De Jay-Z a Elon Musk: el ascenso de Alex Spiro, el "luchador callejero" jurídico del CEO de Tesla

Jack Newsham,
Elon Musk y Alex Spiro.
Elon Musk y Alex Spiro.

Apu Gomes/Maja Hitij/Getty Images; Rachel Mendelson/Insider

Elon Musk no parece ser un hombre que se lleve especialmente bien con los abogados. Basta con preguntar a los 5 consejeros generales que han trabajado en Tesla en los últimos tres años. O llamar a Cooley, el bufete que perdió su relación laboral con las empresas de Musk tras negarse a despedir a un abogado que no le gustaba al magnate.

Sin embargo, hay un abogado con el que el CEO de Tesla sí parece tener buena relación: Alex Spiro. El impetuoso jurista de 39 años ha ayudado a Elon a ganar una demanda por difamación y ha trabajado en al menos otros cuatro casos para él. También está involucrado en la compra de Twitter.

Como la mayoría de los multimillonarios, Musk trabaja con un amplio abanico de abogados, entre ellos un equipo de Skadden, que se encarga del acuerdo de Twitter, además del bufete Cravath Swaine & Moore, que le ha ayudado a luchar contra los accionistas de Tesla que afirmaban que el consejo cedió a la presión de Musk y pagó mucho por SolarCity.

Pero, según indicó en un tuit el propio CEO, estos juristas no tienen la "fiereza callejera" que él busca. Los bufetes de abogados de élite cuentan con antiguos fiscales federales que se encargan de defender a los delincuentes de guante blanco que en su día intentaron meter entre rejas. Spiro, en cambio, se ha hecho un nombre representando a atletas profesionales y estrellas del rap, y tanto TMZ como Page Six lo citan frecuentemente.

Es un litigante tenaz al que le gusta la acción, según la gente que ha trabajado con él. Se le conoce por las fiestas que organizaba en la Facultad de Derecho de Harvard y por defender a clientes como el magnate del hip-hop Jay-Z, el propietario de los New England Patriots de la NFL, Robert Kraft, y deportistas profesionales como la antigua estrella de la NBA Thabo Sefolosha.

Y al igual que Musk, quizá su cliente más famoso, Spiro inspira amor y odio a partes iguales entre quienes se han reunido con él, según ha podido saber Business Insider gracias a entrevistas con más de 40 compañeros de profesión, clientes, excompañeros de clase y otros profesionales del sector. No está claro cómo iniciaron su relación Spiro y Musk, pero parece que se entienden bien.

Spiro no ha querido ser entrevistado para este artículo.

elon musk

Randy Zelin, abogado defensor y profesor en la Facultad de Derecho de Cornell, afirma haber llamado a Spiro para que dé charlas a los alumnos, defendiendo que es "el abogado más auténtico que hay".

"Un cliente que acude a Alex sabe que va a obtener la verdad. Te mandaría a la mierda a ti, a mí o a cualquier otro si no está de acuerdo con nosotros", describe Zelin.

"Otros te apuñalarían por la espalda, pero él lo haría en el pecho", añade.

Cómo suavizó Spiro el tuit del 'pedófilo' de Elon Musk

Spiro representó por primera vez a Musk en 2018 en una demanda presentada por Vernon Unsworth, un hombre al que Musk había llamado "pedófilo" en Twitter. Es difícil ver esta clase de comentarios como no difamatorios, por lo que muchos pensaron que Elon perdería el caso.

No obstante, ni Musk ni Spiro se dan por vencido fácilmente. Supuestamente, el abogado utilizó en el juicio fotos de Unsworth posando con el Príncipe Guillermo y dignatarios tailandeses para restar importancia al hecho de que alguien pudiese tomar en serio el tuit. En su discurso final ante el jurado, Spiro se burló de la pretensión de Unsworth de pedir 150 millones por daños y perjuicios.

En su alegato final, según BuzzFeed, dijo lo siguiente: "El señor Musk se disculpó. A él no le gustan esos tuits. A los accionistas no les gustaron los tuits. A la madre de Elon no le gustaron los tuits. Pero en ningún caso dijo expresamente que esa 'persona sin nombre' cometiera un delito de pederastia".

Menos de una hora después, el jurado dio la razón a Musk.

El CEO de Tesla se mostró radiante tras el veredicto. "Mi fe en la humanidad ha sido restaurada", afirmó. Posteriormente, volvió a contratar a Spiro para defenderlo en su lucha contra la Comisión de Valores y Bolsa (SEC, por sus siglas en inglés), JPMorgan Chase, los responsables de salud del condado de Alameda y un escéptico de Tesla llamado Randeep Hothi que también demandó a Musk por difamación.

Sam Williamson, socio de Quinn Emanuel, afirma no estar familiarizado con la relación que mantienen CEO y abogado, pero dice no extrañarle que se lleven bien.

Spiro fue votado como 'el más sociable' del instituto

Spiro es especialmente conocido por su trabajo en casos mediáticos. Ha representado a Jay-Z, Bobby Shmurda, Robert Kraft, Megan Thee Stallion y Dinesh D'Souza, entre otros. Pero la mayor parte de sus clientes son fondos de inversión y empresas, según John Quinn, fundador del bufete Quinn Emanuel. Además de ello, forma parte de los consejos de administración de varias empresas, entre las cuales se encuentra Arrive, la división de capital riesgo de Roc Nation.

"Como cualquier abogado experimentado, no se puede encasillar a Alex", explica Quinn. "Los juristas tienen que ser capaces de relacionarse con todo el mundo, y Spiro tiene un excelente coeficiente intelectual", añade.

Spiro creció cerca de Boston. Jugó al baloncesto en el instituto Wellesley, y ganó la distinción como el alumno "más sociable" de su instituto.

Después, estudió psicología en la Universidad de Tufts y trabajó en el hospital psiquiátrico McLean. Se graduó con honores y asistió más tarde a la Facultad de Derecho de Harvard. Al graduarse, invitó a sus compañeros de clase a prepararse para el examen de abogacía en la casa de playa propiedad de su familia en Rhode Island.

Antes de incorporarse a Quinn Emanuel en 2017, trabajó como fiscal penal en la oficina del fiscal del distrito de Manhattan, y posteriormente como asociado del abogado defensor Ben Brafman. 

Elon Musk

En 2021, fue uno de los 10 abogados de Quinn Emanuel que más facturó, según un socio de la firma. De media, los socios del bufete ganaron unos 5,41 millones de euros el año pasado, según American Lawyer.

Varias fuentes describen a Spiro como una persona extraordinariamente confiada y segura de sí misma, cualidades que le sirven de mucho en los juicios.

Algunos excompañeros de la oficina del fiscal de Manhattan cuentan que siempre estaba dispuesto a ir a juicio, nunca dudaba. Afirma haber llevado 50 casos, más que muchos abogados en toda su carrera. 

El estilo de Spiro es irritante para algunas personas

Estos mismos excompañeros explican a Business Insider que lo que diferencia a Spiro del resto es su ambición, algo por lo que es admirado por muchos en el sector.

"Hay gente que dice que era un capullo, pero no creo que sea necesariamente así. La ambición a veces se confunde con otra cosa, especialmente si hablamos de un hombre blanco y soltero", reflexiona uno de ellos.

Es cierto que el estilo de Spiro puede resultar molesto. Lo que para algunos es seguridad en sí mismo y capacidad de adaptación, a otros les parece prepotencia e hipocresía. "Se adaptaba a cualquier persona con la que estuviera", recuerda una compañera de clase, que ha preferido que no se cite su nombre.

A un fiscal de Florida se le escuchó llamando a Spiro "gilipollas" por un micro abierto, mientras interrogaba a un agente de policía sobre la detención de Robert Kraft por cargos de prostitución. Y Bobby Shmurda, el rapero que fue arrestado por pertenecer a una banca callejera en 2014, afirmó en su sentencia que Spiro le "obligó" a declararse culpable, por lo que intentó despedirlo en el último momento.

Los abogados que se han enfrentado a él en los tribunales se han mostrado reacios a hacer comentarios al respecto. Uno de ellos ha llegado a decir: "Tengo mi opinión pero no la voy a compartir".

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El New York Post publicó en 2018 que Spiro fue sorprendido enseñando su placa de fiscal para alardear ante un grupo de mujeres. Él declinó comentar nada sobre esta historia.

El New York Times también informó de que hizo gestiones para representar a varias mujeres que afirmaban haber sido víctimas de Harvey Weinstein cuando aún pertenecía al bufete de abogados de Ben Brafman, un famoso abogado de defensa penal que representaba a Weinstein, lo que implicaba en ese momento un conflicto de intereses.

Brafman, que contrató a Spiro fuera de la oficina del fiscal de Manhattan en 2013, tampoco ha querido ser entrevistado. El Times los citó a ambos afirmando que, aunque en ese momento Spiro ya no estaba en el bufete, tenía acceso a información a través de una cuenta de correo electrónico.

Dos personas que vivieron de cerca este conflicto explican que Spiro ya se había marchado del bufete, pero Brafman se mostró muy molesto con la situación.

Por otra parte, un exasistente jurídico del fiscal del distrito lo ha descrito como "uno de los fiscales más trabajadores de la oficina".

"Es supercarismático. Tiene una personalidad magnética", afirmaba.

Spiro intenta a menudo poner a prueba el sistema

Una de las señas de identidad del jurista es poner a prueba el propio sistema judicial. Hace falta valor, y no siempre funciona. En marzo, representó a Musk intentando anular su acuerdo de 2018 con la SEC, que exige la aprobación previa de sus tuits, argumentando que el magnate, ya multimillonario, firmó el acuerdo bajo coacción económica. El juez no lo vio así.

"Musk no puede intentar retractarse ahora del acuerdo al que accedió a sabiendas y por voluntad propia, argumentando sencillamente que sintió que tenía que aceptarlo en ese momento", escribió el juez Lewis Liman. Musk ha presentado documentos para apelar la decisión.

En otro pleito, invocó los derechos constitucionales de Tesla en una demanda contra el condado de Alameda por las restricciones del COVID-19 en su fábrica de automóviles de Fremont (California). El caso se retiró una semana después de que se reanudara la producción.

En cierto modo, Spiro es un hombre anacrónico. Prefiere las BlackBerrys con teclados táctiles a los modernos smartphones con pantalla táctil. Un excompañero indica que puede ser desorganizado, y que utiliza una pizarra gigante en su oficina para controlar todas las tareas pendientes.

Y, a diferencia de Musk, no es adicto a las redes sociales. No tiene un perfil de LinkedIn ni cuenta de Twitter.

Lo guarda todo para sus compañeros, sus clientes y la sala del tribunal.

"El ejercicio de la abogacía puede ser muy aburrido", dice Jeanine Zalduendo, abogada de Los Ángeles que ha trabajado con Spiro en varios casos. "No estamos todo el rato de risas, pero sí hay gente con carácter desenfadado que aporta un punto de energía positiva en los equipos", añade.

Según Zalduendo, quizá sea ese sentido del humor lo que Musk y Spiro tienen en común. "Los he visto juntos en una habitación. Se llevan muy bien", afirma.

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