Ryanair pierde 96 millones de euros en el tercer trimestre por el impacto de ómicron y cree que no superará los 100 millones de pasajeros al cierre de su año fiscal

Ryanair

Reuters

  • Ryanair pierde 96 millones de euros en su tercer trimestre por el impacto de ómicron y el regreso de las restricciones a principios de diciembre.
  • La aerolínea irlandesa de bajo coste reafirmó su expectativa de volar algo menos de 100 millones de pasajeros este año fiscal.
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Ryanair registró una pérdida neta de 96 millones de euros en los 3 últimos meses de 2021 correspondientes a su tercer trimestre fiscal, según los resultados publicados por la aerolínea este lunes.

El resultado estuvo en línea con la estimación de consenso de una pérdida de 101 millones de euros en una encuesta de la compañía entre los analistas. 

La compañía aérea irlandesa perdió 306 millones de euros en el mismo trimestre de 2020 y obtuvo un beneficio de 88 millones en los últimos tres meses de 2019.

En cuanto a sus ingresos, la aerolínea ha asegurado que aumentaron más de un 330% hasta los 1.470 millones de euros en el tercer trimestre –frente a los 340 millones de hace un año–.

Esto se debe a la fuerte recuperación del tráfico, que pasó de 8,1 a 31,1 millones de pasajeros (con un factor de ocupación del 84%) y a la mayor facturación de servicios complementarios como el embarque prioritario o la reserva de asientos, que generaron aproximadamente 22 euros por pasajero.

A pesar de un buen comienzo del tercer trimestre, la variante ómicron y el regreso de las restricciones a principios de diciembre perjudicaron significativamente las reservas de Navidad y Año Nuevo, según informa la compañía.

El sector aéreo cree que ómicron es solo un bache en la recuperación

En este tercer trimestre fiscal, la deuda neta deRyanair era de 2.140 millones de euros (a final de marzo era de 2.280 millones de euros). La aerolínea prevé reducir esta deuda neta a cero "lo antes posible en los próximos 2 años".

Los costes de explotación aumentaron un 136%, hasta los 1.590 millones de euros. La compañía ha hecho hincapié en la reducción de los costes variables, como los de aeropuerto y manipulación, las tasas de ruta y la mejora del consumo de combustible. 

La reducción de los costes sumada el aumento de los factores de carga, hizo que el coste unitario por pasajero en el tercer trimestre (sin combustible) se redujera a 32 euros, lo que supone un "excelente rendimiento", según la aerolínea.

Estas son las principales cifras de los resultados del tercer trimestre fiscal:

  • Pérdidas: 96 millones de euros, en comparación con los 306 millones que perdió durante el mismo periodo de 2020 .
  • Ingresos: 1.470 millones de euros, un 330% más que los 340 millones de euros que obtuvo entre octubre y diciembre de 2020.
  • Deuda neta: 2.140 millones de euros.
  • Tráfico de pasajeros: 31,1 millones frente a 8,1 millones. 

La aerolínea de bajo coste, la mayor de Europa por número de pasajeros, reiteró su previsión de pérdidas para el conjunto de su ejercicio fiscal, que finaliza el 31 de marzo, de entre 250 y 450 millones de euros. 

Aunque la compañía registrase un repunte en el tráfico, no tiene muy buenas expectativas para el cierre de su ejercicio.

Por ello, Ryanair reafirmó su expectativa de volar algo menos de 100 millones de pasajeros este año fiscal, por lo que considera que el tráfico en el cuarto trimestre probablemente necesitará una estimulación significativa de los precios a la baja.

El Brexit empuja su salida de las Bolsa de Londres

Según señala en el comunicado el presidente de la compañía Michael O’Leary, el alcance total del impacto actual del COVID-19 en los resultados operativos y financieros a largo plazo de Ryanair "dependerá de los acontecimientos futuros, muchos de los cuales están fuera del control del Grupo".

Entre los múltiples factores que están sujetos a cambios y que la compañía considera que podrían afectar significativamente a los resultados previstos para el resto del año se encuentran las incertidumbres en torno al Brexit.

Según apuntaba en su anterior anuncio de resultados del 1 de noviembre, Ryanair estaba considerando la posibilidad de dejar de cotizar en la Bolsa de Londres como consecuencia de la salida de Reino Unido de la Unión Europea y los requisitos regulatorios que impone dicha ruptura.

Con sede en Dublín, y cotización principal en el mercado Euronext Dublin, el grupo remarcaba que la actividad en la Bolsa de Valores de Londres se ha "reducido sustancialmente" en relación al volumen total de las operaciones de la compañía durante 2021. 

La normativa europea exige a las aerolíneas que operan vuelos internos dentro del Viejo Continente que tengan la mayor parte de su capital en manos comunitarias.

Para evitar sobrepasar el umbral, Ryanair prohibió la compra de acciones a inversores de fuera de la UE —incluidos los británicos tras el Brexit—. En septiembre, la compañía inició la venta forzosa de alrededor de un millón de acciones de inversores extracomunitarios para cumplir la norma.

Pocos días después de este aviso, la compañía anunció oficialmente que su último día de cotización en Londres estaba fijado para el 17 de diciembre.

El camino de Ryanair hacia las cero emisiones netas para 2050

"Cada pasajero que cambia a Ryanair desde las aerolíneas tradicionales reduce sus emisiones de CO2 hasta en un 50% por vuelo", señala O'Leary en el comunicado. 

La aerolínea espera aumentar en los próximos 5 años su tráfico un 50%, hasta alcanzar los 225 millones de pasajeros al año. 

Este crecimiento se llevará a cabo en una flota de nuevos aviones B737 "Gamechanger", que ofrecen un 4% más de asientos, pero que consumen un 16% menos de combustible y reducen las emisiones de ruido en un 40%.

La compañía pretende reducir las emisiones de CO2 por pasajero/km en un 10%, hasta llegar a menos de 60 gramos en 2030. 

En el tercer trimestre, Ryanair publicó su informe de sostenibilidad en el que se traza el camino de Ryanair hacia la emisión neta de carbono cero para 2050. 

Pese a ello, a mediados de enero el CEO de la aerolínea, Eddie Wilson, advirtió de que la aviación, por temas de seguridad, necesita plazos más largos para alcanzar esa sostenibilidad que las últimas innovaciones del sector prometen.

"Vemos estas innovaciones con buenos ojos, pero va a llevar tiempo", afirma. "Tenemos que manejar las expectativas que el público tiene, porque no llegamos a eso que se espera. Queremos hacerlo, pero va a llevar tiempo".

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