Juicio a Arantxa Sánchez Vicario: de multimillonaria no tener dinero y sentada en el banquillo

Arantxa Sánchez Vicario se encuentra, junto con su ex marido Josep Santacana, en pleno juicio por la acusación de alzamiento de bienes, que puede suponerles hasta cuatro años de cárcel. La ex tenista que fue número 1 y ganadora de cuatro Grand Slams aguantaba muy bien la presión competitiva, pero no pudo la judicial y rompió a llorar, con un ataque de ansiedad. 

La otrora millonaria campeona del tenis, actualmente tiene una precaria situación económica, al margen de su situación judicial. Ha pasado de contar con una fortuna de 30 millones de euros, a tener que vivir con la ayuda de familia y amigos. 

Cómo ha llegado hasta aquí

Desde la retirada de Arantxa del tenis y hasta la segunda boda con Josep Santacana en 2008, era el padre de la tenista el que se ocupaba de la gestión del gran patrimonio que había acumulado con su profesión y sus inversiones. Pero a partir de ese momento, fue su marido el que tomó las riendas de su economía. 

El problema judicial para él se agrava por el hecho de que ya fue condenado por estafa y advertido por numerosas deudas. Sánchez Vicario insiste en que era su marido quien llevaba todo y ella desconocía los movimientos y acciones. Confiaba totalmente en su gestión.  

Un patrimonio que ha supuestamente dilapidado

La familia de Arantxa sí sospechaban lo que ella no quería ver, hasta el punto que aconsejaron a su hija que firmara un contrato de capitulaciones para proteger así la fortuna familiar, algo a lo que se negó Santacana. Los padres habían gastado incluso 100.000 euros para investigar a Josep, y los resultados les hicieron tener claro la firma de ese documento. 

La tenista contaba con un patrimonio inmobiliario valorado en 17 millones de euros. Tenía una vivienda en la avenida Diagonal de Barcelona, un piso vacacional en S’Agaró (Girona), un chalet de lujo en Formentera, aparcamientos en Sant Just (Barcelona), un piso en Esplugues de Llobregat y otro en Andorra. Además de sociedades, cuentas y fondos de inversión. Todo ello pasó a manos de su marido. 

El foco de Arantxa Sánchez Vicario, en la familia

La campeona de tres Roland Garros confiaba tanto en su marido que, cuando vio cómo menguaba su patrimonio, culpó a su familia, especialmente a su hermano Javier, de haber dilapidado su fortuna.

Arantxa no solo pensó que su pareja era inocente, sino que sería él quien le sacaría del apuro, tomando las riendas de su patrimonio. Resultado: que se endeudó con el banco de Luxemburgo por valor de 7,5 millones de euros. Su marido fue transfiriendo todo el patrimonio a empresas controladas por él o gente de su confianza. 

La otra versión

El juicio dilucidará si esto es así o bien que ambos efectuaron un alzamiento de bienes para no pagar la deuda, es decir, ocultar todo su patrimonio para que no les pudieran reclamar nada, al carecer de propiedades ni capital. Por eso ambos están acusados del mismo delito y piden para ambos cuatro años de cárcel. 

Pero lo cierto es que actualmente Arantxa vive de su familia y amigos, en un piso de alquiler en la ciudad de Miami, y confía en que la justicia le dé la razón y castigue a su ex marido. 

Arantxa lanza su mensaje

Lo hizo en una entrevista en El País, donde insiste en su complicada situación: "Estoy haciendo un esfuerzo económico brutal, que seguiré haciendo toda mi vida", lamenta. "Saco adelante a mis hijos gracias, también, al dinero que me dejan los amigos. Con eso voy tirando".

Y se lamenta de nuevo por todo lo ocurrido, pero con esperanza y fuerza: "Es muy injusto. Con lo que he ganado, no poder vivir del tenis es un golpe muy duro que no me esperaba". "Mi error fue enamorarme. Confié en la persona que tenía al lado, en mi marido, y me la jugó. No voy a tirar la toalla. No lo hice en la pista y no lo haré ahora".