Los primates de los zoológicos cambiaron sus hábitos durante el confinamiento, revela un estudio

Mono

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  • Cuando los primates de los zoológicos dejaron de recibir visitas durante el confinamiento, sus hábitos cambiaron de diferentes modos, tal y como revela un estudio.
  • Bonobos, chimpancés, gorilas de las tierras bajas occidentales y babuinos oliva alteraron el tiempo que dedicaban a la comida o al descanso.

Aunque el confinamiento brindó a muchos animales de zoológicos una inusual tranquilidad, en otros casos sus habitantes echaron de menos la compañía humana.

Una investigación publicada en la revista Animals destaca que durante la pandemia de coronavirus, los primates reaccionaron de formas diversas a la ausencia o disminución de visitantes, alterando el tiempo que dedican a comer y a descansar. Estudiar estos cambios de conducta puede resultar clave para el bienestar animal. 

Tal y como recoge Science Alert, los científicos observaron el comportamiento de los bonobos, chimpancés, gorilas de las tierras bajas occidentales y babuinos oliva del zoológico de Twycross y el parque de Knowsley Safari en el Reino Unido, antes y después del regreso de los visitantes.

"Los primates son algunas de las especies cognitivamente más avanzadas en los zoológicos y sus interacciones con los visitantes son complejas", explicó en 2022 Samantha Ward, científica de bienestar animal de zoológicos de la Universidad de Nottingham Trent. Los múltiples periodos de apertura y cierre brindaron una oportunidad única de estudiar la conducta animal de los primates.

Cuando los visitantes retornaron a los zoológicos, los bonobos y los gorilas pasaron menos tiempo solos, mientras que los gorilas también redujeron el tiempo de descanso. Por su parte, los chimpancés aumentaron su ingesta de comida y empezaron a interactuar más tras la reapertura.

Además, se registró un cambio en los babuinos oliva en el parque safari: tuvieron un comportamiento menos sexual y dominante cuando los visitantes regresaron. También se acercaron más a sus coches, mientras que durante el confinamiento se aproximaban menos a los vehículos de los guardabosques.

 

Todavía no puede afirmarse de forma rotunda si estas alteraciones fueron positivas o negativas.

Los investigadores sugieren que la afluencia de gente resultó estimulante para chimpancés y babuinos, mientras que el hecho de que los gorilas y los bonobos pasaran menos tiempo solos también podría considerarse positivo.

Al mismo tiempo, se podría argumentar que los gorilas, de carácter más sedentario, sufrieron más por el retorno de visitantes, que redujo su tiempo de descanso. Eso sí, el cambio en el uso de los recintos sugiere su gran adaptabilidad para gestionar las alteraciones de su entorno.

También se detectó un umbral en el número de visitantes en el caso de los babuinos oliva: a partir de esta cifra los animales dejaron de sentirse cada vez más activos y estimulados por los coches que pasaban en el parque safari.

Aunque no hay más confinamientos en el horizonte, los científicos quieren utilizar estos datos para explorar como la cantidad de visitantes afecta al comportamiento animal, pudiendo añadir seguridad y compañía o molestia y amenaza, lo cual podría incidir en el diseño de parques y zoológicos. 

"El trabajo futuro podría implicar observar el impacto en una gama más amplia de especies tanto en zoológicos como en parques safari, así como las diferencias entre animales individuales", señala  a investigadora de bienestar animal de zoológicos Ellen Williams¡, de la Universidad Harper Adams en el Reino Unido.

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