"Les pago 2,50 dólares la hora y me quitan MUCHO trabajo": Así es el mundo de explotación de los asistentes virtuales

Aimee Pearcy,
Muchos propietarios de pequeñas empresas de países occidentales están externalizando tareas a "asistentes virtuales" de países en desarrollo como Filipinas, pagándoles unos céntimos en comparación con lo que pagarían por un asistente local.
Muchos propietarios de pequeñas empresas de países occidentales están externalizando tareas a "asistentes virtuales" de países en desarrollo como Filipinas, pagándoles unos céntimos en comparación con lo que pagarían por un asistente local.

Stephen Swintek/Getty Images; Alyssa Powell/Insider

  • Los dueños de pequeñas empresas que necesitan asistencia para pequeñas tareas han empezado a recurrir a los asistentes virtuales en Asia, llegando a pagarles 2,50 dólares la hora.
  • En Filipinas la profesión de asistente virtual vive todo un 'boom', pero los trabajadores se quejan de que les pagan muy poco comparado con lo que le pagarían a una persona local por ser un país en vías de desarrollo. 

Cuando Charlie Day, coach de ventas de 34 años, se propuso en serio ampliar su negocio, supo que necesitaba más ayuda. 

Day necesitaba a alguien que programase sus correos electrónicos, que tuviese su página web actualizada y que diese soporte a su comunidad de miembros. El problema era que su empresa no era lo suficientemente grande como para permitirse contratar a una persona a jornada completa. 

Así que contrató a un asistente virtual (AV), es decir, un asistente personal que realiza tareas para clientes a distancia. 

Aunque la externalización del trabajo es popular desde hace años en sectores que van desde la fabricación al servicio al cliente, el crecimiento del teletrabajo y las nuevas herramientas tecnológicas han permitido que el sector de los asistentes virtuales despegue en los últimos años.

Esta profesión se dedica a prestar servicios que ayudan a los propietarios de pequeñas empresas con tareas como introducir datos, gestionar el correo electrónico, responder llamadas, crear facturas de clientes, gestionar el chat en directo y reforzar la participación en las redes sociales. 

La coach de ventas asegura que su asistente virtual le ayudó a aumentar significativamente sus ingresos en los últimos 2 años. 

Aunque ser asistente virtual tiene muchas de las desventajas del trabajo temporal —la incertidumbre de los horarios, la falta de prestaciones—, permite trabajar con flexibilidad desde cualquier parte del mundo y no suele requerir cualificaciones específicas. Además, un asistente virtual puede ganar más de lo que ganaría en su país si encuentra los clientes adecuados.

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Day explica que su asistente es residente en Reino Unido, cobra 30 libras por hora, unos 34 euros, aproximadamente el doble del salario británico medio. A ella este salario le parecía justo por lo mucho que su asistente virtual le ayudaba en su negocio.

El problema que otros asistentes virtuales no tienen tanta suerte. Muchos empresarios de países occidentales subcontratan tareas a trabajadores de países en desarrollo como Filipinas, donde los costes de la mano de obra son menores y pagan migajas en comparación con lo que tendrían que pagarle a alguien de su propio país. 

Pero mientras estos empresarios aprovechan las ventajas de tener asistentes virtuales por muy poco dinero para poner en marcha sus negocios, muchas de estas personas que ponen todas sus habilidades en ello, luchando por salir adelante.

En Filipinas ha explotado el 'boom' de los asistentes virtuales

Aunque muchos países en vías desarrollo han experimentado un auge del trabajo subcontratado en general, y de los asistentes virtuales en particular, uno de los países más populares para los occidentales que buscan contratar estos perfiles es Filipinas.

Aunque el mayor atractivo es el bajo coste de la mano de obra en el país del sur de Asia –una fracción de lo que se pagaría en Estados Unidos o Europa–, Filipinas también ocupa un lugar destacado en el Índice de Localización de Servicios Globales 2021 de Kearney, que evalúa la capacidad de un país para prestar servicios digitales.

Filipinas también cuenta con un gran número de angloparlantes, gracias en parte a su antigua condición de colonia. En la actualidad, los asistentes virtuales son un popular sector de la industria de subcontratación de procesos empresariales, que mueve 29.500 millones de dólares.

Muchos empresarios occidentales se han aprovechado la mano de obra barata para hacer crecer sus negocios o simplemente facilitarles la vida. John Jonas, fundador de OnlineJobs.ph, una bolsa de trabajo para trabajadores virtuales en Filipinas, contrató por primera vez a una asistente virtual filipina en 2006. 

El empresario afirma que primero intentó encontrar una asistente virtual de la India, pero acabó recurriendo a Filipinas, por lo que describió como barreras lingüísticas y "culturales".

"Filipinas está muy occidentalizada. Ven la televisión y las películas americanas. El Gobierno impuso el inglés como lengua principal, y a menudo la enseñanza primaria también se imparte en inglés. La comunicación no es un problema en absoluto", asegura.

"Son honrados, leales, trabajadores y tienen talento. En general no son emprendedores, así que sabes que no irán a copiarte tu idea de negocio. La cultura filipina es especial y hay algo en ella que la hace realmente diferente a la de cualquier otra parte del mundo".

 

Desde que Jonas lanzó OnlineJobs.ph en 2009, se ha convertido en una plataforma líder para asistentes virtuales filipinos, con más de 2 millones de perfiles que ofrecen este tipo de servicios.

Jonas no tiene reparos en hablar sobre cómo utiliza él a su asistente virtual y cuánto paga a sus empleados. El empresario emplea a 39 asistentes en Filipinas con una jornada completa. Les paga entre 500 y 2.100 dólares al mes, dependiendo de sus habilidades y funciones. 

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En 2021 apareció en un vídeo de YouTube titulado Cómo contratar a un asistente virtual por 2,50 dólares la hora con John Jonas.

Una mujer de 38 años que vive en el Reino Unido y dirige un negocio llamado NicheSiteLady recurrió a OnlineJobs.ph para contratar a un par de asistentes de ventas que la ayudaran a dirigir su empresa. 

Bajo el anonimato para no revelar por las posibles repercusiones, explica que su negocio genera unos 35.000 euros al mes gracias a los anuncios y al marketing de afiliación.

"Puse un anuncio de empleo solicitando asistentes virtuales sin experiencia que quisieran aprender a editar fotos y cargar contenidos en WordPress. En menos de una hora, recibí 300 candidaturas y el puesto se cerró automáticamente", asegura.

"Contraté a 2 asistentes virtuales a tiempo parcial para tener un respaldo en caso de que una de ellas no funcionara, pero las 2 son estupendas. Les he formado para que sepan hacer vídeos rápidos de pantalla compartida. Ahora que tienen los conocimientos necesarios, les he subido el sueldo, pero sigo pagando menos de lo que costaría contratar a alguien de mi zona".

El pasado noviembre argumentó en un hilo de Twitter que era mejor contratar a 2 asistentes virtuales en lugar de uno porque la competencia entre ellas puede sacar un mejor rendimiento. "Tu asistente virtual no quiere ser vista como la que no rinde, así que puede trabajar más duro sabiendo que alguien más está haciendo el mismo trabajo", afirmaba. 

En otro tuit añadió: "Les pago 2,50 dólares por hora y me quitan MUCHO trabajo". 

En su página web, Jonas también ha alabado la eficiencia de las asistentes virtuales filipinas y el bajo coste de su contratación

Junto a una foto de su cara sonriente, se lee: "Sí, gracias a mis trabajadores filipinos puedo jugar mucho al golf, pasar mucho tiempo con mi mujer y mis hijos y salir de mochilero a mitad de semana. Trabajo unas 17 horas a la semana gracias al increíble trabajo que hacen. Pero no solo es mejor para nosotros, sino también para ellos".

Explotación en estado puro

En conversaciones con asistentes virtuales y expertos filipinos, todos ellos rechazaron las afirmaciones de Jonas de que el sistema es "mejor" para los trabajadores. 

Cheryll Soriano, profesora de comunicación de la Universidad De La Salle de Manila que estudia el sector de la subcontratación empresarial, asegura que, aunque muchas personas deciden convertirse en asistentes virtuales porque les atraen las historias de gente que gana mucho dinero, quienes están detrás de esta narrativa venden visiones de éxito y posibilidades a menudo inalcanzables.

"Lleva a la gente a creer que tal vez si trabajo duro, o tal vez si acepto toneladas y toneladas de proyectos y nunca duermo, puedo llegar a eso", afirma.

Un filipino de 25 años que trabaja como asistente virtual describe los tuits de la propietaria de NicheSiteLady como "explotación en su máxima expresión". 

"No solo está explotando a la gente, sino que además se jacta de ello en internet", comenta desde el anonimato el asistente virtual para evitar repercusiones profesionales. "Me alegro de que mucha gente la haya denunciado, aunque otros también la apoyan diciendo que somos un país tercermundista y que como tenemos un salario mínimo bajo, no está mal pagarnos poco". 

La propietaria de NicheSiteLady ha defendido su práctica salarial argumentando que sus tarifas son "el doble del salario mínimo" en Filipinas.

Aunque no existe un salario mínimo oficial por hora en el país, y el que hay varía según la región y la industria, el SMI diario para las industrias no agrícolas en la capital, Manila, es de 10,30 dólares (9,72 euros), o alrededor de 1,29 dólares (1,21 euros) por hora para una jornada laboral de 8 horas. 

También justifica que incrementa el salario a sus subempleadas a medida que ganan experiencia y que, además, les ha dado un mes entero de paga extra por la prestación del "decimotercer mes" que todos los empleadores de Filipinas deben pagar a sus trabajadores antes del 24 de diciembre de cada año.

"A primera vista, entiendo por qué la gente piensa que es indignante trabajar por 2,50 dólares la hora en algunas partes del mundo", explica la dueña de NicheSiteLady. "Pero lo que no todo el mundo tiene en cuenta es que el coste de la vida también es mucho más bajo en países como Filipinas". 

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Pero Kim, una veterana filipina de 26 años que vive en Manila y lleva 4 años trabajando para clientes en Estados Unidos, asegura que a la gente que afirma que 2,50 euros la hora es un salario justo le falta mucho contexto. 

"Cuando trabajas para una empresa filipina, ésta te proporciona prestaciones. Las asistentes virtuales no tienen eso", tuiteó la veterana. "Las asistentes personales básicamente tienen que pagar la parte proporcional de sus beneficios al Gobierno, tarjetas sanitarias, impuestos, servicios públicos y gastos como electricidad, etc".

El Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero descubrió en 2019 que Filipinas tenía los precios de electricidad más altos del sudeste asiático, los cuales han seguido subiendo. Al igual que muchos países, los filipinos están luchando con el aumento de la inflación; en noviembre, la tasa de inflación interanual llegó al 8%.

"Mi tarifa es de 15 dólares la hora como mínimo por tareas básicas de gestión", explica Kim. Pero no siempre fue así. Cuando empezó a trabajar como asistente virtual hace 4 años, trabajaba entre 6 y 8 horas al día y sólo ganaba 300 dólares (283 euros) al mes, la mitad de los cuales se iban en pagar el alquiler.

"Después de calcular todos mis gastos, no me quedaba nada porque la electricidad se llevaba una gran parte de mi sueldo y no tenía ahorros".

 

Soriano describe la ausencia de prestaciones como un problema clave en el sector de los asistentes virtuales. Sugiere que, aunque los trabajadores suelen "esforzarse por complacer a un cliente" con la esperanza de que éste decida pagarles más o proporcionarles más recursos como un ordenador, es poco probable que los clientes lo hagan simplemente porque les gusta su asistente.

Kim explica que muchos de los veteranos recomiendan a los novatos que acepten trabajos mal pagados para adquirir experiencia y les sugieren que, de paso, encuentren clientes que paguen mejor.

Si bien esa estrategia podría ayudar a los principiantes a afianzarse, "también perjudica a la industria a largo plazo - especialmente para los futuros trabajadores cuando las condiciones actuales continúan ofertándose a la baja". 

La joven de 25 años opina que una tarifa justa para las asistentes virtuales filipinas sería de "al menos 10 dólares la hora". También argumentó que deberían cobrar en función de la calidad del trabajo que realizan, con las mismas tarifas que los empleadores pagan en Estados Unidos y Europa, y no en función de su lugar de residencia.

"Tenemos las mismas cualificaciones, si no mejores, que los trabajadores de otros países", asegura. "¿Por qué tenemos que recibir unos ingresos inferiores sólo porque sí?".

Pagar a los asistentes virtuales lo mismo en cualquier parte es una solución obvia. Soriano también califica de "crucial" una buena relación cliente-trabajador. Para él los clientes deben considerar a sus trabajadores como seres humanos y no como meros recursos, pagarles un seguro y que estén atentos de que las horas de trabajo son manejables. 

"Los asistentes virtuales trabajan constantemente con el cliente. Así que realmente existe la oportunidad de construir una relación humana", afirma Soriano. 

"Muchos trabajadores aspiran a esto. Les resulta muy gratificante que sus clientes se conviertan en sus amigos. Realmente les dedican su tiempo y energía". 

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