"Hemos llegado a parar robos de más de 1.000 euros": Veesion, la IA que pilla 'in fraganti' a los ladrones a través de sus gestos

Hay una tecnología para detectar robos en supermercados y otros establecimientos que venden productos de pequeño tamaño, como cosmética, farmacia y joyería. Se trata de Veesion, una startup puntera que usa la inteligencia artificial para descubrir hurtos en tiempo real. ¿En qué repara su algoritmo de aprendizaje automático? En los gestos del ladrón. 

Al frente de su proyecto en España está Pablo Blanco, con el que Business Insider España ha tenido ocasión de hablar. La idea se fraguó en 2018 y precisó entre 2 y 3 años de desarrollo para comenzar su andadura, que hoy ya abarca más de 1.500 tiendas en Europa, donde la IA de Veesion alerta de robos con afinada precisión.

Con tal de que el objeto sea pequeño, nada se le escapa al algoritmo: monitoriza y avisa si alguien coge perfumes, electrónica, complementos, alimentos de toda clase, productos de higiene o joyas, entre otros. "Con objetos más grandes, el procedimiento de robo es distinto, ya que suele perpetrarse en lugares como el probador", puntualiza Blanco.

Una de sus principales ventajas es que se trata de un software totalmente escalable a otros países porque el sistema de seguridad es el mismo. De Francia pasó a Inglaterra, a Portugal, Italia y toda Europa, y también en otras partes del mundo como Australia o Estados Unidos. El pasado mes aterrizaron en España. 

Además, por el momento asegura que nadie les hace sombra. "Existen otras tecnologías como los arcos de seguridad que pitan, pero hasta la fecha no tenemos competencia directa", destaca el gerente, apuntando que el propósito de Veesion es expandirse y extender el producto lo antes posible.

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El hueco en el mercado es gigante y el límite es el cielo: Veesion analiza patrones de comportamiento humano y está entrenado para reconocer los gestos propios del hurto. "De hecho, el 80% de los gestos que analizamos pueden servir para desarrollar otras tecnologías", apostilla. 

La IA libera de trabajo a los guardias de seguridad y empleados del propio establecimiento, que podrán dotar a su toma de decisiones de información precisa en tiempo real sobre los robos. No quita empleo a los vigilantes, sino que refuerza su tarea. 

El sistema emite una alerta, y además, ejerce un efecto disuasorio que ya de por sí reduce la curva de hurtos. Dicho de otro modo, muchos se pensarán antes lo de meterse en la mochila una lata de conservas o una botella de vino ante el atento escrutinio de la IA. 

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Por otro lado, cuando se pilla a un ladrón es mucho menos probable que reincida. "Parando 5 euros de robo al final puedes truncar la pérdida de 500 euros al año", destaca Pablo Blanco. Además, el delito afecta a toda clase de objetos, tanto de marca blanca y primera necesidad, como otros más lujosos o gourmet como vino, embutidos o maquillaje. 

"Hemos llegado a parar robos de más de 1.000 euros", revela. El perfil no es tanto el de mafias o profesionales, sino que la mayor parte de robos que se cometen son casuales. El sistema incluso puede utilizarse para reducir los hurtos internos por parte del propio personal. "Al final, la decisión siempre la tiene el supervisor", por lo que la tecnología aporta datos al factor humano.

Además, el algoritmo aprende de sí mismo, y se actualiza cada 2 meses de forma remota con los nuevos gestos adquiridos. 

En España, la tecnología ya está siendo probada o implementada por grandes superficies como Carrefour Express, Dia, Gadis, Coviran, Spar o Eroski, entre otros. Sus precios son competitivos y adaptados a tiendas más pequeñas como farmacias o joyerías, ya que el coste es por rango de cámaras por superficie. 

Respiren tranquilos por la privacidad

Una duda que planea sobre este tipo de sistemas es la controvertida cuestión de la privacidad en torno a la IA. 

Pablo Blanco recuerda que el reconocimiento facial está completamente prohibido en toda Europa —cabe recordar la multa de 2,5 millones de euros a Mercadona por sus cámaras biométricas— y explica que el software de Veesion no discrimina a las personas ni por su raza, altura, edad o apariencia física. 

El usuario es totalmente anónimo: lo que se analiza es su conducta. "Solamente se validan los gestos, lo que hacemos es analizar las partes del cuerpo de la persona". Desde la startup relatan que, por un lado, se pasan cuidadosos filtros de seguridad y que, además, los vídeos se encriptan y destruyen. Para que el algoritmo aprenda, lo que se guarda es una mera representación numérica.

Además, es importante destacar que desde Veesion no detectan si la persona ya ha robado anteriormente en ese supermercado o en otros. Se aborda exclusivamente dicho hurto en dicho momento. No hay sesgos y se cumple exhaustivamente con la protección de datos. 

Por supuesto, la IA tampoco tiene acceso ni atiende a si la persona ya tiene delitos, ni quién es. El algoritmo procesa los gestos de forma aislada. "Algunos establecimientos quieren que la IA los avise de que la persona es extranjera, pero nosotros no hacemos eso, rechazamos cualquier tipo de discriminación".

Entre sus próximos pasos destaca hacerse con el mercado español, abrir una oficina en Madrid y dar el salto a Latinoamérica a finales del verano. 

Sin duda, en la startup creen que el futuro para detectar y evitar hurtos reside en la inteligencia artificial. "Todo lo nuevo asusta, pero nuestra labor es hacer que comprendan que es la mejor solución a sus problemas de robo". 

Con Veesion, los ladrones lo tendrán cada vez más difícil para salir del establecimiento sin ser pillados con las manos en la masa.