Renta variable

La renta variable es un tipo de inversión en el que la rentabilidad no está garantizada.

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  • La renta variable es un tipo de inversión en el que la rentabilidad no está garantizada, lo que eleva tanto los riesgos como los beneficios potenciales respecto a la renta fija.
  • Las acciones, los índices bursátiles y las criptomonedas son algunos de los principales activos de renta variable.
  • Si quieres entender cómo funciona la economía, la tecnología, el mundo empresarial y descubrir el significado de la mayoría de conceptos que escuchas cada día, no te pierdas nuestra sección Qué es.
  1. Qué es la renta variable
  2. Tipos de activos de renta variable
  3. Ventajas de invertir en renta variable
  4. Riesgos de invertir en renta variable
  5. Cómo saber si la renta variable es para ti

Qué es la renta variable

La renta variable es un tipo de inversión cuya principal característica es que la rentabilidad y la recuperación del capital invertido no están garantizadas ni se conocen de antemano

Dependen de diversos factores, desde la evolución de los mercados financieros hasta la situación de la empresa en la que se invierte.

Si te decantas por la renta variable, existe el riesgo de que la rentabilidad sea negativa y, por lo tanto, termines perdiendo una parte o la totalidad de tu inversión. A cambio, las potenciales ganancias serán más elevadas que en el caso de la renta fija.

Por esta razón, los inversores de perfil más conservador suelen optar por otras alternativas que impliquen menores riesgos.

Puesto que las bolsas y mercados financieros son sensibles ante los cambios en la percepción de los inversores, suelen considerarse como un termómetro para la economía en su conjunto.

Tipos de activos de renta variable

Existen distintos tipos de activos de renta variable. 

Los siguientes son los más destacados:

  • Acciones. Es el activo de renta variable por excelencia, así como el más popular. Las acciones, que representan una pequeña fracción del capital social de una empresa, permiten que un inversor se convierta en copropietario de la compañía y adquiera una serie de derechos sobre ella. Por ejemplo, puede cobrar dividendos en caso de que la empresa obtenga beneficios y decida repartirlos entre sus accionistas.
  • Materias primas: Implica invertir en productos o recursos naturales que pueden utilizarse para producir otros bienes. Desde el oro hasta el petróleo, su rentabilidad oscila en función de aspectos como su escasez, las condiciones climatológicas o el contexto político.
  • Divisas: Consiste en adquirir la moneda de un país a cambio de otra, a través del mercado de divisas o Forex. Las fluctuaciones de las divisas influyen directamente sobre la rentabilidad de la inversión.
  • Índices bursátiles: Igual que puedes invertir en acciones, también puedes optar por un índice bursátil entero, como el Ibex o el Nasdaq. La diversificación es una de las principales ventajas de la inversión indexada. Se puede invertir en índices de 2 formas distintas: por medio de ETFs y de fondos indexados.
  • Criptomonedas: Es una alternativa de moda en los últimos años, aunque marcada por una elevada volatilidad. Las criptodivisas son monedas digitales descentralizadas, que no son emitidas por autoridades centrales como bancos o gobiernos.
  • Derivados: Los productos derivados son instrumentos financieros cuyo valor deriva de la evolución de los precios de otro activo, denominado activo subyacente. Hay diferentes tipos de derivados, pero los más comunes son los futuros, las opciones y los swaps.

Ventajas de invertir en renta variable

La renta variable ofrece una serie de beneficios a los inversores.

Estas son las principales ventajas de invertir en renta variable:

  • Alta rentabilidad. La principal ventaja es que suele ofrecer rendimientos potenciales mucho mayores a los inversores que la renta fija.
  • Accesibilidad. No requiere grandes cantidades de dinero para comenzar a invertir. Así, existen numerosos instrumentos adaptados a las necesidades de cada inversor, que puede destinar pequeñas cantidades y generar ganancias de forma sucesiva.
  • Horizonte temporal. La inversión en renta variable no está sujeta a plazos ni vencimientos, por lo que el horizonte temporal dependerá de tus objetivos y prioridades.
  • Dividendos. Algunos activos, como las acciones, proporcionan rendimientos periódicos.

Riesgos de invertir en renta variable

Como es lógico, la renta variable también acarrea algunos peligros. 

Estos son los riesgos que debes tener en cuenta:

  • Volatilidad: Este tipo de inversión implica asumir un porcentaje elevado de riesgo. Nada garantiza al inversor que sus operaciones tendrán éxito y no existe la certeza de que obtendrá rentabilidad.
  • Complejidad: Cada tipo de activo de renta variable cuenta con sus propias características y funcionamiento. Conocer estas particularidades antes de empezar a invertir puede marcar la diferencia entre ganar o perder.
  • Exposición: A menudo, el valor de los activos de no sólo depende de la gestión de la empresa invertida, sino de fluctuaciones producidas en los mercados como consecuencia de fenómenos externos o de las expectativas de los propios inversores.
  • Menor prioridad: En contextos como la liquidación de una sociedad, el inversor de renta variable tiene menor prioridad que otros como el de renta fija.

Cómo saber si la renta variable es para ti

La inversión en renta variable es importante en las carteras de aquellos inversores que contemplan un horizonte temporal a largo plazo.

 La conveniencia de invertir o no en renta variable viene definida por el nivel de riesgo que desees asumir: un inversor de perfil más agresivo está dispuesto a aceptar riesgos a cambio de acceder a rentabilidades más altas.

Debes tener en cuenta que, con la vista centrada en un plazo de tiempo largo, la renta variable suele identificarse como el único activo que consigue batir a la inflación

Esta circunstancia se da porque, a muy largo plazo, existe una alta correlación entre la renta variable y el crecimiento económico de un país. No obstante, a corto y medio plazo, requiere asumir volatilidades que afectan al rendimiento de la inversión.

Asimismo, los dividendos repartidos por las empresas suelen ser más elevados que los intereses de la renta fija y los productos de ahorro. Si el precio de la acción sube, podrás contar con una rentabilidad muy superior. Por el contrario, si el precio baja, tus pérdidas serán mayores.

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