Volvo y su papel en cuanto a la sostenibilidad y los recursos naturales

En la búsqueda por un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, la industria del automóvil y, especialmente, Volvo, se han adaptado a los nuevos tiempos para desempeñar un papel fundamental en su reducción del impacto medioambiental.

Volvo ha destacado especialmente en este ámbito tomando un claro compromiso con la sostenibilidad y los recursos naturales, además de sus conocidos pilares de calidad y seguridad. Actualmente, la compañía se encuentra inmersa en un profundo proceso de electrificación con el que se convertirá en climáticamente neutra para 2040.

Para ello, destaca su gama Recharge de coches híbridos enchufables y 100% eléctricos. Motorizaciones disponibles con vehículos especialmente aclamados, como el Volvo XC40 y el nuevo Volvo EX90, un SUV de lujo con hasta siete plazas que ya se puede reservar y cuenta con hasta 600 kilómetros de autonomía.

Aunque en este ámbito destaca sobre todo el Volvo EX30, que también ha debutado este año y que es el coche de la marca con la huella de carbono más baja hasta la fecha, gracias a la reutilización del acero o el aluminio. Además, en su interior se usan lino y una mezcla de lana que incluye alrededor de un 70% de poliéster reciclado. Todo suma.

Volvo y la sostenibilidad

A través del plan de electrificación de Volvo, cada nuevo modelo lanzado desde 2019 equipa un motor eléctrico capaz de reducir las emisiones del vehículo. Para 2025, el 50% del volumen total de ventas de la marca será completamente eléctrico y en ese mismo año, Volvo se ha comprometido a poner en circulación un millón de coches eléctricos.

El pionero de la gama 100% eléctrica fue el Volvo XC40 Recharge y actualmente, el apellido acompaña a cuatro vehículos de la gama, incluyendo el citado Volvo EX30, que se ha convertido en la referencia dentro de la gama Volvo en cuanto a energías y materiales verdes. Tanto en su concepción como en la fabricación del vehículo.

“Estamos decididos a ser el primer fabricante de automóviles premium en trasladar toda nuestra cartera de vehículos a la electrificación. Se trata de una clara apuesta por reducir nuestra huella de carbono, así como contribuir a una mejor calidad del aire en nuestras ciudades”, afirmó en 2020 Hakan Samuelsson, anterior presidente de Volvo Car Group.

Además de esa neutralidad de emisiones de carbono para el año 2040, Volvo busca la sostenibilidad de la economía circular, mejorando al máximo la eficiencia de sus vehículos, componentes y materiales. Con el foco puesto, sobre todo, en los elementos reciclados, la reelaboración y la reutilización de las piezas.

Para 2025, Volvo planea usar un 25% de plásticos reciclados o de fabricación ecológica; un 40% de aluminio reciclado y un 25% de acero reciclado. Procesos mediante los cuales, ahorraron casi 4.800 toneladas de CO2 en el año 2022 y redujeron un 94% los residuos de producción globales, gracias al reciclaje y la disminución del uso de materias primas vírgenes.

De hecho, Volvo asegura que el mayor flujo de reciclaje que manejan es de metal proveniente de los automóviles, con un total de 188.000 toneladas el año pasado. Algo crucial en la cadena de producción para ser neutros en CO2, ya que con los coches electrificados no basta para alcanzar este objetivo.

La ética de los recursos naturales

Sin embargo, no siempre se pueden reutilizar materiales. Sobre todo, cuando hablamos de coches con baterías de gran tamaño, que usan minerales como el cobalto. Volvo es consciente de que su extracción puede afectar gravemente a los derechos humanos en países en vías de desarrollo (África, principalmente).

Por ello rastrea al mineral en todo el proceso de producción hasta que se usa en la fabricación de las baterías. Una dinámica que se repite con todos los minerales empleados en este elemento mediante el uso de la Blockchain (sí, lo mismo que en las criptomonedas). 

Volvo elabora una compleja base de datos con localizaciones de minas, tecnologías aplicadas, red de transporte, colaboradores… Y finalmente, el vehículo del cliente. Así pueden rastrear el “trazo medioambiental” de un coche a través de los materiales de los que está compuesto con suma precisión.

En el caso del interior del Volvo EX30, se encuentra esa característica elegancia nórdica, con asientos estilizados y una consola central a doble altura. Todo ello aderezado con una decoración de mezclilla que reutiliza las fibras más cortas recuperadas del tejido de pantalones vaqueros y prendas de esa clase. Nada de tapicerías de origen animal.

Este SUV compacto también usará plásticos reciclados de persianas, entre otros elementos, para aumentar esa condición sostenible del habitáculo, que destaca por su luminosidad y cuatro estilos diferentes para producir contraste de sensaciones.

Breeze, de colores blancos y suaves; Mist, con materiales más rugosos que evocan la niebla del amanecer; Pine, en tonos verdes que simulan la vegetación y la naturaleza escandinava e Indigo, de tonos más oscuros y materiales deportivos con toques en azul.

Todo el Volvo EX30 está concebido para ser recuperado en el futuro. Hasta un 95% de los materiales, para ser exactos. Una oportunidad única de reducir la huella de carbono y el impacto personal en el medio ambiente a través de un vehículo perfecto para las grandes ciudades.

Una serie de pequeños gestos con ayuda de la tecnología que permite a una marca líder en automoción y seguridad, sumar el punto de la sostenibilidad en todos los segmentos del negocio. Porque al contrario de la creencia popular, el auge del coche eléctrico no tiene por qué ir de la mano de un entorno limpio.

Tanto el proceso industrial como, por ejemplo, el transporte de materias primas o el producto final, supone un gran escollo en los objetivos de neutralidad en carbono. La electrificación sin lo demás, no marcará la diferencia en la lucha contra el cambio climático y los derechos sociales en los países que más lo necesitan.