Volkswagen sigue mejorando el software de sus eléctricos y lanzará una actualización OTA del software 3.0

Luis Guisado
Fábrica del Volkswagen ID3, uno de los modelos eléctricos de la marca, en Dresde (Alemania)
Fábrica del Volkswagen ID3, uno de los modelos eléctricos de la marca, en Dresde (Alemania)

Reuters/Matthias Rietschel

A principios de 2020 tuve mi primer contacto con el Volkswagen ID.3. El primer coche eléctrico desarrollado desde cero por la marca llegaba con el típico halo de "volkswagenismo".

Y no era para menos: el Grupo Volkswagen protagonizó uno de los asuntos más turbios de los últimos tiempos, el dieselgate, lo que llevó a la industria (muchas marcas se vieron salpicadas) y al propio consorcio alemán a cambiar de rumbo.

En aquel mundo prepandemia todo parecía sencillo: sacamos un coche eléctrico y lo vendemos. ¿Qué podría salir mal? En aquella época Laura Ros, directora general de Volkswagen España, aseguraba que querían que el Volkswagen ID.3 se convirtiera en "el nuevo icono de la marca”.

Palabras mayores, pues ponía al mismo nivel al primer modelo de la familia ID y a los más que icónicos Escarabajo y el Golf, que supusieron un auténtico hecho disruptivo en el mercado de sus respectivas épocas. Además, no preveían crisis tan brutales como la de los semiconductores o recesiones por la invasión Rusa de Ucrania.

Y es que dos años después el panorama ha cambiado mucho, y no solo en términos geopolíticos o económicos. A nivel marca, al ID.3 se le unió el Volkswagen ID.4 y este año va a aparecer un tercer modelo, el nuevo ID.5. Además, se va a revisitar otro mito de la marca: la 'furgo' Volkswagen por excelencia, la T1, encarnada en el nuevo ID.Buzz.

Raquel Urtasun, CEO de Waabi.

Todo ello ha supuesto una inversión para la marca de unos 66.000 millones de euros, de los que un 16% (11.000 millones) se destinaron a una nueva plataforma denominada MEB sobre la que se asientan los modelos. Para entendernos, a (muy) grandes rasgos, dicha plataforma sería un monopatín –con sus ruedas, las baterías, los motores y la 'tabla'– sobre la que se pondrían las diferentes carrocerías.

Fiel a las nuevas tendencias, el coche eléctrico se ha convertido en una especie de móvil gigante, con ruedas y asientos, pero basado en una arquitectura completamente digital en el que la interconexión entre coches y el entorno (CarToX) cobra cada vez más importancia en el camino hacia la conducción autónoma.

Y aquí la gama ID ha encontrado su talón de Aquiles, pues el funcionamiento de sus modelos no terminó de ser tan fino como esperaban en la central de la marca en Wolfsburgo (Alemania) y recibió críticas por la lentitud de funcionamiento, bugs que congelaban la imagen y un manejo farragoso.

La actual gama ID de vehículos eléctricos de Volkswagen está formada por tres modelos, aunque pronto llegará una furgoneta.
La actual gama ID de vehículos eléctricos de Volkswagen está formada por tres modelos, aunque pronto llegará una furgoneta.

Volksawagen

El nuevo software 3.0 de Volkswagen incluye nuevas funcionalidades

La solución de Volkswagen ha pasado por lanzar actualizaciones OTA (Over the Air, como en los móviles) aprovechando la conexión de 150.000 vehículos eléctricos vendidos en Europa hasta el momento que utilizan esa plataforma (es decir, todos los eléctricos de la familia ID, lo que deja fuera a modelos como el eGolf). 

Ahora en la marca han anunciado una nueva evolución de su sistema operativo, el software 3.0 que llegará con mejoras a nivel estético, pero sobre todo arreglarán algunos detalles y mejorarán algunos aspectos del coche, por lo que los conductores de los ID se van a encontrar con algo más que un simple lavado de cara, según la marca.

Por ejemplo, en Volkswagen han estado escuchando a los clientes de sus coches (por ejemplo a través del ID Drivers Club, con unos 10.000 usuarios), y han mejorado los gráficos del interfaz y han añadido detalles como por ejemplo un porcentaje junto al icono de la batería, que hasta ahora no existía.

Una carga más rápida y mejor gestión de la batería gracias únicamente al software

Uno de los aspectos más llamativos del nuevo software es que la versión 3.0 va a permitir a los modelos con batería de 77 kWh mejorar su potencia de carga hasta los 135 kWh (hasta ahora, 125 kWh), lo que permitiría ahorrar media hora el proceso de llenado de la batería sin necesidad de cambiar ningún componente.

Todo eso está unido a un nuevo sistema de gestión de la batería que permite configurar los procesos de recarga para aumentar su vida útil (por ejemplo, permitiendo que se llene solo hasta el 80%) y mejorar la gestión térmica para aumentar la autonomía.

Recopilan 60 millones de kilómetros en datos por semana

Gracias a la conexión con la nube, Volkswagen recopila datos de los conductores que acceden a compartirlos.
Gracias a la conexión con la nube, Volkswagen recopila datos de los conductores que acceden a compartirlos.

Volkswagen

Al ser coches conectados (si su usuario quiere), en Volkswagen han podido recopilar una ingente cantidad de datos que, según la marca, asciende a unos 2,5 billones de kilómetros a razón de unos 60 millones a la semana.

Gracias a esto se puede avanzar en funcionalidades que ahondan el camino a la conducción autónoma, como por ejemplo permitir que los que ya tengan instalado el Travel Assist 2.3 puedan hacer cambios de carril sin tocar el volante.

Para entendernos: estos son los niveles de conducción autónoma

Aparte, gracias a esos millones de kilómetros que se van recopilando, el sistema de navegación y el universo (como la cartografía) que la rodea también recibe algunas actualizaciones. Así, a la hora de planificar una ruta, el nuevo software tendrá en cuenta desde puntos de recarga hasta el trazado: si hay curvas o subidas que reduzcan la carga de la batería.

Por último, una de las novedades más llamativas están relacionadas con el aparcamiento: el Park Assist Plus avanza y ya no solo aparca el coche automáticamente en un espacio, sino que es capaz de memorizar un camino con hasta cinco maniobras para meter el coche sin problemas en plazas complicadas.

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