Qué lácteos son más saludables y cuáles no aportan demasiados beneficios, según la ciencia

Lácteos.

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Existen una gran variedad de productos lácteos en el mercado, pero es importante saber cuales son saludables y cuáles no aportan demasiados beneficios a la salud.

Los derivados lácteos más saludables son aquellos que están elaborados de forma natural y se deben de consumir preferentemente en sus versiones sin azúcar añadido

Por otro lado, los menos saludables son aquellos que quieren hacerte creer que son algo que no son. Este tipo de preparados tienen una gran cantidad de grasas nada recomendables. Aunque se parezcan a los productos naturales, su sabor suele ser más intenso y dulce. Además, aportan muchas más calorías, tienen una alta cantidad de azúcar y no aportan vitaminas y minerales. 

Aunque no hay aún mucho consenso entre nutricionistas sobre si son buenos o no para la salud, sí que se puede hablar de cuáles presentan mayores beneficios. 

Leche

Este alimento es muy frecuente en los hogares españoles, la leche es "uno de los alimentos más completos que existen", de acuerdo a la Fundación Española de Nutrición, siendo fuente de proteínas, grasa, lactosa, minerales y vitaminas.

Entre los minerales destaca en calcio y yodo, aportando también cierta cantidad de vitaminas del tipo A, E y sobre todo D.

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La leche es el lácteo más difícil de digerir porque muchas personas no toleran bien la lactosa, provocándoles problemas de piel, alergias o indigestión. Las leches de cabra o de oveja tienen menos lactosa, por lo que pueden ser convenientes para algunas personas. 

Queso

El queso debería ser limitado por aquellas personas que sufren colesterol o hipertensión. Quienes no tengan estos problemas de salud pueden tomarlo aunque eligiendo los de calidad (y no las imitaciones ya mencionadas), elaborados artesanalmente y, preferiblemente, semicurados.

Hay que tener cuidado con los rallados que no responden a la definición de queso dada por el BOE: "productos obtenido de la leche, total o parcialmente desnatada, de la nata, del suero de mantequilla o de una mezcla de algunos o de todos estos productos, coagulados total o parcialmente por la acción del cuajo u otros coagulantes apropiados". Para su elaboración se tiende a utilizar materias primas de menor coste e ingredientes menos saludables.

También es normal encontrar en los estantes del supermercado este tipo de imitaciones en forma de lonchas para hamburguesas o sándwiches.

Para que un queso sea considerado comida real debe contener tan solo los siguientes ingredientes: leche, sal, fermentos lácticos y cuajo.

Yogur

No todos los yogures tienen la misma calidad ni aportan los mismos nutrientes al organismo.

El yogur natural, de verdad, o de calidad, es aquel producto de "leche coagulada obtenida por fermentación láctica mediante la acción de dos tipos de bacterias, Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus", tal y como recoge la Federación Española de Nutrición.

Este es un alimento importante, fuente de proteínas de alta calidad y capaz de aportar el 18% del calcio y el 30% de fósforo que necesita el cuerpo.

Se recomienda evitar aquellos que presentan añadidos artificiales como los saborizantes y el azúcar blanco.

Kéfir

Según apunta Critical reviews in food science and nutrition, el kéfir es un hongo que fermenta la leche, dando lugar a un tipo de yogur rico en fermentos al cual se le atribuyen diferentes propiedades beneficiosas para la salud, como mejorar la salud digestiva y el tránsito intestinal.

Mantequilla

La mantequilla se obtienen a través del batido de la nata de la leche y, como explica la Fundación Española de la Nutrición, se trata de una fuente interesante de vitaminas liposolubles, como la vitamina A (donde tiene un contenido 20 veces superior al de la leche), vitamina E y D. También es fuente de minerales como el yodo

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Etiquetas: Alimentación, Salud, Ciencia