Así es el sistema de inteligencia artificial con el que Tesla quiere imponerse en el coche autónomo

Elon Musk frente a un Tesla en la fábrica de Gruenheide (Alemania).
Elon Musk frente a un Tesla en la fábrica de Gruenheide (Alemania).

Patrick Pleul/Pool via REUTERS

Actualmente, Tesla es la líder mundial de los coches eléctricos. Sin embargo, la compañía estadounidense no se conforma con eso y también quiere ser la cabeza en otra de las principales guerras de la industria automovilística: los vehículos autónomos.

Por primera vez, Tesla ha hecho pública la tecnología de inteligencia artificial que ha desarrollado para utilizarla en sus coches autónomos. Con ella espera revolucionar la industria del transporte y ser el primero en ofrecer estos modelos de vehículos.

El sistema de IA de Tesla se llama Dojo y ha detallado su funcionamiento en la conferencia Hot Chips. Dojo reúne cientos de sus chips D1 en enormes exápodos. Este sistema se encarga de analizar los vídeos de la flota de coches Tesla que actualmente circulan por las carreteras para saber cómo funciona la conducción en el mundo real.

Según detallaCNET, esta inteligencia artificial es la base de su sistema Full Self Driving, con el que Tesla espera que conduzcan sus coches en cruces de autopistas, aparcamientos y señales de tráfico.

Sin embargo, Tesla ha tenido problemas para ofrecer el FSD a sus clientes, muchos de los cuales pagaron hace años por él. Desarrollar esta IA ha sido mucho más complicado de lo que Tesla esperaba, lo que le ha hecho ralentizar sus tiempos. La enorme potencia de cálculo de Dojo está pensada para que los Teslas que se conducen solos sean finalmente una realidad.

La FSD se encuentra actualmente en pruebas beta limitadas y requiere una supervisión humana constante que descalifica a los Teslas como verdaderos coches autónomos. Pero esto no es impedimento para que Elon Musk insista en que esta tecnología va a conseguir allanar su camino hacia los vehículos autónomos que no necesiten a ningún humano.

Precisamente, el FSD le está dando quebraderos de cabeza a Musk. Hace apenas unos días anunció que el precio de este servicio pasaba de 12.000 dólares a 15.000. "La autoconducción generalizada es un problema difícil, ya que requiere resolver una gran parte de la IA del mundo real", tuiteó Musk en 2021. "No esperaba que fuera tan difícil, pero la dificultad es evidente en retrospectiva".

Sin embargo, Dojo no es algo actual. La marca estadounidense ya comenzó a hablar de esta tecnología en 2021. Pero no ha sido hasta ahora cuando Tesla ha detallado como funcionan estos chips D1 y cómo se conectan entre sí por docenas o cientos en un gigantesco tejido informático. 

"Necesitamos acelerar estos procesadores de IA", detalla Ganesh Venkataramanan, que dirige el equipo de vehículos autónomos de Tesla. Para lograrlo, el fabricante empieza por diseñar los chips basándose en sus necesidades, principalmente en el procesamiento de datos de vídeo que rastrean el entorno cambiante de un coche.

Los chips D1 se unen en grupos de 25 en una única 'celda de entrenamiento' cuadrada de la anchura de un plato. Estas celdas se unen a través de los bordes con sus 'vecinas' formando una cuadrícula. Los datos se mueven de baldosa en baldosa, como los coches que recorren las calles de la ciudad o, en el caso de viajes más largos, utilizando una red que se parece más a un tren.

Para acelerar este proceso y adaptarlo aún más a sus necesidades, Tesla planea trasladar el proceso de la IA de los procesadores Nvidia a Dojo, pero aún no se sabe en qué punto se encuentra este cambio. "Tenemos el hardware desde hace tiempo, y lo estamos ejecutando en el laboratorio", afirma el ingeniero de hardware, Emil Talpes.

A pesar de lo enrevesado que pueda ser Dojo, en el fondo es la gran baza que tiene Tesla frente a las marcas tradicionales. El resto de fabricantes dependen de una amplia red de proveedores de componentes para poder desarrollar sus tecnologías, lo que ralentiza el proceso. Es decir, la empresa de Musk aplica la integración vertical.

Esta integración está en auge, ya que les permite a las empresas tener un control más estricto de sus productos y servicios para que funcionen juntos sin problemas para los clientes. Además, hace que estas compañías no tengan que compartir los beneficios con nadie más. En el caso de Tesla les permite actualizar regularmente su software, servicio por el que cobra 10 dólares al mes. 

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