Soy un padre trabajador de 43 años y pese a mis responsabilidades he logrado terminar un 'trail' de montaña de 32 km: así lo he conseguido

Enrique Trillo
Padre trabajador termina un trail
  • Correr 32 km es duro para cualquiera. Si son por la montaña y con 2.100 m de desnivel positivo, mucho más.
  • Si eres padre de dos niños en edad escolar y tienes un puesto laboral con cierta responsabilidad, la cosa se complica.
  • Lograrlo para mí es clave para lograr el equilibrio entre responsabilidades familiares y profesionales y sentir que todavía tengo espacio para disfrutar de mis pasiones.

Soy de esos que siempre ha hecho deporte, la verdad. Cuando era pequeño probé de todo: voleibol, karate, baloncesto… Con la adolescencia me pasé a la bici de montaña y luego, en la universidad, a la barra libre, la de los bares, pubs y discotecas, claro. Cuando nació mi primer hijo me engañé a mí mismo pensando que con correr media horita ya me valía…

Pero esto del deporte es como una droga y de esas salidas trotonas de 30 minutos pasé a hacer mi primera carrera de 10 kilómetros, una media maratón y, obvio, un año más tarde, la maratón completa. Evidentemente, no me conformé con eso y empecé a hacer triatlón, por aquello de que tres deportes son más entretenidos que uno solo.

Una década más tarde sigo haciendo ejercicio casi a diario, con semanas de entrenamiento que pueden sumar unos 5.000 metros nadando, más de 50 km a pie y unos 200 km en bici. Y trato de conciliar todo esto, como te digo, con mi familia y con mi trabajo como redactor jefe en la revista Auto Bild.

Este año, por problemas personales que no vienen al caso y, por suerte, ya olvidados. No estoy pudiendo hacer gran cosa. No obstante, en el mes de mayo hice una carrera con bicicleta de montaña por etapas en el desierto del Sáhara, la Skoda Titan Desert. Al terminarla, entre el cansancio y el trabajo, no lograba encontrar motivación para entrenar.

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Así, sin previo aviso, recibo una invitación por parte de la marca de coches Dacia para correr un trail de montaña en el Valle de Arán. Nada más y nada menos que 32 km con un desnivel positivo de 2.100 m. Y yo llevaba sin correr prácticamente desde febrero...

No sin ciertas dudas decido aceptar la invitación, más que por hacer realidad esas frasecitas manidas y motivadoras en plan "supérate a ti mismo" o "no pain, no gain" y monsergas similares, por echar una experiencia más a la mochila. Que de eso creo que se trata.

Lo malo es que, por mucho que yo entrenara y por cierto fondo físico que se me presuponga, literalmente no había corrido en mi vida ni un sólo kilómetro en alta montaña. Mucho asfalto, mucho parque, pero nada de trail running.

Primera experiencia en la montaña: la Bola del Mundo

Bola del mundo

Enrique Trillo

Tras hablar con expertos en trail running y darme sabios consejos: "Estás loco, pero yo lo haría. Eso sí, sube a la sierra a probarte antes". Decidí que era el momento de perder la virginidad en esto de correr por la montaña.

Mi objetivo era coronar en la conocida Bola del Mundo de la sierra madrileña y hacer una ruta que acumulaba más o menos la mitad de distancia y desnivel de lo que me iba a esperar en la carrera de la UTMB World Series Val d’Aran.

Terminé bastante entero, pero te prometo que tuve agujetas hasta cinco o seis días después de este exigente entrenamiento. En cualquier caso, me vino bien para creerme que era capaz de hacerlo.

Equipamiento necesario para trail running

Trail running

Getty Images

En esta vida hay que tener amigos hasta en el infierno. Y para mi debut tuve la suerte de que me pudieran prestar/regalar la mayoría del equipamiento necesario, que no es poco: mochila específica (ligera y con huecos para las botellas flexibles de hidratación), chubasquero (superespecífico. No te cuento las características técnicas por no aburrirte, pero con él podría ir casi, casi al Everest...), silbato, vaso flexible, manta de supervivencia...

Por suerte, zapatillas específicas de trail running ya tenía (no, no son las mismas que para correr por asfalto), porque te diría que es lo más importante, ya que se atraviesan zonas embarradas en las que los tacos te salvan de resbalar como Bambi en el lago helado y se hacen bajadas llenas de piedras en las que necesitas que la suela se agarre al terreno para que no salgas volando.

El resto de la equipación, en mi caso, consistió en unas mallas de compresión, que sujetan un pelín más la musculatura que unas normales, unos calcetines altos para evitar que entren piedrecitas al pie y se produzcan rozaduras, una camiseta técnica superfina y ligera, gorra para sujetar pelo y sudor a partes iguales, además de para cubrirme la nuca del sol (sí, la mayoría del tiempo la llevaba al revés) y gafas de sol deportivas (a juego con la gorra, obvio).

Comida antes y durante la carrera

Comida saludable

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La verdad es que no soy de coger mucho peso y diría que estoy bastante delgado, pese a la curvita de la felicidad que ya me va costando evitar a mis 43 años. No obstante, cuando te vas a enfrentar a un reto como este, es fundamental llenar bien los depósitos de glucógeno del cuerpo, es decir, abusar de pasta y arroz (hidratos de carbono) en los días previos para que no te falte la gasolina en el momento clave.

Combiné esto con carnes blancas (pollo, básicamente) y me olvidé de verduras, legumbres y derivados integrales en los días previos para evitar problemas estomacales.

No me las quiero dar de entendido, me limito a transmitir lo que me recomendó Carlos Aznar, triatleta élite de larga distancia y nutricionista.

Otro de sus consejos fue que tomara entre 50 y 60 gramos de carbohidratos cada hora de competición. En un triatlón o maratón lo haría únicamente con geles energéticos, pero como aquí hay tramos es los que es literalmente imposible correr, debido a la inclinación del terreno, aproveché para comer barritas de cereales mientras caminaba en las cuestas arriba y lo fui alternado con geles.

Así me aseguraba de que mi estómago no explotara con la ingesta de tantos hidratos y, de paso, tuve sensación de comer algo de verdad y no sólo líquidos gelatinosos dulzones, que no siempre sientan bien.

A picture of Greg Mushen in running gear next to screenshots of ChatGPT answering a prompt about evaluating Mushen's fitness performance.

Experiencia vital, organización personal

Trail running

Enrique Trillo

La carrera me la tomé de forma prudente. No quedaba otra en mi debut. Mi objetivo era salir y volver a Viella de una pieza, sin caídas (resbalones hubo unos cuantos) y disfrutar de cada metro y cada paisaje. Y lo hice, vaya si lo hice.

La verdad es que ha sido una experiencia maravillosa y me ha permitido llegar a lugares que no hubiera conocido de ninguna otra forma. Sin duda, ha merecido la pena. Y no sólo a nivel personal, sino incluso profesional. Porque yo, que habitualmente trabajo probando y escribiendo de coches, he estrechado lazos profesionales con los responsables de Dacia en este evento, pese a que este era un evento absolutamente lúdico.

No puedo estar más satisfecho a nivel personal, profesional y familiar, pues he sabido organizarme, encajar todas mis responsabilidades y lograr un reto para el que, sinceramente, creo que no estaba preparado. Desde luego, hacer deporte, creo que me hace mejor padre, mejor trabajador y hasta mejor persona.

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