La NASA simula el impacto de un asteroide contra la Tierra y los científicos concluyen que no podrían evitar que una roca espacial diezmara Europa

Aylin Woodward,Morgan McFall-Johnsen,
Ilustración artística de asteroides volando cerca de la Tierra.
Ilustración artística de asteroides volando cerca de la Tierra.Peter Carril/ESA
  • Agencias espaciales de todo el mundo participaron en un simulacro de la NASA sobre el impacto de un asteroide.
  • Los expertos participantes conocieron la trayectoria del asteroide ficticio y tuvieron que reaccionar.
  • En el ejercicio, no pudieron evitar que impactara en Europa, lo que demuestra lo poco preparados que estamos para una crisis de este tipo.
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Científicos de todo el mundo se vieron sorprendidos esta semana por un asteroide ficticio que se dirigía hacia la Tierra.

Un grupo de expertos de las agencias espaciales estadounidenses y europeas asistieron a un ejercicio de una semana de duración dirigido por la NASA en el que se enfrentaron a un escenario hipotético: un asteroide a 50 millones de kilómetros se aproxima al planeta y podría impactar en un plazo de seis meses.

Cada día que pasaba, los participantes aprendían más sobre el tamaño del asteroide, su trayectoria y las posibilidades de impacto. Luego tuvieron que cooperar y utilizar sus conocimientos tecnológicos para ver si se podía hacer algo para detener la roca espacial.

Los expertos fracasaron. El grupo determinó que ninguna de las tecnologías existentes en la Tierra podría detener el impacto del hipotético asteroide en el plazo de seis meses de la simulación. En esta realidad alternativa, el asteroide se estrelló contra el este de Europa.

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Por lo que sabemos, ningún asteroide representa actualmente una amenaza para la Tierra de esta manera. Sin embargo, se calcula que dos tercios de los asteroides de 140 metros de tamaño o más -lo suficientemente grandes como para causar considerables estragos- siguen sin ser descubiertos. Por eso la NASA y otras agencias intentan prepararse para una situación así.

"Estos ejercicios ayudan, en última instancia, a la comunidad de defensa planetaria a comunicarse entre sí y con nuestros Gobiernos para garantizar que todos estemos coordinados en caso de que se identifique una amenaza de impacto potencial en el futuro", ha afirmado Lindley Johnson, responsable de defensa planetaria de la NASA, en un comunicado de prensa.

6 meses no son suficientes para prepararse para el impacto de un asteroide

El asteroide ficticio de la simulación se llamaba 2021PDC. En el escenario de la NASA, fue "avistado" por primera vez el 19 de abril, momento en el que se pensaba que tenía un 5% de posibilidades de chocar con nuestro planeta el 20 de octubre, seis meses después de su fecha de descubrimiento.

Pero el segundo día del ejercicio se adelantó al 2 de mayo, cuando los nuevos cálculos de la trayectoria de impacto mostraron que el 2021PDC chocaría casi con toda seguridad contra Europa o el norte de África. Los participantes en el simulacro consideraron varias misiones en las que las naves espaciales podrían intentar destruir el asteroide o desviarlo de su trayectoria.

La región de impacto prevista para 2021 PDC en el segundo día de una simulación de impacto de asteroide dirigida por la NASA.
La región de impacto prevista para 2021 PDC en el segundo día de una simulación de impacto de asteroide dirigida por la NASA.

NASA/JPL

Pero llegaron a la conclusión de que dichas misiones no podrían despegar en el poco tiempo que quedaba antes del impacto del asteroide.

"Si nos enfrentáramos al hipotético escenario de 2021PDC en la vida real, no podríamos lanzar ninguna nave espacial en tan poco tiempo con las capacidades actuales", dijeron los participantes.

También consideraron la posibilidad de intentar hacer estallar o alterar el asteroide mediante un dispositivo explosivo nuclear.

"El despliegue de una misión de disrupción nuclear podría reducir significativamente el riesgo de daños por impacto", constataron.

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Sin embargo, la simulación estipulaba que el 2021PDC podía tener un tamaño de entre 35 y 800 metros, por lo que la posibilidad de que una bomba nuclear pudiera provocar algún efecto era incierta.

El tercer día del ejercicio se adelantó al 30 de junio, y el futuro de la Tierra parecía sombrío: la trayectoria de impacto del 2021PDC mostraba que se dirigía hacia el este de Europa. En el día 4, que se adelantó a una semana antes del impacto del asteroide, había un 99% de posibilidades de que el asteroide impactara cerca de la frontera entre Alemania, la República Checa y Austria. La explosión aportaría tanta energía como una gran bomba nuclear.

Lo único que se podía hacer era evacuar las regiones afectadas con antelación.

La mayoría de los asteroides pasan desapercibidos y muchos se detectan demasiado tarde

Representación artística del momento en que el asteroide Chicxulub chocó con el territorio que hoy es México hace 66 millones de años.
Representación artística del momento en que el asteroide Chicxulub chocó con el territorio que hoy es México hace 66 millones de años.

Chase Stone

Es tentador suponer que, en el mundo real, los astrónomos detectarían un asteroide similar al 2021PDC con mucha más antelación que seis meses. Pero la capacidad de vigilancia de los objetos cercanos a la Tierra (NEO) es lamentablemente incompleta.

Cualquier roca espacial con una órbita que la sitúe a menos de 200 millones de kilómetros del sol se considera un objeto cercano a la Tierra. Pero Johnson dijo en julio que la NASA cree que "sólo hemos encontrado alrededor de un tercio de la cantidad de asteroides que están ahí fuera y que podrían representar un peligro de impacto para la Tierra".

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Por supuesto, la humanidad espera evitar una sorpresa como la que tuvieron los dinosaurios hace 65 millones de años, cuando un asteroide de 10 kilómetros de ancho se estrelló contra la Tierra. 

Pero en los últimos años, los científicos han pasado por alto muchos objetos grandes y peligrosos que se acercaron.

El cometa Neowise aparece en el cielo de Nayoro, Hokkaido, Japón, el 11 de julio de 2020.
El cometa Neowise aparece en el cielo de Nayoro, Hokkaido, Japón, el 11 de julio de 2020.

Nayoro Observatory via Reuters

El cometa Neowise, un trozo de hielo espacial de 5 kilómetros de ancho, pasó a 64 millones de kilómetros de la Tierra en julio. Nadie sabía que ese cometa existía hasta que un telescopio espacial de la NASA lo descubrió acercándose cuatro meses antes.

En 2013, un meteorito de unos 15 metros de diámetro entró en la atmósfera viajando a 65.000 km/h. Explotó sobre Chelyabinsk (Rusia) sin previo aviso, enviando una onda expansiva que rompió ventanas y dañó edificios en toda la región. Más de 1.400 personas resultaron heridas.

El meteorito de Cheliábinsk surcando el cielo ruso.
El meteorito de Cheliábinsk surcando el cielo ruso.

AP

Y en 2019, un asteroide de 12 metros de ancho, "asesino de ciudades", voló a menos de 65.000 kilómetros de la Tierra. La NASA no tenía casi ninguna advertencia al respecto.

Eso es porque actualmente, la única manera en la que los científicos pueden rastrear un objeto cercano a la Tierra es apuntando uno de los limitados telescopios potentes de la Tierra en la dirección correcta en el momento adecuado.

Para solucionar este problema, la NASA anunció hace dos años que lanzaría un nuevo telescopio espacial dedicado a la vigilancia de asteroides peligrosos. Ese telescopio, denominado Misión de Vigilancia de Objetos Cercanos a la Tierra, junto con el recién lanzado Telescopio de Banco de Pruebas de la Agencia Espacial Europea y el Telescopio Flyeye que se está construyendo en Italia, debería aumentar el número de objetos cercanos a la Tierra que podemos rastrear.

La NASA está probando distintas vías para frenar un asteroide

Una ilustración de la nave espacial DART cerca de un asteroide.
Una ilustración de la nave espacial DART cerca de un asteroide.

NASA/Johns Hopkins APL

La NASA ha investigado las opciones que tendrían los científicos si se descubriera un asteroide peligroso en curso de colisión con la Tierra. Entre ellas, detonar un artefacto explosivo cerca de la roca espacial, como sugirieron los participantes en el ejercicio, o disparar láseres que podrían calentar y vaporizar el asteroide lo suficiente como para cambiar su trayectoria.

La NASA intentará desviar a un asteroide de su propia órbita por primera vez en 2022

Otra posibilidad es enviar una nave espacial para que choque con el asteroide que se aproxime, desviándolo de su trayectoria. Esta es la estrategia en la que la NASA se toma más en serio: A finales de este año, la agencia tiene previsto lanzar una prueba de dicha tecnología. La Prueba de Redirección de Asteroides Dobles (DART, por sus siglas en inglés) enviará una nave espacial al asteroide Dimorphos y lo golpeará a propósito en el otoño de 2022.

La NASA espera que esa colisión cambie la órbita de Dimorphos. Aunque ese asteroide no es una amenaza para la Tierra, la misión podría demostrar que redirigir un asteroide es posible con suficiente tiempo de antelación.

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