Este gráfico ilustra la enorme brecha de fertilidad que tiene España con Europa

Bebés en manos de sus padres durante una clase de natación para neonatos
  • Un estudio del Centro Wittgenstein de Demografía y Capital Humano Global de la Universidad de Viena (Austria) muestra que España es el país desarrollado en el que hay mayor diferencia entre el número de hijos que se desea tener y el que se acaba teniendo.
  • Para medir esa divergencia, las autoras de este estudio, Eva Beaujouan y Caroline Berghammer, recurren al concepto de fertility gap (brecha de fertilidad, en castellano), y señalan que es mucho más amplio en el sur de Europa que en el norte o en EEUU.
  • El siguiente gráfico explica en qué posición se encuentra España respecto a los otros 18 países que han formado parte del estudio.
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Según la vieja regla demográfica, cada mujer debería tener al menos 2,1 hijos para evitar que la población envejezca y disminuya. Sin embargo, la última edición de la estadística de Movimiento Natural de la Población que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE) desvela que el número de hijos por mujer ha caído a 1,23, según los datos provisionales correspondientes a 2019.

Esa cifra, que revela el alcance del descenso de la natalidad, supone el mínimo de hijos por mujer en España en los últimos 18 años y ahonda aún más en el retroceso iniciado en 2016, cuando este índice alcanzó 1,34 hijos por mujer tras remontar desde los 1,27 de 2013. La media de hijos por mujer es todavía más baja considerando la nacionalidad de la madre, con 1,17 para las españolas y 1,59 para las de origen extranjero.

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Por si estos datos no fueran suficientemente negativos para el futuro demográfico, un estudio del Centro Wittgenstein de Demografía y Capital Humano Global de la Universidad de Viena (Austria) ha concluido que España es el país desarrollado en el que hay mayor diferencia entre el número de hijos que se desea tener y el que se acaba teniendo.

Para medir esa divergencia entre lo que se espera y lo que se consigue en cuanto a natalidad, las autoras de este estudio, las investigadoras Eva Beaujouan y Caroline Berghammer, han recurrido al concepto de fertility gap (brecha de fertilidad, en castellano), y señalan que esa brecha es mucho más amplia en el sur de Europa que en el norte o en Estados Unidos.

El estudio de Beujouan y Berghammer compara la media de hijos que las mujeres nacidas a principios de la década de 1970 aseguraron que querían tener en las encuestas de fertilidad y familia de cada país durante la década de 1990, cuando contaban con entre 20 y 24. El resultado de esta intención de fertilidad se compara con las cifras de natalidad real de esos mismos grupos de edad en cada país para calcular la brecha entre ambos datos.

De este modo, el siguiente gráfico explica en qué posición se encuentra España respecto a los otros 18 países que han formado parte del estudio. En la parte más baja del eje de abscisas, aparecen España e Italia como los países con menor tasa de fertilidad real, con 1,43 hijos por mujer en el grupo de edad en el que se centra la investigación.

Sin embargo, la diferencia entre los 2 países mediterráneos está, precisamente, en las diferentes expectativas de natalidad de las mujeres españolas e italianas, dado que la brecha entre sus proyectos a los 20 años y la familia que han construido al filo de los 40 es casi 1 décima menor que en España. Del mismo modo, Alemania aparece en la parte baja del gráfico, pero su intención y su natalidad real difieren mucho menos que en el sur de Europa.

Como destacan las responsables del estudio, son los países meridionales del Viejo Continente los que mayor brecha de fertilidad muestran, con España, Italia, Portugal y Grecia reflejando una desviación de más de 6 décimas entre el número deseado de hijos y la fertilidad real, aunque ese fertility gap también alcanza en 2 países centroeuropeos, Suiza y Eslovenia.

Mientras, los países del norte y este de Europa y EEUU cuentan con una intención de fertilidad más alineada con su tasa de natalidad, como Bulgaria, con una intención de 1,88 hijos frente a un resultado de 1,63, Francia, que oscila entre 2,14 hijos deseados y 2,02 nacidos, o EEUU, que es el único que alcanza la tasa de natalidad de 2,1 hijos por mujer que garantiza la reposición de la población y que contaba con una intención de 2,33.

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