"En Shein nadie juzgó mi cuerpo": la legión de desencantadas con la moda tradicional que encuentran en la empresa china un salvavidas al que perdonan sus sombras

Mariado Sánchez, vestida de Shein: "Por primera vez, me he sentido a salvo con lo que una marca me ofrece".
Mariado Sánchez, vestida de Shein: "Por primera vez, me he sentido a salvo con lo que una marca me ofrece".

Mariado Shein

Hablar de Shein es hacerlo de una plataforma de moda online tan grande como lo es el oscurantismo que practica. 

No cotiza en bolsa y, sin embargo, sus cifras son propias de ella. Su valoración, tras la última ronda de financiación, alcanza los 100.000 millones de dólares (unos 95.000 millones de euros), una cifra que no logra ni Inditex, ni H&M de forma conjunta, sus principales rivales. 

Shein, luces y sombras del misterioso gigante chino de la moda online que obsesiona a la generación Z

Su modelo de negocio no incluye una sola tienda, pero cubre 220 mercados en los que lanza 500 artículos nuevos cada mes. Una variedad de producto que —solo en 2020— le generaron unas ventas, de 10.000 millones de dólares (casi 9.560 millones en euros). Todo ello le sitúa como el minorista de moda online más grande del mundo, de acuerdo a Euromonitor

Pero estas cifras no serían posibles sin su enorme comunidad de jóvenes clientes y sus miles de microinfluencers, los mismos que, mediante sus redes sociales, incentivan las comprasen Shein ofreciendo códigos de descuento a cambio de una comisión.El resultado es que la marca cuenta con miles de embajadores en las redes sociales, que pasan por alto los claroscuros de la marca relacionados con las condiciones laborales. 

Una estrategia comercial sin fisuras de la que nadie escapa, y que en la tarde del pasado lunes vivió su momento culmen. Un grupo de jóvenes titktokers desató el caos entre los usuarios más acérrimos de la plataforma. El mensaje, aunque errado, era claro: la plataforma china de moda rápida cesaba sus operaciones en Europa. 

Un bulo que la propia compañía ni siquiera se encargó de desmentir –funciona con total normalidad tanto su web como aplicación–, pero que evidencia su enorme comunidad en el Viejo Continente, uno de su principales mercados, junto al de Estados Unidos –Shein solo vende fuera de China–.

El enredo, aunque sin mucho fundamento, le valía a Shein para colarse entre las tendencias de España en Twitter. Lo hacía con más de 34.700 tuits en solo unos minutos y el mismo punto común: jóvenes tratando de averiguar si el rumor era cierto y haciendo público su enfado.

Un gigante de la moda que atrapa a través de las redes sociales...

"En Shein está todo. Veo cosas que en las tiendas físicas no", arranca a decir Malena, una compradora habitual de 21 años. La joven pone el precio como principal reclamo: "En Bershka, por ejemplo, me compro 2 cosas y me gasto 50 euros; en Shein, por ese mismo precio, me hago con 7 prendas", precisa. 

En esto también coincide Lucía, de 16 años, quien señala que, mientras Zara se centra en algunas tendencias, en Shein están todas. Tampoco pasa por alto el precio: "Con descuentos, el pedido puede bajar hasta unos 40 o 50 euros".

"Shein es una tienda de ropa online, donde sí o sí hay algo para ti. Ya no solo en tallaje, precio... sino también en la variedad de estilos", defiende Aurora García,@AruOwlsArts, de 24 años, quien mostraba su enfado ante una posible desaparición de la enseña a través de Twitter.

Respecto a cómo su principal target dio con la plataforma, todos confirman la tesis: por el boca a boca entre amigos y su omnipresencia en las redes sociales, el terreno donde mejor se mueven sus potenciales clientes. Solo en TikTok, Shein dispone de 4,9 millones de seguidores. En Instagram esa cifra sube hasta los 25,6 millones.

"Los conocí por la publicidad que hacían en Instagram y, después, en Tiktok. Al final terminé lanzándome a utilizarlo tras la experiencia positiva de una amiga", cuenta María Ángeles Gordo (@MagesBdb), de 24 años.

Por su parte, Carla Arboledas, @karlarboledas, con una legión de seguidores en Twitter que se eleva a los 280.000, confiesa que, desde muy pequeña, al buscar cualquier información en la web saltaban constantemente los anuncios de Shein. Ahora, con 17 años, es compradora habitual: "Vi que todo el mundo hablaba de esta app y decidí descargármela".

 ... y en el que hay hueco para todo el mundo: "Shein rompió con todos los estigmas"

Entre todas las proclamas que los usuarios hacían en defensa de Shein había una que brillaba con diferencia: la plataforma china estaba cubriendo a un tipo de comprador que otras enseñas estaban sacando de la ecuación: los cuerpos no normativos. 

"Es muy difícil vestir con ropa que sea de tu estilo si tienes un cuerpo no normativo", arranca a decir Paula Jimenez, @paujmnzz. La denuncia de Mariado Sánchez (@warholgrrrl)es la misma: "Jamás he encontrado ropa en Inditex. Y cuando digo jamás es jamás. Desde muy pequeña para encontrar prendas de mi talla y que me podía permitir acudía a mercadillos", confiesa.

"Cuando tu cuerpo no encaja en los tallajes de las cadenas de ropa habituales, como Zara, el proceso de comprar se convierte en una absoluta pesadilla y tus opciones, en el caso de haberlas, se reducen a una sección apartada dentro de la propia tienda", explica Laura Tejada, @_LauraTejada.

Laura Tejada, compradora habitual de Shein vestida con prendas de la marca.
Laura Tejada, compradora habitual de Shein vestida con prendas de la marca.

Laura Tejada

Y entonces llegó Shein. "Me dio la opción de vestir como quisiera, sin juzgar mi cuerpo", confiesa Maria Ángeles Gordo. "Shein rompió con todos los estigmas. Ha sido el primer sitio donde he encontrado exactamente las mismas opciones de modelos y diseños para todas las tallas", coincide Tejada.

"Hizo que millones de personas que se habían sentido marginadas por las cadenas de ropa durante toda su vida, de pronto se dieran cuenta de que podían vestir como quisieran, de que tenían tanto derecho como los demás a sentirse guapas y atractivas", añade.

Mariado Sánchez, usuaria de Shein

Mariado Sánchez

Así, las compradoras coinciden en que una hipotética desaparición de Shein tendría implicaciones personales: "Dispondría de menos rango de posibilidades a la hora de vestir, lo que podría ocasionarme complejos", sostiene, por otro lado, Lucía Benito @_luciaaab_, de solo 18 años.

"La ropa está directamente relacionada con la autopercepción y es una realidad que ha ayudado a que mucha gente se sienta mejor consigo mismo y su autoestima", apostilla Tejada.

"Sin Shein volverían las semanas de frustración en unas tiendas que ya entras con la mentalidad de que te va a costar encontrar algo que te quede bien sin renunciar a la tendencia", añade Aurora García.

Conscientes del modelo productivo, pero exculpado: ¿Acaso Zara es diferente?

Shein no tarda más de 4 semanas desde que diseña sus prendas hasta que llegan a sus clientes, muy por debajo de la media que maneja la industria tradicional, explica Pau Almar, experto en moda y que ha pasado por puestos de dirección en Zara y Mango.

El secreto de Shein reside en un engranaje casi perfecto. "Tener más cerca a los proveedores, simplificar la cadena de suministro al no disponer de tiendas, y no vender localmente. Y lo que es aún más importante: tener tal volumen de novedades que sea imposible discernir qué es nuevo y qué no", puntualiza Almar. 

Pero un negocio tan veloz viene aparejado de notables sombras. Las mismas que destapaba un informe de la ONG Public Eye, el cual sostenía que los trabajadores de hasta 6 centros que trabajan para Shein estarían trabajando una media de 75 horas a la semana, con solo un día libre al mes. 

Ante la pregunta de si sus compadres son conscientes del modelo productivo que veneran, las respuestas siempre caminan entre el desconocimiento y la justificación de que Shein no hace nada distinto al sector.

"Solo sabemos que son chinos y que hay de todo", explican algunos, pero lo por general son conscientes del modelo. "Consiguen reducir precios y tiempos de producción gracias a rebajar la calidad de sus productos y usar mano de obra barata, con jornadas de trabajo exhaustiva". 

"Inditex tiene fábricas en Asia en las cuales han sucedido cosas similares a estas y se ha seguido comprando con normalidad", sostiene Mariado Sánchez. 

"Sé que sigue una política laboral bastante precaria e inhumana, pero la mayoría del las empresas textiles, como las del grupo Inditex, también producen en el sureste asiático, por lo que es lo mismo pero camuflado", justifica Lucía Benito.

"¿Me gustaría comprar en tiendas que no tengan detrás explotación? Por supuesto. ¿Me lo puedo permitir? No siempre"

Si con todo lo que ya saben sobre Shein cesarían sus compras, la respuesta de sus habituales compradoras, aunque con diferentes matices, siempre es la misma: "No", aunque sí les gustaría otro modelo de negocio.

Carla Arboledas justifica sus adquisiciones en sus posibilidades económicas: "Si mis ingresos fueran mayores, por supuesto que prescindiría por completo de Shein, ya que podría comprarme los mismos artículos pero en tiendas con un compromiso ecologista".

"¿Me gustaría comprar en tiendas más caras que no tengan detrás explotación? Por supuesto. ¿Me lo puedo permitir? No siempre", apoya Mariado Sánchez. "Son las empresas las que moldean la manera en la que compran los consumidores, no al revés", se defiende Laura Tejada

Se tiende, continúa, a culpabilizar al consumidor de la existencia de empresas dañinas para el medio ambiente y para sus trabajadores, pero la mayoría de consumidores tienen sueldos reducidos y si para vestirse y sentirse bien tienen que comprar ropa de procedencia cuestionable, lo harán.

"Por desgracia, y aunque me moleste y me provoque muy mala conciencia, seguiría comprando", confiesa, por su parte, María Ángeles Gordo. "Con Shein he vuelto a estar cómoda con mi cuerpo después de odiarlo durante muchísimo tiempo. He dejado de pensar que debo cambiar para adaptarme o esconderlo en kilómetros de tela", sentencia. 

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