El BCE acelera el fin de las compras de deuda ante una inflación descontrolada pero tranquiliza: las subidas de tipos se producirán "transcurrido algún tiempo", a partir de 2023

La presidenta del BCE, Christine Lagarde.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde.

Reuters

La estabilidad de precios está en riesgo y el Banco Central Europeo ha resuelto cortar por lo sano (pero sin pasarse). Desde ahora y hasta junio restringirá sus compras de deuda. Y si para entonces la situación no mejora, podría cortar de lleno con las compras en verano.

La eurozona sufre una inflación descontrolada desde hace meses, y el conflicto en Ucrania no ha hecho más que oscurecer el panorama: la recuperación de las economías será menor y la inflación continuará su espiral de subidas. 

"La invasión rusa de Ucrania es un punto de inflexión para Europa", avisa el BCE tras su primera reunión tras el estallido de la guerra, que se ha comprometido a un nuevo whatever it takes: "adoptaremos cuantas medidas sean necesarias para cumplir el mandato de estabilidad de precios".

El shock económico ha sido tal, que el BCE ha recortado su previsión de crecimiento del PIB de la eurozona del 4,2% al 3,7% este año, mientras que los precios se dispararán un 5,1% este año, lejos del 3,2% estimado en diciembre. La estabilización de la inflación no llegará hasta 2023, cuando espera una subida del 2,1%.

¿Cómo lo hará? Por el momento, poniendo coto a las compras de deuda. El Consejo de Gobierno del organismo ha decidido hoy que reducirá las compras netas a 40.000 millones de euros en abril y 30.000 millones en mayo. Para junio, éstas serán de 20.000 millones. Un recorte de la mitad en sólo dos meses.

Hasta ahora, la política monetaria del BCE había consistido básicamente en darle a la rueda de fabricar billetes e inyectarlos en el mercado a través de compras masivas de deuda. El objetivo era mantener el impulso de la economía y de una inflación que, hasta hace un año, se mantenía por debajo del objetivo del 2%.

Pero ahora que la inflación arde, inflamada por la escalada de precios de la energía y la guerra de Rusia, y que no será fácil sofocarla, la política de compras de activos del BCE era echar más leña al fuego.

Si la decisión de enfriar la política monetaria no surtiera efecto, y en verano la inflación continúa galopando, el BCE avisa de que "concluirá las compras netas de activos en el marco del APP en el tercer trimestre".

¿Cuándo llegará la subida de tipos?

Por el momento, el organismo presidido por Christine Lagarde se guarda en la manga el as de la subida de tipos, que ahora mismo supondría un jarro de agua helada sobre una economía temblando por la pandemia.

"Cualquier ajuste de los tipos de interés oficiales del BCE tendrá lugar transcurrido algún tiempo desde el final de nuestras compras netas", ha avisado el BCE, "y será gradual". 

El tipo de interés se mantendrá sin variación en el 0% para las operaciones principales de financiación, el 0,25% para la facilidad marginal de crédito y en el -0,5% en la facilidad de depósito. Y así continuarán, añade, "hasta que observe que la inflación se sitúa en el 2%". 

Teniendo en cuenta que la previsión actual del organismo es que la inflación no llegará al 2,1% hasta 2023, será sólo a partir de entonces cuando, en principio, puedan subir los tipos.

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