Operación Triunfo 2017: cómo superar el final y la última gala

Esto es todo, amigos. Ya está todo el pescado vendido en Operación Triunfo 2017. Después de una noche larga que acabó casi a las dos de la madrugada (las dos y media para los valientes que se quedaron al chat), Amaia Romero fue coronada reina ganadora de OT 2017 gracias al 46% de los votos y a una apoteósica interpretación de Miedo, de MClan, que eclipsó incluso a David Bisbal, que no logró cantar por un problema de sonido. Tras ella, y por apenas un 4% menos de los votos, quedó en segundo lugar su compañera y mejor amiga en la Academia, Aitana Ocaña (42%). Tras las dos, el tercer lugar del podio fue para Miriam (ya con un 12%) de los votos. Fuera del podio quedaron Alfred, y Ana Guerra, quinta. Después de mucho confeti, aplausos y lágrimas, vimos apagarse las luces de la Academia (literalmente, de la mano de su directora, Noemí Galera).

Y se acabó. Desde el 23 de octubre hasta el 5 de febrero los concursantes han vivido en la Academia, pero esos 105 días muchos miles de espectadores también han vivido en esa nave industrial reconvertido en hogar. El canal 24 horas de YouTube se ha convertido en lugar de acogida para miles de personas que han visto a diario y en directo cómo los concursantes ensayaban y hacían pases de micros, pero también cómo comían, jugaban a las cartas, se peleaban o se metían de dos en dos en las duchas.

Unos concursantes que, sin ellos saberlo, son tremendamente populares. En su último día en la Academia, los cinco finalistas suman más de 1,3 millones de seguidores en sus perfiles de Instagram. Y eso que solamente son perfiles ciegos, a los que suben fotos y vídeos pero con los que no interactúan. Aunque no hagan mucho al respecto (más que indicar a la organización lo que quieren colgar), les han ayudado a acercarse aún más a los fans, a los que ahora dejan compuestos y sin novios a los que seguir durante 24 horas.

Leer más: 'OT 2017' recibe un disco de oro pero… ¿qué significa exactamente?

El vicio por Operación Triunfo está para muchos al límite de convertirse en adicción. La línea es más fina de lo que parece. "La adicción casi siempre va unida a una sustancia. Puede ser también internet, el móvil, la tecnología...  que ahora están más en auge. La OMS nos define adicción como una dependencia a una sustancia, actividad o relación", relata a Business Insider la psicóloga María Díaz, especializada en niñez y adolescencia y experta en adicciones del Sanitas Blua.

Por tanto, lo que en principio era un momento fan puede suponer una auténtica dependencia a Operación Triunfo. Más aún cuando esto encaja con el tipo de producto que genera un enganche. "Los programas que ahora mismo están generando más adicciones son aquellos con los que nos sentimos identificados, por temas de relaciones sociales, de comportamiento…". Parece que encaja. 

Sin embargo, ¿cómo sabemos si el enganche es adicción? "Hay una línea que, cuando se cruza, es preocupante. En el caso de adolescentes o niños se da cuando la sustitución del tiempo invertido pasa a causar más trastorno: abandono de cosas que nos gustaban, de estudios, de responsabilidades… La recomendación es que los padres fijen un modelo responsable, es conveniente. Pero si como padre estoy enganchado es difícil frenar", confiesa Díaz.

Para la experta, por tanto, tiene que haber un tratamiento "a nivel preventivo: fijar un límite de uso, tener comunicación en familia". Superado todo eso, los adultos tienen que "aprender a detectar, analizar y afrontar" lo que les pasa a sus hijos… o a ellos mismos.

"Hay que ver esa línea: tener a alguien de referencia en la música puede hacer que nos identifiquemos con esa persona, y eso no es malo, pero de ahí a que limite ciertas acciones y consuma tu tiempo es otra cosa. Hoy con la tecnología los jóvenes están muy abiertos a experiencias nuevas, a veces no hay un control. Y una cosa es compartir una charla en un foro y otra que lo único en lo que piensen en todo el día sea en eso", explica.

Asegura la psicóloga, además, que hay ciertos perfiles ("unidos a las compras compulsivas, enganchados con el móvil, con rasgos con tendencia a la frustración y baja autoestima") que pueden tener más predisposición a aficionarse a este tipo de contenidos y a no saber poner límites. También hay factores que nos dan pistas de lo que está pasando: "Hay muchos indicadores: una bajada del rendimiento, un aumento de problemas sociales, el abandono de las responsabilidades y de la comunicación".

Por tanto, hay que aprender a frenar. Y ahora, con el programa sólo en el recuerdo, no queda otra. "Tiene que haber una desconexión y tiene que ser progresiva. Es una deshabituación", aconseja Díaz. Sí: nos quedaremos sin canal 24horas, pero tiene que haber "alternativas de comunicación, otras actividades, otras áreas de interés".

Si con esto no le vale, consulte con el especialista. Pero, por el momento, esta es la poca metadona de la que puede echar mano. Si ellos han salido de la Academia, tú también puedes.

• Instagram, la primera pantalla

Los perfiles ciegos de los concursantes dejan de serlo desde la final, o en la práctica desde el martes por la mañana. Probablemente, ellos mismos alucinarán cuando vean sus perfiles en esta red social: Miriam tiene 181.000 seguidores (y es la que menos); Ana Guerra, 186.000; Alfred, 283.000; Amaia, 318.000 (con sólo cuatro publicaciones) y Aitana, 366.000. 

• Twitter: cercanía para los expulsados

Hasta que no han salido de la Academia, los cinco finalistas no han podido tuitear, pero sus perfiles (con un mensaje automático de "¡Hola! Puedes seguirme también en…" y su cuenta de Instagram) ya están cuajados de seguidores. Juntos suman más de 110.000 followers: 27.700 el de Amaia, 27.000 Aitana, 22.000 Alfred, 17.700 Ana Guerra, 15.800 Miriam.

Si siguen por la senda de sus compañeros, muy pronto se multiplicarán. Roi Méndez, el penúltimo expulsado y muy activo en Twitter, tiene ya 120.000 seguidores, y Luis Cepeda 112.000. Y en sus tuits siempre está presente el humor, el apoyo a sus compañeros y el cariño a sus seguidores.

• Firmas de discos: cuando se desató la locura

Se han recorrido media España de centro comercial en centro comercial, pero aún así seguro que repiten en muchas ahora que llegan los cinco premios gordos. Si en Navidad los concursantes de OT 2017 salieron a firmar discos en Madrid, Barcelona y Valencia, los extriunfitos ya han pasado por Granada, Murcia, Santander, León, Málaga, Valladolid… y lo que les queda. Allá donde van, llenan. Y venden. Así que quién quiera más OT que vaya apuntando fechas y salga de gira por España.

• Bolos: ya hay quien hace sus pinitos

Fue de los primeros expulsados, pero el carismático Ricky Merino ya hace pequeños conciertos por su cuenta. Quién quiera verle en solitario lo tendrá el 15 de febrero en el Café Concierto La Movida, en Palma. Eso sí: entradas agotadas. Marina ya ha hecho uno en Madrid, el 1 de febrero, y tiene otro programado para el 17 de febrero en la sala Girlicious de Barcelona.

• Compras: ¿quién quiere mi jersey?

¿Alguien quiere unas gafas como las de Mimi? Que no sufra. Ya tiene un perfil en la red de compras 21buttons donde se pueden comprar sus prendas y accesorios. Tiene 1.800 seguidores que compran (o miran) sus gafas de Asos, sus collares de Bershka o alguna prenda de diseño, como un conjunto del diseñador Rubén Galarreta.

• Conciertos: un revival de la Academia

Por ahora hay dos citas (aunque se anuncian más) para poder ver a la pandilla de los 16 fantásticos en directo. La primera en el Palau Sant Jordi de Barcelona el 3 de marzo, la segunda el 16 de marzo en Vistalegre, en Madrid. Para ambas quedan algunas entradas, pero son de las más caras (aunque nunca fueron baratas) o de visibilidad reducida. Además, se anuncian nuevas fechas y ciudades, todavía por confirmar, pero ya se sabe que llegarán Las Palmas de Gran Canaria (29 de mayo), Santa Cruz de Tenerife (30de mayo), Sevilla (2 de junio), A Coruña (8 de junio) y Valencia (15 de junio).

Leer más: ¿Cuánto cuestan las entradas de los conciertos de Operación Triunfo?

• Eurovisión: la traca final

Solo apta para auténticos fans. Aquellos Almaiers que no quieran perderse a la pareja del momento cantando Tu canción en directo siempre pueden ir a Lisboa el 12 de mayo… aunque tienen malas noticias por delante. Primero, que preparen la cartera. Los billetes de avión desde Madrid, por ejemplo, ya están a unos 100 o 150 euros por cabeza, incluso a 200 desde Barcelona. A eso hay que sumarle una o dos noches de hotel.

También habría que incluir las entradas para el magno evento que es Eurovisión, que costaban 120 euros por cabeza en pista (las VIP podían alcanzar los 300)… pero ya no queda un solo ticket. Están todos agotados desde finales de enero, cuando salieron a la venta los últimos. Siempre quedará escaparse a la ciudad lusa para intentar conseguir algo en la reventa… o verlo en alguna pantalla gigante en El Prat o Pamplona.