un usuario verdadero que forme parte de su público objetivo —un joven en España— que recibirla de una granja de clicks en Ucrania o China.

Así de claro lo deja Eduardo Aznar, el CEO de Opticks Security, una firma tecnológica con sede en Barcelona que llevan trabajando desde 2018 en la protección integral de marcas y publicidad digital de sus clientes. Entre la cartera de clientes se encuentran grandes compañías de la industria telefónica, como Huawei, que cuentan con las soluciones de esta firma catalana para sus mercados en Asia, Oriente Medio y África.

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La solución que han desarrollado en Opticks Security es proteger los clicks y los leads que reciben los anunciantes por sus campañas en línea. En el argot del marketing, el lead es aquel contacto por el cual un potencial cliente de una compañía ha dejado sus datos o al menos ha mostrado su interés en el producto o servicio anunciado. 

La propia compañía advierte de los costes que pueden suponer los fraudes de marketing tanto para el presupuesto para campañas digitales como para la inutilidad que puedan tener las mismas. Además, pueden suponer un daño reputacional importante —muchas marcas no quieren que sus anuncios aparezcan en páginas o vídeos polémicos— y en riesgos legales.

Uber, por ejemplo, ya denunció a mediados del año pasado a cinco de sus agencias de publicidad digital al detectar que muchos de los leads que recibían provenían de clicks fraudulentos.

Una firma que se adelanta incluso a Google detectando apps sospechosas

La solución tecnológica que ha desarrollado esta firma se basa en el aprendizaje automático. La herramienta es capaz de configurarse explícitamente para sus clientes con el objetivo de rastrear posibles anuncios falsificados de sus clientes, o bien leads que no sean reales.

"Este modelo de machine learning tiene unas reglas y modelos de detección que son muy precisos y que nos permiten identificar específicamente el tipo de fraude incurrido". La herramienta rastrea la telemetría en aplicaciones y redes para crear un set de datos cuantificable y valorable con el que poder aprender más sobre el tipo de visitas verdaderas que reciben sus clientes. La solución entonces es capaz de identificar cuáles son los leads que reciben las marcas que, de un primer vistazo, no son reales.

¿Qué les diferencia de otras compañías que se dedican a lo mismo? La granularidad de los datos que son capaces de ofrecer. Es un mercado muy disputado, y en el marketing digital no hay demasiada concienciación en ciberseguridad. Por eso, lo que les hace destacar, su principal vía de diferenciación, es "el conocimiento que obtenemos del tráfico móvil".

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Pero proteger a las firmas de los leads fraudulentos no es su único negocio. Aunque no es parte de su core, Opticks Security también ofrece soluciones para comprobar la integridad y la visibilidad de los anuncios digitales. Aznar explica en una entrevista con Business Insider España que han detectado casos de anuncios dispuestos en páginas webs en formato de apenas unos píxeles. O anuncios desplegados en páginas webs de contenido controvertido que, naturalmente, proceden a bloquear.

Prueba de su eficacia es que incluso Opticks fue capaz de detectar varias apps maliciosas en la Play Store, la tienda de aplicaciones de Google, antes que la propia multinacional. Estas apps invadían el teléfono de sus víctimas para emitir clicks fraudulentos que no eran útiles ni siquiera para los anunciantes verdaderos.

No es un modelo startup al uso

No lo son porque, según cuenta Aznar, no "queman" el dinero. El modelo de negocio tras dos años de operativa ya está asentado. Su plantilla de trabajadores la conforman entre una docena y una quincena de profesionales, muchos provenientes del sector de las telecomunicaciones.

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Y no les va mal. Este 2020 esperan cerrar el año fiscal con una facturación de al menos un millón de euros.

Eso no quita que no hayan recibido inversión externa y que estén abiertos a seguir creciendo de forma orgánica, como están consiguiendo. De momento no plantean abrir más oficinas más allá de Barcelona. No lo necesitan, explican, porque la mayoría de sus clientes ya están fuera de España —de momento aquí mantienen varias conversaciones abiertas con potenciales clientes— y a día de hoy continúan teletrabajando, más allá de una eventual reunión en la oficina.

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