El boom turístico español se enfrenta a su futuro (y a su posible fin)

Un balcón de un apartamento en la Plaza Mayor de Madrid.
Un balcón de un apartamento en la Plaza Mayor de Madrid.
  • Los expertos vaticinan una caída en el crecimiento del sector turístico español en los próximos años, lejos de las cifras récord de la última década.
  • Los motivos son el descenso de la demanda extranjera y el resurgimiento de destinos alternativos como Turquía, Egipto o Túnez.
  • El Consejo General de Economista estima que la contribución del sector al PIB español pasará de un 3,2% a un 2,7% en 2018 mientras Exceltur es más optimista y vaticina un crecimiento del 3,3% para este año.

Calles abarrotadas de personas, tan curiosas como confusas, con mapas en sus manos. Los ecos de voces en inglés, también alemán, ruso, chino, japonés o árabe se difuminan en el ambiente. Las hordas de turistas se dispersan por las Ramblas barcelonesas, la Plaza del Sol de Madrid, buscan hueco para sus toallas en el Levante o forman colas ante la Sagrada Familia y en los pasos de cebra de la Gran Vía madrileña.

Esta estampa, ya un habitual en las ciudades españolas, podría estar llegando a sus últimos días. Todo lo que sube baja, y los expertos auspician que se avecina un cambio de ciclo en el sector turístico español que si bien ha jugado un papel crucial como motor de la economía española, ahora comienza a tomar distancia de las cifras récord de los últimos años. El cambio de sentido viene propiciado por la caída de la demanda extranjera y el resurgimiento de otros destinos turísticos, como Egipto, Túnez o Turquía, adormecidos hasta la fecha por la inestabilidad política. 

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Esta idea la suscribe el decano de la Facultad de Turismo y Dirección Hotelera Sant Ignasi de la Universidad Ramon Rull, Ricard Santomà. El turismo global está experimentando un crecimiento superior al del PIB mundial, que crece a un ritmo del 3%, frente al 5% del sector turístico. "Se están batiendo cifras récord cada año. España tiene una buena oferta turística, pero ha estado viviendo a expensas de la fragilidad de otros competidores", introduce el experto.

En 2017, España volvió a marcar récord de llegadas y recibió 82 millones de turistas extranjeros, que gastaron 87.000 millones de euros. Se convirtió en el segundo país más visitado del mundo.  De hecho, el World Economic Forum señaló a España como el primer país en competitividad en el sector turístico entre los países de la OCDE. 

Tourism economic boost statista

Las cifras son el aval de tal título y es que el  turismo alcanzó los 172.900 millones en 2017, lo que implica un alza del 5,7% respecto al año anterior, cuando el sector tuvo un peso del 11,2% en el Producto Interior Bruto (PIB) español, tres décimas más que en 2015.  Pero no sólo eso, el turismo generó 2,56 millones de puestos de trabajo en 2016, o lo que es lo mismo,  el 13% del total del empleo total creado ese año en España, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en diciembre de 2017. 

Sin embargo, en 2018 la tendencia se puede revertir. "De hecho, ya hemos comenzado a registrar un retroceso", asegura el profesor y director del Aula de Innovación Turística de ESADE, Josep-Francesc Valls que, no obstante, conserva cierto optimismo a medio plazo: "afectará poco al PIB turístico".

El lobby español del turismo, Exceltur, recoge en el informe Perspectivas Turísticas, presentado el pasado abril, cómo el sector tiende a la moderación en 2018 y registrará un crecimiento por debajo del "inusual" 5% que anotó entre 2015 y 2017. Así, la actividad turística en España cerró el primer trimestre de 2018 con un aumento positivo del 3,4%, según Exceltur. El lobby empresarial que integra a las principales compañías del sector vaticina un crecimiento de un 3,3% para este año.

Sin embargo, otras estimaciones son menos optimistas. Lo cierto es que las previsiones de los expertos coinciden en que el turismo en España se alejará de las cuotas de crecimiento récord registradas años anteriores. Así lo aseguran desde el Consejo General de Economistas que estiman que la contribución del sector al PIB español pasará de un 3,2% a un 2,7% en 2018. 

En este sentido, el lobby mundial del sector turístico, el Consejo Mundial de Viaje y Turismo, ratifica tales previsiones, pues prevé que la contribución del turismo al PIB español aumente un 2,9% este año y de cara al 2028 una media anual del 2,3%.

También, coincide en esta perspectiva un informe publicado, recientemente, por el banco suizo UBS que apunta que la contribución del sector al crecimiento del PIB español pasará del 0,4% de 2016 y 2017 al 0,1% en 2018. La entidad baraja unas estimaciones que si bien plantean que el PIB turístico continuará alza, esta será menos pronunciada. Así pasará de un crecimiento del 4,4% en 2017 a un 3,2% en 2018 y, augura que para 2019, el incremento sea del 2,7%. Tal tendencia tendrá su consecuencia directa en el marco laboral, y repercutirá en las tasas de paro y en los ingresos de los hogares. 

Por qué puede dejar de crecer el turismo 

Esta desaceleración del sector tiene raíz en el menor crecimiento que registró el turismo extranjero, que, además ha registrado una caída en el tiempo de pernoctación en el país. Pese a ello, el lobby español de turismo pone de relieve que este declive se vio compensado por la demanda turística española, al alza.

El desafío también lo encarnan los mercados alternativos, impulsado principalmente por el resurgimiento que están experimentando otros competidores mediterráneos, entre ellos Egipto, Grecia, Túnez y Turquía. Su modelo económico presenta una dependencia altísima de la actividad turística, que representa hasta un 30% del PIB. "La prueba palpable es que ya están haciendo campañas turísticas. Todavía no es una época fantástica para estos países pero si estuvieran inmersos en una crisis no desarrollarían este tipo de promociones", asegura Santomà.

Tanto en profesor de Esade como el decano de la Facultad de Turismo y Dirección Hotelera Sant Ignasi coinciden en que la competencia turística de Egipto, Turquía o Túnez afectará a zonas costeras que apuesten por un modelo turístico más barato, como la costa levantina: "se verán más resentidas porque compiten en precio. Estos países volverán al mercado con una oferta muy agresiva", analiza Santomá y le complementa Valls. "Sabíamos ya desde hace tiempo que cuando estos destinos regresaran a su normalidad los turistas volverían. El crecimiento masivo que hemos experimentado, acogiendo a 85 millones de turistas al año, se ha basado en un modelo que no interesa a España, el de reducir precios". 

A ello tampoco ayuda la inestabilidad en Cataluña, uno de los motivos que aduce el informe de Exceltur para justificar la fuerte caída en la actividad turística, "muy concentrada en Barcelona". De hecho, en el cuarto trimestre del 2017, el sector desaceleró su crecimiento hasta el 2,5% de PIB, dado el peso que tiene la capital catalana en el sector. 

Santomà minimiza tal efecto y no sólo considera que Barcelona supo posicionarse bien frente a esta situación, sino que ratifica que en el 2018 volverán a batirse récords turísticos en España: "Pese a la crisis hemos superado todas las expectativas, con 85 millones de turistas. Cataluña volverá a ser el primer destino de España. Sólo espero que España haga una reflexión y es que si hacemos una apuesta por el turismo que sea menos dependiente del precio: debemos basarnos en un modelo que atraiga menos turistas pero con ingresos más altos".

Deberes pendientes

El desarrollo turístico español se remonta a la década de los años 50 y 60, por tanto, se trata de un sector ya maduro. Así es que Valls coincide con Santomà al señalar que el turismo español tiene deberes pendientes. "No puede ser que estemos a precios de 2003, en ese momento era rentable pero hoy los costes han subido, la vida se ha encarecido, mientras que las tarifas hoteleras principalmente registran precios bajos", analiza Valls.

En este sentido, el decano de la Facultad de Turismo es crítico en su opinión: "España no ha sabido poner en valor su producto turístico sin seguir una estrategia de precios". Santomà y Valls apuestan por una oferta cultural de calidad, por el turismo deportivo y medioambiental o el turismo de negocios aprovechando que Barcelona se coronaba recientemente como la primera capital en congresos. "Tenemos que concentrar una oferta que apele al turismo de las rentas altas. No hay tenemos una oferta de hoteles de lujo lo bastante amplia, tanto como cabía esperar", dice Santomà.

Así es que el siguiente paso que le queda al turismo español es desarrollarse como un mercado maduro que apele a las rentas más altas y para eso "la tecnología ofrece un gran abanico de posibilidades, con una baja inversión que da como resultado un mejor posicionamiento y valor añadido", sugiere Valls.

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