Soy la primera 'headhunter' del amor de España: así es mi método para encontrar a la pareja perfecta

(El siguiente texto es una recreación en primera persona de la experiencia de Verónica Alcanda, que tras 25 años trabajando en recursos humanos abandonó su vida de ejecutiva en 2013 para traer el matchmaking España. Ahora, lleva más de una década uniendo parejas gracias al Head Hunting Sentimental que ha inventado. Nace de una entrevista entre la protagonista y Andrea Núñez-Torrón, redactora de Business Insider España. Su testimonio ha sido editado solo por motivos de extensión y claridad)

En la era de la hiperconectividad, encontrar la pareja perfecta a largo plazo depende mucho más del mimo, de la curación personalizada de datos, de la intuición aprendida tras décadas entrevistando con lupa, y de un proceso artesanal; que de lo que diga un algoritmo. ¡Qué me lo digan a mí!

Soy Verónica Alcanda, y hace ya mucho tiempo que me di cuenta de que las técnicas empleadas en recursos humanos son útiles para hallar a tu media naranja —o media langosta, que diría Phoebe en Friends—.

Después de 25 años trabajando como head-hunter y captando talento con entrevistas a personas en 4 continentes distintos, decidí lanzarme a la piscina e importar el modelo del matchmaking —que ya triunfaba en Estados Unidos o en el norte de Europa—, adaptándolo a las particularidades españolas. Esta palabra designa los sistemas de evaluación de perfiles para emparejamientos apropiados.

La primera vez que escuché hablar de él fue en una revista de American Airlines. Empecé a indagar sobre ello en 2013 y descubrí que se ponía en práctica en países como Suiza, Francia o Reino Unido. En los países mediterráneos como Portugal, Grecia, Italia o España, el matchmaking no existía, tal vez porque somos culturas más sociales. 

En muchas ocasiones, era un mundo muy machista, basado en encontrar a chicas jóvenes y guapas para ejecutivos millonarios sin tiempo para buscar cónyuge. Yo que quería que cualquier persona —independientemente de si es mujer, hombre, homosexual o heterosexual— pudiese tener la misma oportunidad de beneficiarse de mi método para encontrar una pareja estable ideal. 

Y así inventé el headhunting sentimental, y comenzó mi aventura: mi primera clienta fue una empresaria divorciada, en 2014. Y en la clientela, hay prácticamente paridad: un 45% de mujeres y un 55% de hombres.

¿Qué es el head hunting sentimental?

Nuestro método head hunting sentimental fue creado por Alcanda Matchmaking en 2013, y actualizado y patentado por Matchmaking Corporation en 2018. Su propósito es unir, de forma ética y profesional, a personas afines que tienen el compromiso de compartir su vida. 

Para los rollos de una noche o para ligar sin compromiso, existen aplicaciones que funcionan la mar de bien. Yo me ocupo de quienes buscan a una pareja monógama y estable: el nicho de mercado estaba totalmente vacío. 

Como bien explico en mi web, el método combina técnicas muy utilizadas en la búsqueda de altos directivos (executive search) por los cazatalentos profesionales o headhunters, y añade procesos basados en normas internacionales de calidad UNE e ISO, las cuales proporcionan el rigor, la profesionalidad, la seguridad y las garantías. 

Además de los protocolos, aplicamos también un enfoque holístico que tiene en consideración las aficiones, los anhelos, los rasgos de personalidad, las experiencias pasadas o los objetivos de vida.

¿Y quiénes apuestan fuerte por el headhunting sentimental para encontrar pareja? Mi target abarca a personas con un elevado nivel cultural y profesional, desde empresarios y altos ejecutivos a diplomáticos, deportistas de élite o escritores. Aunque hay personas de todas las edades —desde gente en la treintena o jubilados de 70—, la media oscila entre los 40 y los 55 años. 

Todo comienza con una llamada...

El proceso es largo, artesanal y absolutamente personalizado, por lo que no admito a más de 20 clientes al año. Siempre digo que soy como una boutique. Todo es muy cuidado y cada detalle se mira al máximo, no tiene nada que ver con redes o agencias matrimoniales. De hecho, en la actualidad tengo lista de espera hasta octubre. 

¿Cómo surge la magia? Cada historia comienza así: una persona me llama para pedir información. Los clientes también tienen que ser validados por mí: a 2 de cada 5 o 1 de cada 4 les digo que no. Los veo en persona, cubren su ficha completa, y firman un contrato en el que nos comprometemos de que los candidatos o candidatas cumplan los requisitos.

Los candidatos pasan varios filtros: completar un perfil web, una entrevista telefónica de una hora y una entrevista personal de 2 horas. Nada de algoritmos: todo lo hacen especialistas en matchmaking. Después, se crea un perfil ciego en el que no aparece su nombre, aunque se indica a qué se dedica. Director de tecnología, por ejemplo. 

También aparece su foto, claro: ponerle cara a la otra persona es clave para sentir feeling y que surja la química. 

Después de buscar entre todos los candidatos o candidatas, encontramos a la persona ideal a la que le preguntamos si desea tener una cita con el cliente. Me encargo de prepararlo todo según el entorno, el horario y la personalidad. Reservo a nombre de Alcanda y allí se ven. Pero no saben sus nombres ni tienen todavía sus teléfonos.

Al día siguiente, hablo con el candidato para saber si le gustaría repetir, sin darle feedback de la otra persona para no condicionar su respuesta. Si ambas personas quieren y hay match, los llamo y les pido permiso para dar su teléfono —jamás doy ningún dato sin permiso—. Después, me esfumo y dejo que vuelen libres, y el amor haga su trabajo. 

El amor, en cifras

El éxito de nuestro método de emparejamiento amoroso es apabullante: tenemos un ratio de éxito del 84%. En los casos restantes, muchas veces la persona no estaba preparada para tener una pareja. Hay procesos complicados, y en esos casos les devuelvo el dinero íntegro. 

Por lo minucioso y personalizado del proceso, y el carácter de exclusividad, es cierto que no es un servicio para todos los bolsillos: un proceso de 6 meses en España puede tener un coste mínimo de 7.000 euros, unos 15.000 en el caso de un año. Los procesos en el extranjero, como en países como Holanda o Alemania, pueden ascender a los 20.000 euros. 

Unir a personas que están hechas la una para la otra me reporta una enorme satisfacción personal: después de 35 años entrevistando gente he desarrollado un instinto que no se puede enseñar, una intuición que he decidido aprovechar junto con las mejores técnicas de matchmaking para conseguir emparejar a las almas afines. 

El método es muy técnico, precisamente para ser eficaz, pero eso es lo que el cliente no ve: a cada persona le llega la óptima, la que mejor encaja con sus aspiraciones vitales, gustos y aficiones, personalidad...

Para todas las personas, con o sin pareja, que quieran aprender de las lecciones que he aprendido en estos años haciendo de Cupido o Celestina, pueden leer mi último libro. Se titula Por qué no encuentro pareja, y la presentación en FNAC ha tenido un éxito apabullante. En él explico desde 101 consejos para saber cómo comportarse en una cita, a los errores más frecuentes al buscar el amor.