Terminó la espera. Tras cinco días de reflexión desde que publicara su carta, Pedro Sánchez ha dado una declaración institucional esta mañana en el Palacio de la Moncloa en la que ha confirmado que continuará en el cargo.

Tras agradecer las muestras "de apoyo y empatía" que se han vivido estos días en la calle, Sánchez ha señalado que "esa movilización social" le ha influido y por ello ha confirmado lo que "finalmente" ha decidido. "De ello he informado previamente al jefe del Estado esta misma mañana". "He decidido seguir".

"Sé que la carta que les envié pudo desconcertar porque no obedece a ningún cálculo político. Soy consciente de que he mostrado un sentimiento que en política no suele ser admisible. He reconocido ante quienes buscan quebrarme, no por quién soy, sino por lo que represento, que duele vivir esta situación que no deseo a nadie", ha explicado.

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En su declaración, el presidente se ha vuelto a preguntar si merece la pena continuar en el cargo. En un primer momento, la respuesta estaba siendo negativa. "Por muy alto que sea, no hay honor que justifique el sufrimiento injusto de las personas que uno más quiere y respeta y ver cómo se intenta destruir su dignidad sin el más mínimo fundamento".

"He actuado desde una convicción clara. O decimos basta o esta degradación de la vida pública determinará nuestro futuro condenándonos como país. He dado este paso por motivos personales pero todo el mundo los puede entender y sentir como propios, porque responde a valores troncales de una sociedad solidaria y familiar como la española".

Sin embargo, el presidente ha continuado afirmando que su mujer y él saben "que esta campaña de descrédito no parará". "Llevamos 10 años sufriéndola. Es grave, pero no es lo más relevante. Podemos con ella".

"He decidido seguir. Seguir con más fuerza si cabe al frente de la Presidencia del Gobierno de España. Esta decisión no supone un punto y seguido. Es un punto y aparte". 

"Asumo ante ustedes mi compromiso de trabajar sin descanso, con firmeza y con serenidad, por la regeneración pendiente de nuestra democracia, y por el avance y consolidación de derechos y libertades. Asumo la decisión de continuar con más fuerza si cabe al frente de la Presidencia del Gobierno de España".

A lo largo de la historia democrática, solo un presidente ha dimitido. Fue Adolfo Suárez, en un discurso televisado en el que defendió que presentaba "irrevocablemente" su dimisión como líder del Ejecutivo y como presidente de su partido, Unión de Centro Democrático. Fue en febrero de 1981.

Un mes después, en la sesión de investidura de su sucesor, Leopoldo Calvo-Sotelo, se produjo el infausto golpe de Estado con la entrada de varios guardias civiles en el Congreso de los Diputados.