Los reguladores comunitarios investigan si la oferta de compra de Fitbit por parte de Google le otorga demasiado control sobre su competencia

FitBit y Google
  • La Comisión Europea ha abierto una investigación sobre si la oferta de 1.700 millones de euros de Google para hacerse con Fitbit dañará la libre competencia.
  • Los reguladores comunitarios estudiarán el impacto de este acuerdo de compra en los mercados de publicidad y de datos de aplicaciones digitales de salud.
  • Bruselas lleva analizando desde febrero si la operación otorga a Google más datos con los que mejorar su motor de búsqueda y su negocio publicitario o si contraviene las leyes europeas de privacidad de datos personales.
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Tras varios meses de análisis preliminares, la Comisión Europea ha iniciado este martes una investigación en profundidad sobre si la oferta de 2.100 millones de dólares (unos 1.700 millones de euros) de Google para hacerse con Fitbit podría perjudicar la libre competencia en los mercados de publicidad online y al desarrollo del sector de aplicaciones digitales de salud .

Bruselas analizará si Google conseguirá gracias a esta adquisición la capacidad para modificar el sistema operativo Android para privilegiar los dispositivos de monitirización biométrica de Fitbit respecto a los de sus rivales, además del impacto en la normativa de privacidad de la combinación de las bases de datos de ambas compañías.

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Desde febrero, la Comisión Europea ha dado a entender su preocupación por la posibilidad de que Google use los datos de Fitbit para mejorar la personalización de los anuncios que ofrece su motor de búsqueda, lo que supondría poner nuevas trabas a sus competidores y contar con la capacidad de elevar los precios a costa de reducir las opciones para los anunciantes y las agencias publicitarias.

De hecho, en julio Financial Times publicó que Google podría evitar una investigación antimonopolio a gran escala de la Unión Europea por la compra de FitBit si se comprometía a no utilizar los datos de salud para impulsar su negocio publicitario, después de que una veintena de asociaciones de consumidores hiciesen públicas sus preocupaciones sobre la privacidad de los datos de los usuarios de Fitbit a las autoridades comunitarias.

Pocas horas después, Google se comprometió a no utilizar los datos de Fitbit para mejorar su rendimiento publicitario. Sin embargo, Bruselas recogió esta promesa con cautela, destacando que la multinacional tecnológica estadounidense recibiría más datos que los que se había comprometido a no utilizar y que esa información tendría un impacto directo en su gestión de anuncios online.

Este martes, la vicepresidenta de la CE encargada de políticas de competencia, Margrethe Vestager, ha destacado que la investigación "tiene como objetivo garantizar que el control de Google sobre los datos recopilados a través de dispositivos portátiles como resultado de esta transacción no distorsione la competencia", según recogeFinancial Times.

Por su parte, el vicepresidente de la división de dispositivos y servicios de Google, Rick Osterloh, publicó una declaración en un blog corporativo en la que aseguró que la compra de Fitbit se centra en dispositivos "y no en datos" y que los usuarios de los dispositivos wearable controlarían sus datos y podrían revisarlos o incluso eliminarlos si así lo desean.

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