Este es el motivo por el que los bots no pueden pasar la prueba de "No soy un robot" en un CAPTCHA

Con reCAPTCHA v3 se acabó el confirmar tu condición de humano.
Con reCAPTCHA v3 se acabó el confirmar tu condición de humano.
  • Los bots no pueden pasar la prueba de 'No soy un robot', pero ha sido tras una mejora del sistema CAPTCHA.
  • Se basa en un concepto aún más sencillo y parece infalible, pero la lucha por mejorar es continua. 

Seguro que lo vives a diario en gran parte de las webs donde entras: pasar la prueba de que no eres un bot, que eres una persona real. Para ello te piden la conocida prueba CAPTCHA, tan sencilla de pasar para ti que te puede parecer una bobada.

Es cierto que en la era digital actual, la línea que separa a los humanos de las máquinas se ha vuelto cada vez más difusa, pero siguen habiendo pruebas sencillas como esta, al menos a la hora de saber quién está detrás cuando se entra en una web o portal. 

Un claro ejemplo de esta frontera son los sistemas de CAPTCHA y reCAPTCHA, diseñados específicamente para diferenciar entre personas y bots. Estas dos diferenciaciones muestra que esta tecnología ha evolucionado para mantener a raya a las máquinas más sofisticadas. ¿Cómo lo han hecho?

Los orígenes del CAPTCHA

Para comenzar, es esencial entender qué es un CAPTCHA. Estas siglas se traducen como Prueba pública de Turing completamente automatizada para diferenciar las computadoras de los humanos

Originalmente, los CAPTCHA requerían que los usuarios introdujeran texto distorsionado que se mostraba en una imagen, una tarea sencilla para un humano pero complicada para un bot. Seguro que lo recuerda e igual te preguntabas cómo es que ya no pedían eso y sí distinguir semáforos o escaleras. 

La razón es que, a medida que la inteligencia artificial (IA) avanzaba, los bots comenzaron a superar estos retos con mayor facilidad, lo que llevó a Google a desarrollar una solución más avanzada, el llamado reCAPTCHA, y parece que este sí que es infalible, al menos por ahora. Google había descubierto en 2014 que una IA creada por ellos mismos resolvía ese texto distorsionado con una precisión del 99,8%; los humanos lo hacían el 33%. Había que buscar otra fórmula.

La evolución hacia reCAPTCHA

En diciembre de 2014, Google presentó este reCAPTCHA, una versión mejorada diseñada para proteger los sitios web de la invasión de bots sin comprometer la experiencia del usuario. Como has podido comprobar, la belleza de los reCAPTCHA reside en su simplicidad superficial, donde basta con marcar una casilla para afirmar que no eres un robot. 

Sin embargo, detrás de esta casilla, existe un alto grado de sofisticación tecnológica que evalúa el comportamiento del usuario para determinar su humanidad. ¿En qué se basa?

Los movimientos del ratón te delatan

Una de las claves del funcionamiento de los reCAPTCHA es la forma en que el usuario interactúa con la casilla de verificación. A diferencia de los bots, que tienden a realizar movimientos directos y precisos, los patrones de movimiento del ratón de los humanos son más arbitrarios y variados.

Este comportamiento humano es difícil de replicar para las máquinas, lo que hace que los reCAPTCHA sean efectivos para filtrar a los bots.

La constante evolución frente a los bots inteligentes

A pesar de la efectividad de los reCAPTCHA, Google continúa enfrentándose al desafío de adaptarse a bots cada vez más inteligentes. Por ello, en situaciones donde el sistema no puede determinar con certeza si el usuario es humano, se solicita un CAPTCHA más complejo, como identificar números, letras o imágenes específicas. Esta capa adicional de seguridad garantiza que solo los usuarios genuinos puedan superar la prueba.

Está claro que, como en otros frentes de ciberseguridad, la batalla entre los desarrolladores de seguridad en línea y los creadores de bots en este caso, o de hackers en otro, es continua. 

A medida que la tecnología avanza, también lo hacen las estrategias para mantener seguros los espacios digitales. En este juego del gato y el ratón digital, el objetivo es mantener un paso adelante, asegurando que tus interacciones en línea permanezcan protegidas y genuinamente humanas.

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