Así trabaja un 'prompt engineer' de IA: puede ganar hasta 300.000 euros al año y no es imprescindible tener formación tecnológica

Britney Nguyen
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Una persona utilizando el generador de texto por IA de OpenAI, ChatGPT, en un portátil.

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  • El auge de las herramientas de inteligencia artificial generativa como ChatGPT ha dado paso a que se cree un perfil altamente demandado en el sector tecnológico: el prompt engineer (o ingeniero de peticiones).
  • Un prompt engineer, cuyo trabajo consiste en entrenar a estas herramientas para que ofrezcan mejores respuestas, puede llegar a ganar hasta 300.000 euros al año y se trata de un perfil que no siempre requiere de título académico especializado en tecnología.

El sector tecnológico es conocido por ofrecer puestos de trabajo muy bien remunerados. Es el caso de uno de los empleos de moda en el sector, un perfil para el que en determinadas ocasiones ni siquiera se necesita contar con un título académico.

El auge de la inteligencia artificial generativa y de herramientas como ChatGPT ha generado la necesidad de prompt engineers (del inglés, ingenieros de peticiones), personas que se dedican a escribir preguntas para que los chatbots mejoren sus respuestas. Algunos de estos perfiles cobran sueldos de hasta 335.000 dólares —unos 307.000 euros— y no requieren de titulación en tecnología.

Anthropic, una empresa de seguridad e investigación en IA, tiene un puesto vacante actualmente para "ingeniero de peticiones y bibliotecario" con un salario que oscila entre 160.000 y 307.000 euros.

Las tareas a desarrollar consisten en diseñar "una biblioteca de peticiones o cadenas de peticiones de alta calidad para realizar una variedad de tareas, con una guía sencilla para ayudar a los usuarios a buscar la que satisfaga sus necesidades", y desarrollar "un conjunto de tutoriales y herramientas interactivas que enseñen el arte de la ingeniería de peticiones a los clientes".

La vacante indica que alguien con "un alto nivel" de conocimiento en grandes modelos lingüísticos —LLM, por sus siglas en inglés— y con nociones básicas de programación encajaría bastante bien, pero Anthropic asegura que quiere que la gente se postule, aunque "crea que no cumple con todas y cada una de las cualidades".

Anna Bernstein es 'prompt engineer' en Copy.ai.

Sam Altman, CEO de OpenAI (la desarrolladora de herramientas como ChatGPT o DALL-E), ya ha aludido a la necesidad de contar con prompt engineers en la organizaciones que vayan a trabajar con este tipo de tecnologías. El mes pasado, Altman tuiteó que "escribir una petición realmente buena para un chatbot es una habilidad tremendamente valiosa".

Anna Bernstein, ingeniera de peticiones en Copy.ai, era escritora freelance y asistente de investigación histórica antes de empezar a trabajar con herramientas de inteligencia artificial.

"Me encanta la parte de científico loco de este empleo, cuando se me ocurre una idea tonta para una petición y veo que realmente funciona", afirmó Bernstein en entrevista para Business Insider. "Como escritora, mi trabajo también se nutre de mi naturaleza obsesiva a la hora de abordar el lenguaje. Es una extraña intersección entre mi formación literaria y el pensamiento analítico".

El mercado de los ingenieros de peticiones está en alza. PromptBase es una plataforma lanzada el pasado mes de junio que permite contratar a prompt engineers o que estos vendan ahí sus peticiones, y un portavoz de LinkedIn ha declarado a Business Insider que, aunque este perfil siga siendo de nicho, en la actualidad existen 708 resultados para este tipo de puesto en Estados Unidos.

 

A pesar de las oportunidades que ofrece la ingeniería de peticiones para personas sin formación tecnológica, la mayoría de los puestos mejor pagados requieren una mayor experiencia y un mayor nivel de formación en áreas especializadas en tecnología, según explican a Bloomberg algunos técnicos de selección.

"Los sueldos parten de las 40.000 libras al año (unos 45.000 euros), pero tenemos candidatos en nuestra base de datos que buscan entre 200.000 y 300.000", señalaba Mark Standen, empleado de la firma de selección Hays que trabaja en la zona de Reino Unido e Irlanda, a este medio de comunicación. "Los ingenieros de peticiones profesionales se pueden poner precio a sí mismos". 

Aunque la demanda de prompt engineers esté creciendo rápidamente, hay quien advierte de que, a largo plazo, podría no ser la profesión más demandada. "Tengo la fuerte sospecha de que la ingeniería de peticiones no va a ser un negocio a largo plazo... no es el trabajo del futuro", tuiteó en febrero Ethan Mollick, profesor de la Wharton School.

Adrian Weller, director de investigación en aprendizaje automático de la Universidad de Cambridge, declaró a Bloomberg que, aunque la posibilidad de interactuar con herramientas de IA generativa a través de peticiones "tiene un gran valor", él "no estaría tan seguro de que se vaya a mantener durante mucho tiempo". 

"No hay que detenerse demasiado en el estado actual de la ingeniería de peticiones. Está empezando a evolucionar con bastante rapidez", aseguró este experto.

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