Por qué ir de turismo a Nueva York va a ser mucho más difícil a partir de ahora

Nueva York siempre ha sido un lugar difícil de visitar: los turistas tienen que aprender a moverse en metro, pagar hoteles caros y esquivar bolsas de basura en la acera en un caluroso día de verano.

El precio medio de las habitaciones, 235 dólares (220 euros) por noche, es uno de los más altos del país, y podría subir mucho más con los cambios que se han producido en los dos últimos años.

Para empeorar las cosas, una nueva ley municipal que obliga a los anfitriones de Airbnb a estar presentes en el lugar que alquilan ha reducido drásticamente el número de apartamentos disponibles para alquiler a corto plazo en la ciudad.

De hecho, entre el 4 de agosto y el 5 de septiembre, desaparecieron de Airbnb 15.000 anuncios de alquiler a corto plazo en Nueva York, según informa Wired citando el buscador de anuncios de Airbnb Inside Airbnb.

Así luchan las grandes ciudades para frenar el avance de Airbnb y otros alquileres turísticos

Esto supone un descenso de cerca del 70%, y muchos se convierten en alojamientos de larga duración que requieren una estancia de 30 días o más, lo que no es precisamente útil para los turistas.

¿Adónde irán todos esos turistas? A los hoteles seguro que no.

De hecho, no se están construyendo demasiados hoteles debido a una nueva ley que hace casi imposible construirlos sin un permiso especial.

En definitiva, ninguna de las dos cosas representa exactamente el mensaje del cartel de bienvenida 'I ❤️NY'.

Estas circunstancias hacen que Nueva York pueda encarecerse aún más por la simple ley de la oferta y la demanda mientras siga habiendo muchos turistas que quieran ir a la Gran Manzana —y hubo 56,7 millones el año pasado— y con habitaciones de Airbnb y hoteles potencialmente insuficientes para todos.

"Las nuevas normativas sobre alquileres a corto plazo en Nueva York pueden desanimar a los viajeros con poco presupuesto que suelen recurrir a plataformas como Airbnb para estancias asequibles", afirma Steve Turk, fundador de Turk Hospitality.

Si Nueva York es el destino de tus sueños, Turk afirma que tendrás que estar dispuesto a pagar por estancias más caras o conformarte con quedarte en casa.

"Podríamos ver menos viajeros de bajo presupuesto, pero más turistas dispuestos a gastar en alojamientos regulados de alta calidad", señala.

La normativa sobre Airbnb supone un gran cambio. Obliga a los anfitriones de Airbnb y otros alojamientos de corta estancia a registrarse en la Oficina de Cumplimiento de la Ley, a alojarse con sus huéspedes, limita las reservas a dos personas y prohíbe el alquiler de viviendas completas.

Tanto los anfitriones de Airbnb como la propia empresa se opusieron a la aplicación de la ley con demandas durante el verano, que fueron rápidamente desestimadas.

Razonie Napier, un neoyorquino que pasó años viajando a la ciudad antes de mudarse allí en julio, cuenta a Business Insider que antes derrochaba en hoteles caros, pero que en los últimos años eligió Airbnb poro ser una opción más económica.

"Me gastaba 500 dólares (467 euros) por noche en un hotel de lujo en el Lower East Side hasta que decidí ahorrar mi dinero y gastarlo en opciones más baratas", explica Napier a Business Insider. "Este año tuve que alojarme con amigos, ya que incluso los Airbnb costaban más de lo que estaba dispuesto a pagar".

Incluso el Best Western de Coney Island, Brooklyn, cuesta casi 300 dólares (280 euros) la noche en estos momentos para una estancia de una noche, con entrada el viernes 20 de octubre y salida el sábadoo 21. No es precisamente una ganga comparado con el precio medio de un hotel en Estados Unidos, que es de 89 dólares (83 euros).

Aun así, Nueva York siempre atraerá turistas. No es probable que estos cambios hagan que se vayan a Omaha a pasar el fin de semana. Pero tendrán que desembolsar más dinero.