Eduardo Prieto, director general de Visa España: “Uno de nuestros principales objetivos es impulsar las economías locales, ayudando a las empresas a digitalizarse y fomentando la igualdad y la sostenibilidad”

Pagar a través de una tarjeta electrónica, de débito o crédito, se ha convertido en un procedimiento habitual desde hace décadas. Actualmente, nos cuesta pensar que podamos ir de compras sin llevar una tarjeta.

Aun así, según datos del Banco Central Europeo, en 2022, el 59% de las operaciones realizadas en los puntos de venta físicos se hicieron en efectivo, aunque ese porcentaje ha disminuido desde el 72% de 2019. De hecho, las tarjetas son el método más usado en las cantidades de mayor importe.

Los primeros precedentes de las tarjetas bancarias se remontan a principios del siglo XX. Fue Western Union, en 1914, quien emitió la primera para sus clientes más especiales, y permitían el pago en diferido, entre otros servicios.

En los 50 del siglo pasado, este sistema se empezó a popularizar, y es precisamente en 1958 cuando Bank of America lanza la BankAmericard, la primera tarjeta con una función de crédito renovable. En apenas una década, más de 1.400 bancos usaban esa tarjeta, tras un acuerdo de licencia con Bank of America, con un volumen de negocio de 3.800 millones de dólares (3.551 millones de euros al cambio actual).

Estos acuerdos de licencia empezaron a extenderse por otros países, y es cuando empieza a haber reticencias por asociar esta tarjeta a un banco en concreto. Y, por esta razón, BankAmericard se convierte en 1976 en Visa, un nombre que suena igual en todos los idiomas, manteniendo su originales bandas azul, blanca y dorada. Un año antes, ya habían lanzado la tarjeta de débito.

El resto ya es historia (de éxito) con un punto de inflexión en 2007, año en el que empresas regionales de todo el mundo se fusionan para crear Visa Inc. y salir a bolsa en 2008 en una de las mayores operaciones ofertas públicas de venta de acciones (OPV) de la historia.

En España, fue el banquero Carlos Donis de León el encargado de introducir la tarjeta Visa, a través de Banesto y Banco Bilbao, que le otorgó a este pionero el número 0001 de la primera tarjeta en España. Hoy, según el Banco de España, hay 88 millones de tarjetas de crédito y débito en circulación.

Hoy en día, Visa, mueve un volumen de 206 billones de transacciones de pagos en más de 70 millones de comercios en todo el mundo. Según un estudio de Nielsen de 2020, Visa tenía una cuota de mercado del 52%, seguida de Mastercard, con un 22%.

Actualmente, otras opciones de pago como las del pago aplazado de Klarna (especialmente entre los jóvenes) o Bizum desafían este cuasi duopolio que ambas compañías han tenido durante décadas.

Eduardo Prieto es el director general de Visa en España desde 2020, aunque entró en la compañía en 2004. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, y con un MBA por IE Business School, anteriormente, trabajó en posiciones de marketing en Iberia Cards, Selftrade y Orange España.  

De carácter alegre y extrovertido, Eduardo remarca entre sus valores la honestidad y la cercanía. “Siempre estoy disponible para quien quiera hablar conmigo de lo que sea”, asegura. También es un apasionado del trabajo en equipo, y todas las semanas organiza una reunión con todos los trabajadores de Visa España donde todos son libres de aportar ideas, sugerencias y soluciones para cualquier ámbito de la compañía.