El BCE reconoce que la inflación "quizás no sea tan transitoria" como esperaba

Luis de Guindos, vicepresidente del BCE.
Luis de Guindos, vicepresidente del BCE.
  • "Quizás la inflación no sea tan transitoria como se pronosticó", reconoce el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos.
  • Aun así, el organismo mantiene que el fin de la escalada inflacionaria llegará este 2022.
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Toda gran crisis tiene un mantra que se repite hasta la saciedad. Un temor que primero se niega, luego se matiza y, por último, termina por cumplirse. El miedo ahora es una inflación que no parece tener techo, y el mantra: "la inflación es transitoria".

Después de cinco meses con la inflación disparada a niveles no vistos desde los años noventa, el Banco Central Europeo ha reconocido hoy que "quizás la inflación no sea tan transitoria como se pronosticó".

Lo ha dicho el vicepresidente del organismo, Luis de Guindos, y ha avisado de que en el corto plazo los riesgos para las expectativas de inflación "están sesgados al alza", aunque en el medio plazo están equilibrados.

El BCE lleva desde verano insistiendo en que la inflación es "temporal". Aún en noviembre, con una subida histórica del 5% en la Unión Europea, la presidenta del organismo, Christine Lagarde, mantenía que se trataba de un fenómeno transitorio, aunque convenía vigilarlo.

Los problemas continúan siendo, por un lado, los cuellos de botella en la producción, que están provocando que haya menos oferta de productos en un momento en el que la demanda no para de subir. Esta tensión entre oferta y demanda está disparando los precios. 

La tensión de la inflación y la crisis de suministros, los 2 problemas que ponen en riesgo la economía española, según el Banco de España.

Junto a los cuellos de botella está el precio de la energía, que también aumenta y se traslada a los costes de producción de las empresas. Esto, a su vez, está elevando los precios de oferta.

Aun así, los supervisores mantienen que el fin de la escalada inflacionaria llegará en 2022, y que este año terminará bajando.

"La inflación será más alta durante más tiempo, pero acabará bajando", ha asumido Guindos, que además advierte de la necesidad de evitar efectos de segunda ronda que transformarán las subidas en un fenómeno más persistente.

Guindos ha defendido las últimas proyecciones del BCE, que apuntan a que las presiones inflacionarias se empezarán a moderar este año, situando la tasa de inflación por debajo de la meta del 2% para 2023 y 2024.

"En mi opinión el mayor riesgo para la perspectiva de inflación son los efectos de segunda ronda", ha subrayado, añadiendo que, de momento existe una evolución moderada de los salarios, mientras que ha señalado que, en relación con el impacto de la transición verde, "los beneficios en el medio plazo claramente superan los costes a corto plazo".

La evolución de la inflación dependerá en gran medida de los precios de la energía, que han vuelto a repuntar en las últimas semanas y que en algunos aspectos responden a cuestiones geopolíticas más allá del control de los gobiernos. Pero el BCE confía en que los problemas de oferta se resolverán antes o después.

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