Por qué Goi, el proyecto de esta 'influencer' española con 1,7 millones de seguidores, está rompiendo las reglas de la moda: el secreto de su éxito es tener poco 'stock'

Goi llegó al mercado en 2019 y lo hizo por pura necesidad personal de su fundadora: "No me sentía reflejada en las marcas españolas del momento. Quería una enseña que fuese más con mi estilo y mi manera de vestir". 

Hablar de Goi es hacerlo de su creadora, Jessica Goicoechea, con 1,7 millones de seguidores en su perfil de Instagram, donde se ha convertido en las influencers de moda más reconocidas.

Cuando la empresaria se lanzó a este proyecto online, lo hizo sin una red al uso: Goicoechea era la única socia y en su equipo solo había un diseñador. 

A pesar de la reducida estructura organizativa, la misión estaba definida desde el primer día. "Queríamos una firma sin reglas, sin tabúes, ni prejuicios. Una marca que haga sentir libre, segura y confiada al llevarla", explica la empresaria. 

Las primeras colecciones se utilizaron para tantear el mercado y el resultado fue "soberbio". Según recuerda, "todo lo que lanzábamos se acababa rápidamente".

Pero este repentino éxito no le resta dificultad a los primeros aleteos de la empresa catalana: "Cuando hacíamos los lanzamientos, teníamos que avisar a amigos para que nos ayudarán a preparar los pedidos", asegura.

Estos 2 primeros años de actividad —con pandemia incluida— dieron paso a la profesionalización del proyecto: la plantilla llegó a las 8 personas, sus ventas casi se quintuplicaron y hace tan solo unas semanas alcanzaron un hito: vende en más de 100 países. 

Jugar con los tiempos y los volúmenes: el secreto de Goi

Goi tiene en España el epicentro de su cadena de producción, aunque ha recurrido a países vecinos como son Italia o Portugal para ocasiones y artículos puntuales.

"Las ventajas de producir localmente son enormes a muchos niveles", explica la fundadora. Concretamente, se refiere al impacto positivo para el medioambiente y al control exhaustivo que pueden tener sobre todo el proceso de elaboración de la prenda. 

Sin embargo, desde la firma no son ajenos a que esta decisión se ve reflejada en una disminución de sus márgenes: "Lo sabemos, pero pensamos seguir haciéndolo así".

Sin duda, uno de los ejes diferenciadores de Goi frente a la moda tradicional es el control de los tiempos y los volúmenes, lo que también ayuda a contrarrestar el peso creciente del fast-fashionen la industria.

Cuando lanzan una colección, piensan "meticulosamente" en el número de unidades para que se acaben en un marco temporal limitado: "Preferimos quedarnos cortos a tener exceso de stock".

"Al principio nos costaba dar con el número clave; nos hemos llegado a quedar muy muy cortos y hemos vendido colecciones enteras en cuestión de minutos, pero cada vez lo tenemos más controlado", reconocen.

En este empuje, el peso de las redes sociales tiene mucho que decir. Tanto es así que un tercio de su facturación llega vía Instagram, donde el perfil de la marca aglutina más de 150.000 seguidores. 

La pandemia: del parón inicial al acelerón en el exterior

La llegada del COVID-19 no tuvo en Goi el efecto que sí tuvo en otros negocios online: "No crecimos, tuvimos un resultado muy parecido al año anterior".

"2020 fue completamente plano.A nuestros proveedores les pilló, como a muchos, de improviso y todo se ralentizó considerablemente", reconoce.

Sin embargo, el reducido stock que pudieron poner a la venta tuvo un notable éxito. Y fue el espaldarazo definitivo para Goi. 

"Decidí meterle una marcha más a la empresa", apunta Goicoechea. Esta obligada metamorfosis se materializó en un nuevo perfil: un director de crecimiento, un rol que asumió Álvaro Bascones, que también está a cargo del área financiera.

"La idea era darle un poco de orden y profesionalizar la empresa, saber en qué punto estábamos y fijar una estrategia de crecimiento tanto nacional como en el exterior, de manera racional y ordenada", apunta. 

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El cambio llegó: España representaba un importante polo para la empresa, aglutinando el 89% de las ventas pero, si se consideran los 3 últimos meses, la cifra ha caído al 35%. 

Y esto anterior no significa que España esté perdiendo fuelle–de hecho, la facturación del mercado nacional se ha multiplicado por 2,5–sino que el crecimiento internacional ha sido exponencial. 

"Hay países como Italia, que representando un 10% de la cuota de mercado, Estados Unidos o Alemania, haciendo lo propio con un 5% y un 6%, respectivamente, que han multiplicado su crecimiento por 15", explica.

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Todo este trabajo estratégico se tradujo en un aumento de la plantilla, que aumentará en 5 personas más. También en el traslado a una oficina más amplia, donde abrirán un showroom a principios de año.

"En 2020, la media de pedidos comprados por clientes que repetían era del 40%, hoy ya se eleva al 45%", precisan desde Goi. 

Esto además coincide, explica su director financiero, con un aumento de los nuevos clientes del 189%. Es decir, casi 3 veces más.

Las ventas medias han pasado de 600 a más 2.700 euros diarios. Y el plan pasa por cuadruplicar la facturación hasta alcanzar una cifra superior a los 6 dígitos este ejercicio.

"2021 ha sido nuestro año", explican. El próximo, anticipan "un crecimiento acelerado". 

Saben que habrá desafíos en el camino pero se sienten más preparados que nunca: "Ahora sabemos exactamente cuáles son nuestras debilidades y nuestras fortalezas".