Esto es lo que pasa cuando duermes con las lentillas puestas

  • ¿Cuántas veces te has acostado en la cama y te has acordado en el último momento de que llevabas las lentillas puestas? Haces bien en levantarte y quitártelas, las consecuencias de no hacerlo serían terribles.
  • Las lentillas son un elemento muy extraño tu ojo, y lo único que hace (más allá de mejorar tu visión) es adaptarse y absorber la humedad de tus ojos. Pero es ahí donde hay un delicado equilibrio que no deberías romper nunca.
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Irina Belinsky: algunos fabricantes de lentillas afirman que puedes dormir con ellas pero, por regla general, eso no es así. Las lentillas son seguras, pero lo son más si las cuidas adecuadamente y parte de esa buena higiene consiste en no dormir con ellas. Piensa en ellas como un material que le es extraño a tu ojo. En ocasiones actúa como una especie de esponja y, para que no te cause molestias, la lentilla debe permanecer húmeda, por lo que absorbe la humedad del ojo y en el proceso también puede atrapar algunas bacterias, por lo que es de vital importancia quitarse las lentillas para darles un lavado de vez en cuando.

Dejarlas puestas mientras duermes puede provocar una infección ocular que puede llegar a ser muy grave. Muchas de las infecciones son leves y desaparecen con gotas antibióticas para los ojos, pero algunas pueden llegar a ser muy graves, e incluso si desaparecen, pueden dejar cicatrices en la superficie del ojo, en la parte de la córnea, y esa cicatriz puede causar cambios permanentes en la visión. En ocasiones, una infección de este calibre es devastadora y puede hacer que el ojo quede completamente dañado hasta el punto de tener que necesitar un trasplante de córnea o incluso puede llegar a perder la visión del todo.

Afortunadamente, las infecciones graves relacionadas con el uso de lentillas no son muy frecuentes. Si fueran comunes, nadie las usaría. Se dan en casos extremadamente raros y, normalmente, tienen que ver con una higiene muy deficiente al manipular las lentillas.

Empresas como Innovega o Mojo Vision ya tienen preparados los primeros prototipos de lentillas inteligentes y tienen muy claro el mercado al que irán dirigidas

Una buena higiene tiene que ver con varias cosas. En primer lugar, tienes que estar al tanto de si tienes que cambiar las lentillas cada mes o cada dos semanas y tratar de cumplirlo, aunque tengas que ponerte un recordatorio. Lo que más se suele dar es el desgaste de la propia lentilla. La córnea se queda sin oxígeno. La lentilla empieza a romperse con el tiempo, por lo que deja de tener una superficie lisa. Formará una especie de bordes hechos a partir de microrupturas y esto hará que se reseque más aún. Tus ojos no tendrán la suficiente humedad como para mantener en su sitio la lentilla.

Si piensas en las lentillas como una esponja, la esponja que podrías tener en tu cocina, sueles limpiarla a menudo e incluso la cambias de vez en cuando, sobre todo cuando no hace bien su trabajo. Una lentilla puede doblarse y quedar atrapada en el ojo, justo debajo del párpado. En ocasiones, he visto a pacientes que vienen con un ojo rojo crónico y, tras examinarlo con mucho cuidado, acabamos extrayendo una lentilla que probablemente haya estado meses allí.

Esto puede ocurrir si te las pones mal. Puede pasar si duermes con ellas. También si no te las quitas nunca o te olvidas de quitarlas con frecuencia. No te las dejes puestas y quítalas siempre.

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