'All in' de Apple a la inteligencia artificial a costa de abandonar 10 años de trabajo en el coche eléctrico

La revolución de la inteligencia artificial está sacudiendo a la economía, la tecnología y el día a día personal y laboral de cada vez más personas y empresas. 

Tanto es así, que en esa lucha por no perder el tren y ser referentes, los gigantes tecnológicos están echando toda la carne en el asador. 

Apple no es excepción, realizando un movimiento que es más que significativo: un 'all in' en toda regla a la IA, abandonando incluso un programa ambicioso de 10 años para crear su coche eléctrico, según cuenta Bloomberg.

Así se ha revelado tras la comunicación interna de la compañía a los casi 2.000 empleados involucrados en el proyecto, conocido como Grupo de Proyectos Especiales (SPG), quienes ahora enfrentan un futuro incierto dentro de la organización.

El fin de una era

La decisión, compartida por el director de operaciones Jeff Williams y Kevin Lynch, vicepresidente a cargo del esfuerzo, marca el final de un sueño que hubiera posicionado a Apple en una industria completamente nueva. 

El proyecto, llamad Titán e iniciado alrededor de 2014, aspiraba a lanzar un vehículo eléctrico totalmente autónomo, con un interior tipo limusina y navegación guiada por voz, un claro reflejo de la innovación y ambición que caracterizan a Apple. Sin embargo, las grandes compañías también deben ser versátiles y flexibles ante cambios disruptivos como el de la IA, y ha decidido apostar tan fuerte que deja un frente tecnológico tan importante como el coche eléctrico aparcado, nunca mejor dicho. 

A lo largo de los años, el proyecto del Apple Car enfrentó numerosos desafíos, incluyendo cambios en el liderazgo y la estrategia. La reciente decisión de cerrar el proyecto no solo pone fin a un esfuerzo multimillonario, sino que también plantea preguntas sobre el futuro de la innovación automotriz y la capacidad de las grandes tecnológicas para incursionar en nuevas industrias.

Un cambio de dirección hacia la inteligencia artificial

Apple ha decidido redirigir sus esfuerzos y recursos hacia la inteligencia artificial (IA), específicamente en proyectos de IA generativa. Bajo el mando del ejecutivo John Giannandrea, los empleados del SPG serán trasladados a la división de inteligencia artificial, enfocándose en una área que se ha convertido en una prioridad cada vez más clave para la empresa.

El impacto y las reacciones

La noticia ha generado, como no podía ser de otra forma, un sinfín de reacciones tanto dentro como fuera de la compañía. Mientras algunos empleados podrán reubicarse en otros equipos de Apple, se anticipan despidos, aunque el número exacto aún no está claro. 

La decisión también ha causado preocupación entre los accionistas y analistas, quienes se preguntan sobre la dirección futura de la compañía y su enfoque en la inteligencia artificial. Está claro que no quieren perder el tren, por un lado, y por otro estar a la altura de la lucha titánica entre los llamados siete grandes gigantes tecnológicos, todos ellos volcados en la IA: Alphabet (Google), Apple, Microsoft, Meta, Nvidia, Tesla y Amazon. 

El futuro de Apple en la IA

Con este cambio estratégico, Apple se suma a la carrera por liderar en el campo de la inteligencia artificial, un área que promete transformar no solo la tecnología que usamos, sino también cómo interactuamos con el mundo que nos rodea. 

La IA generativa, en particular, ofrece oportunidades ilimitadas para la creación de contenido, soluciones de aprendizaje automático y nuevas formas de interacción humano-computadora. ChatGPT sigue llevando la delantera, pero los rivales directos de Apple están empleando ingentes recursos para alcanzarles o superarles. 

El abandono del proyecto del Apple Car puede verse como el fin de un capítulo para Apple, pero también marca el comienzo de una nueva era en la que la compañía se enfoca en dominar la próxima frontera de la tecnología: la inteligencia artificial. 

¿Solo la IA es la culpable?

También se ha señalado que no solo la IA ha hecho cambiar de rumbo a la compañía. El proyecto parecía que tardaría mucho en ver la luz y además los ejecutivos estaban preocupados de que el vehículo no pudiera proporcionar los márgenes de beneficio que Apple normalmente disfruta con sus productos. 

El precio del coche difícilmente pondría ser inferior a los 100.000 dólares, a años luz de los precios de un Tesla o de la mayoría de marcas chinas que van copando el mercado mundial, compitiendo de tú a tú, incluso con el gigante americano propiedad de Elon Musk. Además, Apple no ha logrado superar algunos de los desafíos técnicos.