El padre del fundador de Glovo también es empresario y revela cuáles han sido las claves que han llevado a su hijo al éxito

• Oscar Pierre padre destaca el equipo del que se rodeó su hijo para crear Glovo.
• La compañía cuenta con 1.200 empleados y opera en 40 países.
• Con respecto a las críticas, cree que los problemas se dan en un “porcentaje minoritario”.

Óscar Pierre padre no cree que su hijo haya heredado de él mucho más que su nombre. Para “crear lo que ha creado”, ha tenido “una iniciativa terrible”, cuenta de su hijo. Habla de Glovo, la compañía que fundó Óscar Pierre hijo, que cuenta con 1.200 empleados y que está en 40 países.

El padre es empresario, dirige una compañía dedicada a facilitar la transformación digital de las empresas que se llama aggity. No oculta el “orgullo” que siente por su hijo: “Queda muy mal porque es mi hijo pero ojalá tuviéramos jóvenes que tuvieran esa ambición”.

En cualquier caso, es consciente de que el éxito crea enemigos: “Estas cosas generan envidias y en España somos así, en vez de alabar estas cosas, a veces se critican tonterías”. Califica las críticas de “ridiculeces”, sobre todo cuando se trata de magnificar que “un usuario que ha tenido un problema cuando Glovo tiene 3,5 millones de pedidos mensuales”.

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Lo mismo explica cuando hay problemas con los mensajeros, que se cifran en 25.000. “Es un porcentaje minoritario”, dice Pierre con respecto a los repartidores que no realizan su trabajo como deberían.

Una marca que vale millones

Más allá de las críticas o las polémicas, alaba el trabajo que ha realizado su hijo desde 2015. “Cualquier compañía de branding pagaría millones”, explica Pierre, por conseguir el posicionamiento de marca que ahora tiene Glovo, “eso no tiene precio”, sentencia.

Aun así, rechaza dirigir todas las alabanzas hacia su hijo. “Siempre hablo del equipo”, cuenta. En ese sentido, señala que esta ha sido una de las claves: “Ha sido inteligente rodeándose de un equipo maravilloso”.

En cuanto al modelo de negocio, considera que ha abierto una oportunidad de trabajo a los repartidores “que antes no tenían”. “Evidentemente son trabajos low cost pero ayudan”, reconoce Pierre. Piensa que es una fórmula “muy integrada en la sociedad”, sobre todo para personas que utilizan su tiempo, por ejemplo en los estudios, y por la tarde hacen unas cuantas horas para ganar un dinero.

“He tenido la oportunidad de hablar con Glovers que están encantados”, apunta. Pierre razona también sobre esos trabajadores, a quienes califica como “gente con entusiasmo, con ganas de trabajar y de contribuir a la sociedad”. Si en España esa ambición estuviera más extendida, “el país y la vida nos irían mejor”, concluye.