¿La empresa tiene que pagarte las gafas o lentillas? Estos son los casos en los que debe hacerlo

Una sentencia reciente del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) obliga a las empresas a pagar las gafas o lentillas de los empleados que trabajan delante de una pantalla y lo necesitan.

El fallo hace referencia al caso de un trabajador rumano que denunció a su empresa después de tener que cambiar de gafas graduadas. El motivo es que su vista se había deteriorado por pasar demasiadas horas delante del ordenador.

Este profesional tuvo que pagar 530 euros por las nuevas gafas. Acto seguido, pidió a la empresa que le ingresaran el importe, pero se negó, así que el trabajador optó por denunciar.

El caso fue pasando por diferentes instancias judiciales en Rumanía hasta que llegó al TJUE. La justicia europea ha dictaminado que la empresa sí que tiene que costearle las gafas y esta sentencia ha sentado jurisprudencia.

"El reembolso por parte del empresario del coste de adquisición de un dispositivo corrector especial es conforme con el objetivo de la Directiva 90/270, puesto que garantiza un mayor nivel de protección de la seguridad y de la salud de los trabajadores", explica el fallo.

Si utilizas gafas o lentillas seguro que te estás preguntando si la empresa puede pagártelas. Lo cierto es que este abono sólo se llevaría a cabo en unos casos.

A continuación, se explica cuándo tienes derecho a que la empresa te pague las gafas o lentillas.

Estos son los casos en los que la empresa debe pagarte las gafas o lentillas

Las empresas están obligadas a entregar a los trabajadores dispositivos correctores especiales. Esto incluye gafas o lentillas. Sin embargo, no es tan sencillo que se lo concedan a todos los empleados.

Para ello hay que demostrar que las gafas son necesarias médicamente y que "sirven efectivamente para corregir los trastornos de vista relacionados con su trabajo y no problemas de vista de carácter general que no necesariamente guardan relación con las condiciones de trabajo", según la propia sentencia.

El primer paso es que los trabajadores hagan reconocimientos médicos de la vista de manera frecuente. Cuando se encuentre un deterioro que pueda deberse al trabajo, la empresa sí que podría estar obligada a costear las gafas o lentillas.

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La sentencia también hace hincapié en que el trabajador rumano se expuso a pantallas con luz visible discontinúa, y que en su oficina había escasez de luz natural. Estos aspectos jugaron a su favor para el abono del importe de las gafas.

 En definitiva, la empresa sólo te pagará las gafas si consigues demostrar que tu vista ha empeorado debido al trabajo, y que además dicho instrumento es necesario para llevar a cabo tus tareas. Un informe médico detallando el deterioro de la vista te ayudaría a optar a este derecho.

En cualquier caso, si trabajas con pantallas deberías seguir algunos consejos para cuidar tus ojos, como hacer los descansos necesarios, utilizas gafas artificiales o disfrutar del aire libre y la luz solar de manera frecuente.