El viaje de Aitaca, la startup que quiere sacar a la moda online del pozo de las devoluciones

Los gigantes de la moda online viven horas bajas. La sistemática sangría de clientes así lo confirma. Solo en este año Zalando, ASOS y Boohoo han perdido 5,5 millones de usuarios. 

El motivo radica en plena pandemia. La crisis sanitaria, con el consiguiente cierre de todo espacio comercial, encumbraron a estas plataformas que no tuvieron reparo alguno en transformar los hogares en probadores brindando todo tipo de opciones en sus entregas y devoluciones.

La moda será la nueva esclava de la IA: el sector bascula entre superar el 'hype' y anticiparse a una guerra de la que no escapará Inditex

Hoy, los tiempos son otros y las estrategias empresariales obligan a que también lo sean. Las compañías parecen estar, por tanto, dispuestas a sacrificar parte de su atractivo inicial para blindar su rentabilidad. Una hoja de ruta que pasa por establecer un precio mínimo para sus envíos, pero fundamentalmente pagar por las devoluciones. 

Y es aquí donde Aitaca, el proyecto de Paz Vega –nada que ver con la actriz española– tiene mucho que decir. Lo que comenzó como un trabajo de fin de máster es hoy una startup con nombre y apellidos que aplica la inteligencia artificial (IA) para salvar la moda de su mayor escollo: las devoluciones innecesarias.

El germen: la detección de desnutrición infantil

Aitaca echó a andar hace tan solo 2 años y lo hizo en el marco académico cuando Vega se encontraba decidiendo la temática para su trabajo de máster. Sin embargo, ya en ese primer acercamiento la premisa estaba clara: "Mi objetivo era aplicar la inteligencia artificial a nuevos horizontes y aumentar su impacto en la sociedad". 

No se alejó del foco. Durante una conversación con su hermana, trabajadora humanitaria, le hizo consciente del proceso para detectar la desnutrición infantil, lo que supuso, sin saberlo, el empuje definitivo para un proyecto, esta vez empresarial. 

"Fue entonces cuando decidí diseñar una aplicación que empleara la tecnología para optimizar el proceso de medición corporal y con ello, reducir la probabilidad de error y mejorar la eficiencia en el diagnóstico", explica. 

El avance en el textil, insiste, llegó de forma natural a medida que sentaban las bases de su propia tecnología. Sin embargo, durante el pasado año ya comenzaron a suscitar un interés en una parte del sector. 

Así, y por pura necesidad del mercado, la startup basa su negocio en identificar y salvar uno de los mayores escollos de la moda: acertar con la talla, y con ello evitar costosos procesos de devolución y de paso frenar el problema medioambiental que supone tener productos viajando de vuelta a sus centros logísticos.

Dos tecnologías que encajan a la perfección en la industria y sus tiempos

Son 2 los modelos de medición que pone en práctica la empresa. El primero calcula mediante una foto la talla del anillo que usamos mientras que el segundo hace lo propio con la totalidad del cuerpo. En todos los casos el fin es que el usuario pueda realizar el proceso de forma autónoma con su propio móvil.

Sobre la primera aplicación, la fundadora explica que cualquier empresa puede integrar este tecnología en su proceso de compra. Entre sus clientes aparece, entre otros, Rikki, que ofrece los primeros anillos NFC en España, una tecnología que se utiliza para intercambiar información entre 2 dispositivos a una corta distancia. 

Sin embargo, la solución de medición corporal es más amplia y por ello obliga a 2 grandes segmentos de clientes: uno enfocado en un retail más generalista que vende las prendas al usuario final y las que basan su negocio en uniformes de trabajo. 

En estos últimos el tiempo y el modo de proceder es crucial: "Al ganar una licitación, tienen que tallar de golpe a todos los empleados de la nueva compañía o preparar y enviar muestrarios. Ya no hablamos sólo de potenciales devoluciones, sino de costes operativos y logísticos", explica.

De hecho, uno de sus primeros clientes fue My Uniform. Una empresa de uniformes de Mallorca: "Su ubicación en una isla hace que nuestra solución sea aún más valiosa, ya que les permite ampliar sus fronteras y tomar medidas sin necesidad de desplazamientos". 

Abrazar la IA para seguir sumando hitos sociales

Todo esta incipiente trayectoria, le ha valido a la empresa para completar en octubre y con éxito una ronda de financiación de más de 300.000 euros, de los que casi 150.000 proviene del estamento público de la Empresa Nacional de Innovación (Enisa). Una inyección que servirá para avanzar en el crecimiento del equipo lo que, a su vez, permitirá seguir optimizando el producto e ir a por más soluciones.

Pero ahí no acaba todo. Porque Aitaca ha sido seleccionada por el programa Neotec del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTi), lo que para la emprendedora es la prueba más clara de que "están en la dirección correcta".

El futuro de la empresa pasa, entre otros puntos, por no descartar que sea la IA generativa la que favorezca que los diseñadores puedan, incluso, crear sus productos porque está por hacer y solo será posible si se convive en armonía con esta nueva tecnología que no lo es tanto:

 "Para muchos todo recuerda a ciencia ficción y genera inquietud, pero llevamos años conviviendo con esta tecnología: un detector de spam en nuestros correos electrónicos o las herramientas de corrección en WhatsApp son simple inteligencia artificial", defiende. 

Por delante, una tarea que es bidireccional: "El propósito de la IA es complementar y potenciar nuestras habilidades y el nuestro como ciudadanos es adaptarnos y establecer las pautas para asegurarnos de que la incorporación sea beneficiosa para todos".

"El temor hacia la inteligencia artificial se sostiene por el miedo hacia lo desconocido", y en Aitaca están dispuestos a hacer suyas las palabras del giego Kavafis: "Itaca te brindó tan hermoso viaje. Sin ella no habrías emprendido el camino". Y el suyo, sostienen, solo acaba de empezar.