La inmunidad contra el COVID-19 puede adquirirse al contagiarse de la gripe y durar toda la vida, según un estudio científico

Investigadores de la vacuna contra el coronavirus en la empresa china Sinovac
REUTERS/Thomas Peter
  • Un nuevo estudio del Centro Médico de la Universidad de Rochester ha sido el primero en asegurar que el COVID-19 genera una respuesta inmune que dura toda la vida.
  • Además, asegura que cualquiera que haya sido infectado por un coronavirus común —prácticamente todo el mundo— podría haber desarrollado cierto grado de inmunidad preexistente al COVID-19.
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La inmunidad hacia el coronavirus podría, efectivamente, durar toda la vida. 

Un estudio publicado por la revista mBiosugiere que el cuerpo puede generar una respuesta inmune contra el SARS-CoV-2 durante mucho tiempo. La investigación, llevada a cabo por el Centro Médico de la Universidad de Rochester (Estados Unidos), es la primera en mostrar que el virus induce a las células B de memoria —inmunes y longevas que detectan patógenos— a crear anticuerpos recordarlos en el futuro.

Como ocurre en la mayoría de los casos, la próxima vez que el patógeno intente entrar en el cuerpo, esas células B de memoria entrarán en acción aún más rápido para eliminar la infección antes de que comience. El hallazgo, indica el estudio, es que estos anticuerpos pueden sobrevivir durante años, décadas incluso, podrían proteger a los supervivientes de COVID-19 de reinfecciones durante mucho tiempo, aunque la última palabra deberá ser de las investigaciones posteriores, con más experiencia y perspectiva.

Por otro lado, la investigación también ha sido pionera en informar sobre la reactividad cruzada de las células B de memoria, esto es, que las que en su día combatieron un resfriado venido de un coronavirus son también capaces de reconocer al SARS-CoV-2. De esta forma, cualquiera que haya sido infectado por un coronavirus común —prácticamente todo el mundo— podría haber desarrollado cierto grado de inmunidad preexistente frente al COVID-19.

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"Cuando observamos las muestras de sangre de las personas que se estaban recuperando de COVID-19, parecía que muchos de ellos tenían un conjunto preexistente de células B de memoria que podían reconocer el SARS-CoV-2 y producir rápidamente anticuerpos que podían atacarlo", ha explicado el autor principal del estudio, Mark Sangster, en declaraciones recogidas por Redacción Médica.

Según resalta la investigación, la clave está en cómo las células B y los anticuerpos abordan la conocida como proteína Spike, existente en todos los tipos de coronavirus y parte crucial para ayudar a la infección a entrar en las células. Los hallazgos, sacados de muestras de hace más de 6 años, muestran cómo personas que es imposible que estuvieran expuestas al coronavirus lograron despertar una respuesta contra él y expulsar a la proteína.

Cabe resaltar que la Spike se ve y actúa un poco diferente en cada coronavirus, pero uno de sus componentes, la subunidad S2, se mantiene prácticamente igual en todos los tipos. De esta forma, las células de memoria B que recuerdan a la proteína no saben diferenciar entre los distintos coronavirus, por lo que las atacan indiscriminadamente sean o no relativos al SARS-CoV-2. 

Lo que este estudio no muestra es el nivel de protección proporcionado por las células B de memoria reactiva cruzada y cómo impacta en los resultados de los pacientes, esto es, el grado de inmunidad desarrollado. "Ahora tenemos que ver si tener este conjunto de células B de memoria preexistentes se correlaciona con síntomas más leves y un curso de la enfermedad más corto o si ayuda a aumentar la eficacia de las vacunas del COVID-19", explica otro de los autores, David Topham.

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