Meta subcontrató durante años a una empresa para extraer datos sin permiso de otras webs mientras condenaba públicamente esta práctica

Mark Zuckerberg, CEO y fundador de Meta.
Mark Zuckerberg, CEO y fundador de Meta.

Reuters

  • Una denuncia de la propia Meta ha sacado a la luz los vínculos entre la empresa y Bright Data, una compañía especializada en raspar datos de redes de la competencia como TikTok.
  • El movimiento puede terminar suponiendo un golpe contra sí misma en un momento en el que la empresa sigue acumulando multas por un mal uso de sus datos tras el escándalo de Cambridge Analytica.

Rechazo de plano, oposición total, guerra abierta. Esta es la postura que, durante años, Meta, el conglomerado empresarial dueño de redes sociales como Facebook e Instagram, entre otras, ha mantenido frente a todo aquel que ha querido extraer datos de alguna de sus plataformas.

Hace apenas 15 días, sin ir más lejos, Meta denunció a la empresa Voyager Labs por rastrear y extraer datos de 600.000 de sus usuarios. 

La cuestión mereció incluso una publicación en el blog oficial de la empresa. En ella, Meta se define a sí misma como una empresa líder en la lucha contra el raspado de datos (también conocido por su expresión en inglés: scraping).

"Empresas como Voyager forman parte de una industria que presta servicios de scraping a cualquiera, independientemente de los usuarios a los que se dirijan y con qué fin, incluso como forma de elaborar perfiles de personas para detectar conductas delictivas", explicaba, airada, Meta.

"Esta industria recopila de forma encubierta información que la gente comparte con su comunidad, familia y amigos, sin supervisión ni responsabilidad, y de una forma que puede implicar los derechos civiles de las personas. [...] Meta seguirá tomando medidas contra este tipo de entidades".

En realidad, poco tendría de extraño que una red social batallara para defender la privacidad de quienes la usan de no ser, en primer lugar, porque hace años el escándalo de Cambridge Analytica demostró que la primera que ha traficado con esos mismos datos ha sido la propia Facebook. 

Entre metaversos y cambios de nombre, la empresa dirigida por Mark Zuckerberg anda desde hace más de un año tratando de que el mundo olvide lo que demostraron los tribunales.

A saber: que Facebook vendió datos personales de sus usuarios a empresas que usaron esta información, entre otras cosas, para ajustar los mensajes de la campaña electoral con la que Donald Trump ganó las elecciones de EEUU en 2016. 

Meta ha tenido que pagar casi 700 millones de euros en concepto de multa por estas prácticas.

A este hecho se ha añadido este jueves otro hallazgo. Según Bloomberg, Facebook, no contenta con hacer negocios con sus propios datos, también ha maniobrado para conocer los datos de las plataformas de la competencia.

En otras palabras, mientras Facebook protestaba indignada contra todo aquel que osaba tratar de manejar su información, esta a su vez subcontrataba los servicios de terceros para tratar de recopilar datos de redes como TikTok.

El origen de la noticia, contra lo que cabría esperar, es la propia Meta. El interés de Meta por los datos ajenos, resume Bloomberg, ha salido a la luz gracias a documentos legales presentados por la propia empresa ante un tribunal de California para denunciar las prácticas de raspado de datos Bright Data.

Con sede en Israel, Bright Data ha sido denunciada por Meta por recopilar y vender información extraída de Facebook e Instagram. 

Pero es aquí donde la historia se le vuelve en contra a Meta. 

Bright Data no solo ofrece una serie de servicios que incluyen la extracción de información de perfiles de Meta, sino que también ofrece informes sobre cuestiones como likes, follows, posts y comentarios de plataformas de redes sociales como TikTok y Twitter y sitios de comercio electrónico como Amazon, eBay y Walmart.

El intercambio de emails que forma parte de la documentación presentada por Meta ante los tribunales ofrece indicios sólidos de que Bright Data y Meta mantienen un estrecho vínculo profesional desde hace años. 

Estos son suficientes por el momento para sostener la acusación de que Meta, como poco, se ha interesado activamente por los datos de muchos de sus competidores desde hace años mientras protestaba por el raspado de los suyos propios.

"Como usted sabe, Meta ha sido un valioso cliente de nuestros servicios de proxy y scraping durante al menos los últimos 6 años", escribió Lenchner en un correo electrónico el pasado 1 de diciembre remitido a diversos representantes de Meta.

Por lo pronto, un portavoz de Meta, Andy Stone, ha reconocido a Bloomberg que la empresa pagó a Bright Data para recopilar datos de sitios de comercio electrónico con el fin de construir perfiles de marca en las plataformas de Meta y detectar webs dañinas y phising

Bright Data por su parte, ha revelado que prestó servicios de scraping a Meta, aunque no ha aclarado sobre qué webs proporcionó información a la empresa de Zuckerberg.

"La recopilación de datos de sitios web puede servir para fines legítimos de integridad y comerciales, si se hace legalmente y de acuerdo con las condiciones de esos sitios web", ha dicho Stone a Bloomberg, que defiende que Meta nunca ha contratado a la empresa para scrapear a sus rivales.

Según esta versión, Meta puso fin a su relación con Bright Data cuando entendió que sus prácticas iban más allá de lo legal.

El raspado de datos de webs no es algo nuevo. Desde hace muchos años, las empresas llevan a cabo este tipo de prácticas para obtener información que les ayude a entender su público y sus mercados y a compararse con la competencia.

En el ámbito de las redes sociales, donde la competencia entre las distintas plataformas por captar nuevos usuarios es feroz, toda la información pública de cada perfil es útil para entender las últimas tendencias. 

Sin embargo, este raspado de datos no puede suponer nunca un riesgo para la privacidad de los propios usuarios. En otras palabras, las empresas pueden raspar información pública como los likes, pero la información personal de cada cuenta debe permanecer anónima.

El noviembre pasado, de hecho, la UE multó a Meta con 265 millones de euros  por no proteger los datos de los usuarios contra el scraping por parte de terceros. 

La multa se sumó posteriormente a los 390 millones de euros que la empresa ha tenido que pagar en enero por obligar a sus usuarios a aceptar anuncios personalizados.

La lista de las onerosas multas a pagar por parte de Facebook suma y sigue a la espera de que se resuelva su penúltimo entuerto en cuestiones de publicidad. Esta vez, el gol puede ser en propia puerta.

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