Los motivos por los que esta aerolínea está obligando a sus pasajeros a pasar por la báscula antes de subir a bordo

Juan Pedro Chuet-Missé
| Traducido por: 
Avión blanco.

Getty Images

Estas semanas los pasajeros que estaban realizando la facturación en los vuelos de Air New Zealand se sorprendieron cuando los empleados les solicitaron que querían saber cuánto pesaban.

Además de conocer cuántos kilos tiene la maleta, también pidieron pesar el equipaje de mano y, si no había problemas por su parte, que cada pasajero también se suba a báscula del mostrador.

Los datos son anónimos

Antes de que muchas personas dieran media vuelta o lanzaran una catarata de quejas sobre la privacidad y el derecho a la intimidad, los empleados aclararon que la recolección de datos es anónima, al punto que ellos no tienen forma de saberlo.

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De hecho el economista Shamubeel Eaqub, quien aceptó que registren su peso, solicitó conocerlo y el personal de la aerolínea le confirmó que esa información no les aparecía en sus monitores.

La ‘Semana del peso’

Avion Air New Zealand

Air New Zealand

Esta insólita iniciativa forma parte de la “Semana del peso”, una serie de acciones que la Autoridad de la Aviación Civil de Nueva Zelanda realiza cada cinco años para conocer con qué peso están operando los aviones.

La última encuesta, que se realizó hace más tiempo, en 2003, reveló que el peso medio de un adulto neozelandés era de 85,4 kilos, por lo que las autoridades aeronáuticas redondearon al alza y establecieron que cada pasajero pesa unos 86 kilos; un dato esencial para los cálculos relativos al despegue, los kilos autorizados en cabina y la bodega, y cuánto combustible es necesario para las aeronaves.

Así lo explicó uno de los directores de operaciones de Air New Zealand, David Morgan: “para volar con seguridad y con la mayor eficiencia, necesitamos calcular el peso y las necesidades de combustible en todos y cada uno de los vuelos antes de que despeguen. A pesar de que la participación no es obligatoria, agradecemos a nuestros pasajeros toda la colaboración posible”.

Hombre con maleta

Air New Zealand

El dilema de la obesidad

El tema puede parecer trivial, pero ese dato es muy importante para organizar las operaciones de los vuelos civiles.

Según recuerda One mile at a time, en el 2016 la aerolínea Hawaiian Airlines comprobó que en los vuelos entre Honolululu y Pago Pago, la capital de Samoa Americana, se consumía más combustible que lo normal.

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Teniendo en cuenta que el 94% de la población de este archipiélago del Pacífico sufre de obesidad, la compañía aérea realizó un relevamiento de seis meses para comprobar el peso de sus pasajeros y el equipaje.

Además organizaron los vuelos con una asignación previa de plazas para que los aviones puedan volar con el peso de la cabina mejor distribuido.

Mucho peso ante el invierno

La idea de pesar a los pasajeros no es nueva. Finnair había lanzado una campaña donde pedía que 150 voluntarios informen cuál es su peso.

No es que los finlandeses tengan famas de ser obesos, pero en temporada invernal suelen cargar pesadas chaquetas, botas y toda clase de prendas de abrigo que aumentan el peso total por pasajero.

Un ahorro millonario

Hace dos años, una compañía tecnológica presentó una aplicación para calcular el peso exacto de cada pasajero; por supuesto que también de manera anónima.

El jefe de operaciones de Fuel Matrix, del Reino Unido, afirmó que las aerolíneas pueden ahorrar 886 millones de euros anuales si reducen su consumo de combustible al tener una información precisa del peso de sus pasajeros.

 

 

 Artículo original deTendencias

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