Pone en Airbnb la casa 'hobbit' de su jardín inspirada en 'El Señor de los Anillos' y gana 70.000 euros en un año

Christina Le Comte es dueña de una casa inspirada en El Señor de los Anillos en la Columbia Británica (Canadá) pero todavía está aprendiendo sobre los elfos, enanos, hobbits, dragones y todos los demás habitantes que pueblan la Tierra Media, el escenario ficticio de la popular serie de novelas de JRR Tolkien.

"Realmente no sabía demasiado cuando compré la propiedad. Todavía me cuesta recordar los nombres de todos los personajes y cosas por el estilo, pero como tengo una casa hobbit, he aprendido más al respecto", cuenta la propietaria a Business Insider. 

Para comprender el material de origen, Le Comte se sumergió en los libros de Tolkien, un proceso que disfrutó, y vio las películas, aunque señala que tienen "demasiados monstruos y demasiada guerra" para su gusto.

Le Comte cobra entre 275 y 290 dólares por noche dependiendo de las fechas, sin incluir su tarifa de limpieza de 70 dólares, la tarifa de servicio de Airbnb —que cambia con el tiempo—, y los impuestos y tarifas de ocupación. 

En 2020, su primer año en el negocio turístico, Le Comte obtuvo más de 30.000 dólares  en ganancias. En 2021, recaudó 70.000 dólares (72.000 euros). Así es como maneja su Airbnb.

Un plus inesperado

La pequeña casa escondida en las montañas, entre pasto, musgo y terreno abierto, vino con una propiedad de 400 acres que Le Comte y su esposo compraron en 2020, justo antes del estallido de la pandemia. 

La casa Shire, una región detallada en el universo de El Señor de los Anillos, era una ventaja adicional a la extensa propiedad, pero Le Comte no se dio cuenta de cuánto interés habría en esta encantadora residencia de 37 metros cuadrados con la puerta circular situada en su patio trasero. 

Los antiguos dueños de la propiedad ya estaban alquilando la casa en Airbnb y tenían más de 30 reservas pendientes cuando Le Comte y su esposo compraron la propiedad. La pareja tenía la intención de usarla para su rancho de ganado Angus, pero también planeaban mantener las reservas pendientes de la casa hobbit. 

Los ingresos de Airbnb también los ayudaron eventualmente a poner en marcha las operaciones de ganadería. Sin embargo, la mayoría de las reservas incumplidas tuvieron que cancelarse por la pandemia y sus diversas medidas restrictivas.

Tras de adquirir el rancho y la casa aislada, Le Comte mantuvo la residencia como una escapada de vacaciones, creó su propia cuenta de Airbnb y llamó a la propiedad Hobbit Mountain Hideaway.

En 2021, Le Comte explicó a CBC que tuvo que cambiar el nombre de la propiedad a Second Breakfast Hideaway debido a supuestas amenazas legales de Warner Bros, el estudio detrás de las películas de El señor de los anillos, por los derechos de autor relacionados con la palabra hobbit. 

Sin embargo, la atención mediática que recibió de esa experiencia aumentó el interés por la propiedad, según Le Comte. 

Preparando la propiedad

La primera reserva de Airbnb de Le Comte en su propia lista produjo a finales de abril de 2020. Al ponerse frente a la administración de una propiedad por primera vez, consideró la experiencia como estresante.

"Cuando llegué a la propiedad, no había agua ni electricidad, y fue un desafío comenzar por mi cuenta", señala. "Realmente no estaba segura de poder recibir invitados, pero finalmente logré que todo funcionara".

Para preparar la propiedad para futuras reservas, Le Comte pasó la mayor parte del primer año decorando y realizando mejoras en el espacio, como instalar un sistema de calefacción, cambiar el sistema de agua, colocar una cerca para mantener alejado al ganado, agregar obras de arte y buscar decoración de tiendas de antigüedades y tiendas online. 

La principal fuente de inspiración fue el visionado de las películas de El señor de los anillos.También siguió su instinto al encontrar piezas para convertir el espacio en un hogar inspirado en el hobbit.

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“Como paso mucho tiempo limpiando allí, pienso qué se podría agregar o cambiar, y luego salgo a buscarlo, que es la parte divertida”. 

"Creo que la gente encuentra la casa muy auténtica porque no es un santuario, no es una guarida de merchandising de Warner Bros, es una casa de la vida real con cosas reales dentro. Siempre me pregunto, '¿Un hobbit sería así? ¿Cómo sería un hobbit haciendo cosas?'"

Le Comte estima que gastó algo más de 11.000 dólares (11.300 euros) haciendo mejoras en la propiedad, sin incluir el costo de la decoración. 

Uno de los gastos más caros fue la ropa de cama. "Incluso para un Airbnb pequeño como el mío, el desgaste es una locura, y dado que una gran parte de la experiencia consiste en realidad en dormir, por loco que parezca, no querrás ser tacaño con ese gasto".

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Uno de los primeros y más salvajes desafíos incluyó un oso cenando en la propiedad... literalmente. Poco después de que reabrieran sus puertas, un oso arrancó parte del césped del techo.

Le Comte tuvo que desembolsar casi 1,000 dólares en materiales y ella misma hizo el trabajo de reparación con la ayuda de un amigo. "Puede ser un desafío porque se trata de un edificio vivo y los problemas surgen todos los días", relata. 

A pesar de que hace un gran trabajo en la ejecución, el mantenimiento y el alojamiento administrando esta propiedad, también depende de profesionales para realizar trabajos de electricidad o fontanería. 

La dueña admite que es difícil encontrar comerciantes en su pueblo rural, lo que ralentiza las cosas y limita lo que puede hacer en términos de mejoras y expansiones adicionales a la propiedad.

Mantiene un fondo separado para los gastos previstos e inesperados. "Al igual que ser propietario de una casa, siempre hay algo que se debe hacer y, a menudo, es inesperado, y hay que estar preparado para eso". Pone como ejemplo una situación del año pasado cuando hubo que reemplazar el sistema de agua caliente. 

Hasta ahora han tenido 600 visitantes en su casa hobbit, y Le Comte anota que la propiedad está actualmente reservada para la mayor parte de 2022, incluyendo un cierre durante el invierno. La mayor parte de 2023 también está ocupada, por lo que planean abrir reservas para 2024 a principios del próximo año, aunque ya tiene algunas hechas. 

"Cuando tengo una cancelación, se llena bastante rápido", cuenta. "Ni siquiera lo publicito. Se anuncia solo. Tengo una cuenta de Instagram para eso, pero esa es la única red social que tenemos".

Le Comte relata que algunas personas reservan incluso con 2 años de anticipación y que recientemente tuvo que cerrar las reservas porque está considerando ajustar los costes para pernoctar en la propiedad a partir de 2024. 

"Es bueno tenerlo reservado con tanta anticipación, pero podría haber más mejoras o cambios que justifiquen un aumento de precio de nuestra parte".

Atendiendo a los fans incondicionales

La casa tiene más de 200 reseñas de Airbnb que promedian un total de 4.98 estrellas de cinco. Mencionan la propiedad como "mágica", "un sitio para recargar las pilas", "más increíble en persona" y un verdadero "lugar de cuento de hadas". Estos comentarios no solo elogian la casa, sino también el arduo trabajo de Le Comte como anfitriona.

La dueña del rancho señala que hace un trabajo adicional para asegurarse de que sus invitados disfruten no solo del espacio sino también de la propiedad circundante, en la que pueden "explorar, caminar, relajarse y desconectar".

Cuando está en casa durante la estadía de un huésped, se reúne con ellos para asegurarse de que el check-in se realice correctamente y responder a cualquier pregunta o curiosidad que tengan sobre la casa, como su origen y o las rutas de alrededor. Incluso hay momentos en que los superfans de El señor de los anillos se disfrazan para hacer que la experiencia sea más inmersiva.

"Diría que una vez a la semana tienes a alguien que es muy fan. Algunos vienen descalzos, otros con orejas de elfo, otros con barba. Es bastante salvaje", explica. 

"Es gratificante tener un lugar como este porque la gente se emociona mucho al respecto. Los comentarios que recibo son que la casa ha sido una experiencia increíble para ellos y han creado recuerdos que atesorarán siempre", celebra.

"Es abrumador, pero, por supuesto, en el buen sentido. Con esa retroalimentación, sientes que tienes la responsabilidad de cuidar este espacio porque, en cierto sentido, es de todos".